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Mundo :: 30/11/2005

Por qué el hambre acecha a Malaui

Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
14 de noviembre de 2005. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar.

Casi cinco millones de personas de Malaui están al borde de la muerte por hambre. Este país de 12 millones está al centro de una crisis catastrófica de hambruna en el este y sur de África, al igual que lo fue Níger hace cuatro meses. El pueblo tiene hambre porque hay demasiado maíz en el mundo.
La mayoría de la población de Malaui son campesinos. El gobierno, a órdenes de los organismos capitalistas internacionales como el FMI, decidió que en lugar de invertir recursos en la agricultura de subsistencia, sería más "eficaz" comprar el maíz en el mercado mundial, principalmente a sus vecinos: Mozambique, Zambia y Zimbabue. Los agricultores comerciales en el extranjero cultivan el maíz más económicamente que en Malaui. Pero el maíz importado barato significaba que el gobierno no apoyara a los pequeños campesinos de Malaui, que no tienen herramientas básicas e irrigación.
Por varias razones, la cosecha de maíz ha sido mala este año en los países fronterizos con Malaui, por tanto éste ha importado cereales de Sudáfrica. Allá no hay escasez: Sudáfrica tiene un superávit de cinco millones de toneladas de maíz de la cosecha de este año. Pero el precio subió al doble a causa del incremento de la demanda en África, pero con más razón porque por primera vez las corporaciones japoneses están importando cereales de Sudáfrica. Debido a los daños sufridos a los puertos norteamericanos por el huracán Katrina, esas compañías no han podido importar los cereales de sus proveedoras acostumbradas de Estados Unidos.

El resultado no es que no haya maíz suficiente, pero que el pueblo de Malaui no tiene con que comprar lo que hay.
Estados Unidos tiene un superávit de maíz aún mayor: los agricultores estadounidenses cosecharon casi 11 mil millones de bushels [387.5 mil millones de litros] de maíz este año. Los graneros de las zonas rurales del mediooeste estadounidense están tan llenos que no les quedan silos para guardarlo todo, y lo tienen que amontonar en terrenos del tamaño de un campo de fútbol, a 18 metros de altura. Debido a la política estadounidense de subsidiar a las grandes corporaciones agrícolas, esta enorme producción no significa que el cereal baje de precio. Por eso la gente de Malaui no puede comprarlo. Los organismos estadounidenses y de otros países de "ayuda extranjera" sin duda comprarán parte de esa cosecha al precio de mercado (lo que apoyará a los agronegocios y grandes bancos norteamericanos) y se lo darán al pueblo de Malaui. Puede que eso mantenga con vida a muchas personas que si no, se morirían. Pero es otro clavo en el ataúd de la agricultura de Malaui y por tanto del pueblo. La población estará más amarrada al mercado mundial del imperialismo, cuyo funcionamiento enriquece a los capitalistas monopolistas de los países ricos y aplasta al pueblo.

En el mundo capitalista de hoy, se usa la capacidad altamente desarrollada de producir riqueza contra los pueblos y sus intereses. Puede que el campo de Malaui esté lejos de Nueva York, Londres o Tokio, pero en esas ciudades se decide qué pasará a su población. Mientras que el sistema imperialista tenga a Malaui en sus garras y colmillos, lo mismo o peor volverá a pasar el año que viene en éste y otros países.

(Se halla más información sobre el capitalismo y la crisis del hambre en los artículos sobre Níger en el número del 25 de septiembre de Revolución, periódico del Partido Comunista Revolucionaria de Estados Unidos: http://www.revcom.us.)

 

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