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Argentina :: 29/04/2006

A 120 años, la vigencia de las luchas de Chicago

Prensa de Frente
Este 1º de mayo será escenario de jornadas de conmemoración y luchas en todo el mundo. En varios puntos del planeta, los trabajadores vienen dando peleas que han pasado a la primera plana de las noticias. La confrontación de la juventud de Francia en contra del cercenamiento de los derechos laborales, la irrupción en la calle de mulitudes de inmigrantes en los Estados Unidos, los obreros mineros mexicanos que enfrentaron la represión enviada por el gobierno de Fox y la insurrección nepalí para derrocar a la monarquía son sólo algunos ejemplos

En Argentina, el Día Internacional de los Trabajadores será un escenario donde las múltiples reivindicaciones obreras se harán oir. En todo el país, los gremios en lucha y las organizaciones sociales saldrán a las calles. A pesar de la publicitada reactivación económica y de que algunos opinan que la Plaza de Mayo es un ámbito de "festejo", lo cierto que este lunes las protestas se escrucharán frente a la Casa Rosada y en todo el país.

Es que la vida de las masas laboriosas no es sencilla en la Argentina de Kirchner. Más allá del los discursos progresistas, hay una realidad inapelable, y la señalan las propias cifras oficiales que recientemente divulgó la Encuesta Permanente de Hogares del Indec.

Casi un tercio de quienes se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir viven en la indigencia. El 60 % de la población es pobre. De los 14.127.000 de trabajadores ocupados, la mitad gana menos de $ 600 por mes. Los empleados estatales están por debajo de la línea de la pobreza y los jubilados perciben $390 por mes. Los planes sociales se mantienen en $ 150 como en el 2001 y los organismos oficiales consideran a los beneficiarios de este subsidio estatal como "ocupados". Todavía millones de ciudadanos no reciben ni siquiera ese dinero por mes y siguen sin poder insertarse en el mercado laboral. Mientras tanto, 10 mil millones de dólares de la deuda externa fueron pagados al FMI. El gobierno priorizó cumplir con esos compromisos antes que con la deuda interna.

Salario y las condiciones laborales

Luego de años donde el terror de la desocupación impidió el desarrollo de cualquier resistencia obrera, las luchas de los ocupados empezaron a florecer nuevamente al ritmo de un crecimiento económico que ahonda más aún las diferencias entre los que más tienen y los que peor están. El 10% más rico de la población tiene ingresos anuales 28 veces superiores a los del 10% más pobre.

Las paritarias en las que la burocracia de la CGT y el gobierno negociaron un tope de aumentos del 19 % no benefician ni al 80 por ciento quienes tienen trabajo. Los que trabajan en negro y los empleados de empresas donde no se dan estas negociaciones no recibieron ningún aumento. En los últimos años, la inflación creció mucho más que los salarios. Además creció la productividad, lo que implica jornadas laborales más intensas y extensas, es decir, la proliferación de casos como el los trabajadores bolivianos indocumentados trabajando hasta por 18 horas diarias a cambio de sueldos miserables y en condiciones laborales denigrantes.

El trágico incendio donde murieron 6 personas, el posterior accidente que se registró en otro taller textil clandestino en el que no se lamentaron víctimas, más la muerte ayer del obrero que trajaba en un plan de construcción de viviendas del gobierno cobrando un plan social, revelan que la precaridad laboral y las condiciones de sobreexplotación sin seguridad alguna son estructurales al modelo de acumulación impuesto y son impulsadas tanto por el sector privado como por el estado. No se trata de anomalías sino que es lo que hay detrás de la reactivación y de las fabulosas ganancias obtenidas por el sector empresarial.

Persistencia de altísimos índices de desocupación, trabajo en negro para la mitad de los ocupados, salarios congelados para la mayoría de los trabajadores y pésimas condiciones laborales para casi todos los asalariados: ese es el panora en el cual se desarrollan las luchas obreras y piqueteras. Pese a la intensa campaña de aislamiento y de represión selectiva impulsada por el gobierno y estimulada por los medios masivos de comunicación, sigue habiendo una importante porción de los trabajadores dispuestos a organizarse y pelear por sus derechos. El gobierno de los derechos humanos criminaliza las luchas de los trabajadores, y por eso hay más de 4.000 procesados y decenas de presos políticos.

Confluencia de las luchas

Hay conflictos cotidianos protagonizados por sectores que se organizan por sí mismos, como los petroleros de Las Heras, los terciarizados del subte y de las telefónicas, los trabajadores de la salud y de la educación, los trabajadores de prensa, los azucareros de la Fotia, sectores de la alimentación, de los metalúrgicos y de la industria automotriz. También las organizaciones piqueteras que no se integraron al estado muestran su continuidad en la lucha. Y hasta la dirección de la CTA salió a la movilizar, luego de fracasar con su política de aliniamiento con el oficialismo.

En la ciudad de Buenos Aires, este 1º de mayo confluirán en la Plaza de Mayo las principales luchas obreras y piqueteras de los últimos tiempos. Antes de sumarse al acto unitario los ceramistas de Zanón realizarán un acto en la Casa de Neuquén, en concordancia con la movilización que se hará en la capital de esa provincia. El Movimiento Intersindical Clasista convocó junto a movimientos de desocupados a un acto en la Plaza Lorea para después sí sumarse a la marcha conjunta con los otros sectores.

En el cordón industrial de Rosario, la CTA junto con sindicatos, piqueteros y la izquierda, harán un acto enfrente de la empresa inglesa Imperial Chemical Industries (Industrias Químicas Imperiales) que despidió a sus trabajadores.

En Villa Mercedez San Luis, se realizará un acto obrero, clasista e internacionalista" convocado por comisiones internas antiburocráticas y estudiantes.

A 120 años de que en Chicago se masacró a los obreros anarquistas que luchaban por la jornada de las 8 horas, la clase trabajadora -en Argentina y en el mundo- sigue tratando de ser protagonista de su propia historia.

 

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