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Una breve historia
El episodio Amodio comenzó con la prensa de derecha colocándolo como chivo expiatorio o cabeza de turco. Después de 40 años de sufrimiento el tipo sale de las catacumbas con la verdad revelada bajo el brazo, muy atractiva la imagen mediática del asunto. Despertó expectativas en muchos que nos tienen ganas a los tupas sesentistas y están esperando cualquier bostazo para sumarse a la campaña.
Los nacidos en 1965 tiene 48 años y poco saben de la historia de Amodio. Algunos periodistas no sabían que Amodio había testimoniado contra Erro para que los milicos pidieran el desafuero. Muchos se comieron la pastilla de que era víctima de los malvados tupamaros, de los que están en el gobierno y de los que no lo están.
Por supuesto, quedan unos pocos miles de sobrevivientes (de 65 para arriba) que conocemos al dedillo la historia de Amodio y presuponemos que los demás también la conocen y no necesitan elementos para hacerse su propia composición de lugar.
Sea como fuere algunos salieron al cruce (Néstor Peralta, Gabriel Carbajales, Ricardo Ferré, el Mau-Mau, Hugo Bruschi, Veronika Engler, El Muerto, Amarelle, semanario Alternativas, etc). También Marcelo Pereira en 'La Diaria' y Samuel Blixen en 'Brecha'.
A Marcelo Estafanell lo fueron a buscar porque Amodio lo nombraba en una de sus cartas. Como Amodio se acordó de mí, también vinieron los medios. Por supuesto podía haberme negado a contestar a la prensa, como lo vengo haciendo desde hace cinco años, pero esta rata inmunda agraviaba a Raúl Sendic y al Nepo Wassen...
¿Qué sabe la gente de todo esos episodios? ¿Había que guardar silencio y dejar que su versión quedara sin contraposición? Esa fue la posición de los que están en el gobierno y que no tienen el más mínimo interés en rescatar la historia de los tupas con todos sus colores, con las buenas y las malas. Más vale hacerse los desententidos y dejar que prospere el enchastre que correr el riesgo de perder unos votitos al MPP o la CAP-L. Además siempre les queda el temor de que salte algo.
Bueno, como no soy de mucho meditar y esperar, arremetí contra el traidor para hacerle saber que no todo es coser y cantar. No tengo nada que temer ni cargo que cuidar, los archivos dicen que soy “irrecuperable” y Amodio que soy medio ayatollah.
El resultado no salió tan mal porque finalmente 'El Observador', medio elegido para la maniobra por Amodio o por quién sea, terminó publicando en tapa “Las patas de la sota” y el semanario 'Bùsqueda' sacó un artículo muy bueno donde el traidor es traidor y no víctima de sus ex-compañeros. Ese es el balance de diez días que no conmovieron a nadie: las cosas volvieron a su sitio.
