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Medio Oriente, Medio Oriente :: 22/05/2018

No es Hamas, son decenas de miles de personas dispuestas a morir

Amira Hass
Las declaraciones del ejército terrorista, en el sentido de que se trata de una “marcha de Hamas”, minimizan la importancia de estos acontecimientos

La caracterización del ejército israelí de las manifestaciones minimiza su gravedad, y sin querer convierte a Hamas en una organización política responsable y sofisticada.

“Estamos encantados de que nuestros hermanos de Hamas hayan comprendido por fin que la vía correcta es la lucha popular, sin armas,” han repetido los representantes de Fatah en varias ocasiones últimamente en relación con la Marcha del retorno en la Franja. El presidente palestino, Mahmoud Abbas, dijo algo similar durante su intervención en el Consejo Nacional Palestino la semana pasada.

Cinismo y envidia. Cinismo porque la postura oficial de Fatah es que la lucha armada dirigida por Hamas ha perjudicado a la causa palestina en general y a la Franja de Gaza, en particular. Y envidia, porque la implicación, que las declaraciones del ejército israelí han reforzado, es que un llamamiento de Hamas es suficiente para que decenas de miles de manifestantes desarmados hagan frente a los francotiradores israelíes a lo largo de la frontera.

Por el contrario, las convocatorias de Fatah y la OLP en Cisjordania, incluida Jerusalén, no han agrupado más que a unos pocos miles de personas en las calles con algunas escaramuzas con la policía y el ejército. Sucedió de nuevo el lunes, cuando se inauguró la embajada de EEUU en Jerusalén. El número de manifestantes palestinos en Gaza ha sido mucho mayor que en Cisjordania.

La decisión sobre la Marcha del Retorno fue adoptada conjuntamente por todos los grupos en Gaza, incluyendo Fatah. Pero el grupo más organizado - el que puede aportar la logística necesaria, equipar los “campamentos de retorno” (puntos de reunión y de actividad que se establecieron a unos cientos de metros de la frontera de Gaza), controlar la información, mantener el contacto con los manifestantes y declarar una huelga general en protesta por el traslado de la embajada de EEUU - es Hamas. Incluso un miembro de Fatah lo admitió con tristeza a 'Haaretz'.

Esto no quiere decir que todos los manifestantes son partidarios de Hamas o simpatizantes del movimiento que obedecen sus órdenes. De ningún modo. Los manifestantes provienen de todos los sectores de la población, personas que se identifican políticamente y otras que no lo hacen.

“Quien tiene miedo se queda en casa, porque el ejército dispara a todos. Los locos son los que se acercan a la frontera, y pertenecen a todas las organizaciones o a ninguna de ellas”, dice un participante en la manifestación.

Las declaraciones del ejército a los periodistas, en el sentido de que se trata de una “marcha de Hamas”, minimizan la importancia de estos acontecimientos y el significado de que decenas de miles de habitantes de Gaza estén dispuestos a sufrir, mientras que, irónicamente, fortalece la posición de Hamas como una organización política responsable que sabe cómo cambiar las tácticas de su lucha, al mismo tiempo que quita importancia a su papel.

El lunes, tras la muerte de no menos de 60 residentes de Gaza a las 7 de la tarde, no había lugar para el cinismo o la envidia. Abbas declaró un período de luto y ordenó las banderas a media asta durante tres días, así como una huelga general el martes. Este es el mismo Abbas que estaba planeando una serie de sanciones económicas contra la Franja en otro intento de aplastar a Hamas.

Los residentes de la Franja de Gaza, con sus muertos y heridos, están influyendo en la política interna palestina, lo sepan o no, ya sea intencionadamente o no. Nadie se atrevería a imponer las sanciones ahora. El tiempo dirá si alguien va a llegar a la conclusión de que si Israel mata a tantos durante las manifestaciones desarmadas, quizá la vuelta a los ataques armados individuales, como venganza o como táctica, implicarían un menor número de víctimas palestinas.

En las primeras horas de la mañana del lunes, las excavadoras del ejército entraron en la Franja de Gaza y nivelaron los montículos de arena construidos por los palestinos para protegerles de los francotiradores, según los trabajadores del Centro Al Mezan para los Derechos Humanos.

Alrededor de las 6:30 de la mañana, el ejército israelí también disparó contra las tiendas de campaña en los “campamentos de retorno”, y varias de las tiendas de campaña se incendiaron. Algunas de las tiendas quemadas eran utilizadas por los equipos de primeros auxilios, informó Al Mezan.

El sitio web de noticias Samaa informó que los perros de la policía israelí fueron lanzados contra los campamentos de retorno y que el ejército rocío con agua “maloliente” la zona fronteriza. La convocatoria urgente de figuras de alto rango de Hamas en la Franja de Gaza para reunirse con la inteligencia egipcia en El Cairo se conoció incluso antes de que se informase de que los egipcios transmitieron una serie de mensajes amenazantes del régimen israelí a Ismail Haniyeh y Khalil al-Hayya, adjunto del líder de Hamas en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar.

Todo el mundo en la Franja de Gaza sabe que los hospitales están saturados, muy por encima de su capacidad y que los equipos médicos son incapaces de tratar a todos los heridos. Al Mezan informó que una delegación médica que se suponía iba a llegar de Cisjordania se había visto bloqueada por Israel.

Todo el mundo sabe que las personas heridas que han sido operadas son dadas de alta demasiado pronto y que hay escasez de medicamentos esenciales para los heridos, incluidos antibióticos. Incluso cuando hay medicinas, muchos de los heridos no pueden pagar ni siquiera el mínimo requerido para obtenerlas, y regresan a los pocos días al médico con una infección. Todo esto se basa en informes de fuentes médicas internacionales.

Todas las señales, las advertencias, las numerosas muertes de las últimas semanas y los informes inquietantes de los hospitales no han disuadido a decenas de miles de manifestantes el lunes. El derecho al retorno y la oposición a la reubicación de la Embajada de EEUU a Jerusalén son objetivos o razones dignas, aceptables para todos.

Pero no hasta el punto de que las masas de Cisjordania y los residentes de Jerusalén Este se unan a sus hermanos de la Franja de Gaza. Allí, el objetivo prioritario por el que manifestarse es obvio y el más fácil de poner en práctica de inmediato: que los habitantes de Gaza recuperen su libertad de movimiento y su derecho a conectarse con el mundo exterior, especialmente con su propia gente más allá del alambre de púas que les rodea. Esta es una exigencia de la gente de a pie, y no una cuestión de Hamas, ya que tanto los dirigentes como sus miembros comunes y corrientes saben muy bien que una vez que entran en el cruce de Erez entre Israel y la Franja, serán detenidos.

Haaretz. Traducido por Sinpermiso. Revisado por La Haine

 

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