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México :: 04/10/2009

Anarkistas (¿pequeñoburgueses?) de calle y de bombas

Lydiette Carrión
Este chico (que poco o nada tiene que ver con el anarquismo, sino quizá más con el new age) me explicaba la importancia del vegetarianismo para acabar con el hambre

Me encontré a unos voceadores de "La revancha del Ahuizote", periódico del Proyecto Anarquista Metropolitano , en la marcha por el 49 Aniversario de la nacionalización de la industria eléctrica, convocada por el SME.

De alrededor de 20 años, no eran punks. Vestían como cualquier joven, tal vez inclinados a colores (o ausencia de) como grises y negro.

La pregunta era ineludible: ¿qué opinan de los ecoanarquistas que andan poniendo petardos? uno de ellos me respondió, con semblante serio, quizá midiendo sus palabras, y aclarando de antemano que sólo podía hablar a título personal. Dijo que le parecían unos "pequeñoburgueses". Todo movimiento que se concentra en un solo fenómeno, como el feminismo, el ecologismo, etcétera, sólo divide al movimiento de masas.

Bueno, el dije, pero otros que están poniendo bombas son unos llamados "Práxedis Guerrero", y esos se escuchan más teóricos. El joven respondió, de nuevo serio, "yo, en lo personal, no creo que ´ésa sea la forma. No ahora, por lo menos".

Más tarde, me los volví a encontrar, descansando, después de haber voceado su publicación entre las huestes del SME. "¿Cómo les fue?", pregunté. Uno de ellos, más sonriente, me dijo: "ya sabes como son los sindicatos".

La verdad, no entendí a ciencia cierta a qué se refería. ¿Cómo son los sindicatos?, ¿difíciles, demasiado metidos en sus propios intereses? Anarquistas de vieja escuela, pensé. Aquellos que, como los internacionalistas, buscan llegar o acercarse a las masas, penetrar las organizaciones, sindicatos, para crear conciencia de clase, educación, propiciar así la emancipación...

Revisé su publicación. Entre los artículos, existía un análisis del golpe de Estado en Honduras titulado: "Honduras: 'golpe de Estado', pero ni un golpe al Estado" (En profunda alusión al objetivo del anarquismo: terminar con el Estado y crear una sociedad de hombres libres y comprometidos). También había una crítica a la forma en que se conmemora la matanza del 2 de octubre casi "divinizándolo". Interesante, pensé. Sobre todo después de que durante la última conmemoración, los sobrevivientes del 2 de octubre decidieron realizar una marcha aparte. Debo confesar que comparto un poco de esa caracterísitca del anarquista, que me hace desapegarme e incluso repudiar todo aquello que huela a encumbramiento de algo o alguien. También venía una crítica a la campaña del voto nulo, el cual, finalmente sirvió a los partidos de derecha.

Me hizo pensar: ¿será que los ecoanarquistas estarán más cerca de los movimientos de protección a los animales y al veganismo que al llamado anarquismo?

***

He recordado lo que me contó con algún miembro de "La revolución de la cuchara", sobre los grupos radicales. Esa plática se realizó en la azotea de la casa que los hare krisna tienen en el centro de la ciudad. En ese entonces los veganos radicales habían reivindicado una serie de amenazas de bomba a unos KFC en el Estado de México. Habrá sido el año de 2008.

Este chico (que poco o nada tiene que ver con el anarquismo, sino quizá más con el new age) me explicaba la importancia del vegetarianismo para acabar con el hambre. Decía que si los campos, destinados a alimentar reces que van a ser sacrificadas por su carne, se utilizaran para cultivar, por ejemplo, soya, el hambre en el mundo se acabaría.

En ese momento le pregunté sobre los radicales: las amenazas de bomba, los que de pronto destruyen una veterinaria o una tienda de pieles. Él me respondió que la comunidad vegetariana (una parte de ella vegana, que es más radical) y de protección a los animales es muy pequeñita en México. Muy, muy, muy pequeñita. Todos se conocen. Hay desdde los hare krisna, los radicales, hasta las señoras fresas de Las Lomas que recogen perros en la calle cuando los ven. Los radicales, dijo, no son muy queridos, y son más bien relegados en las reuniones, porque pueden afectar o poner en peligro a los otros, los que dan la cara.

Pienso, entonces: las células del Frente de Liberación Animal que reivindicaron explosiones en la Ciudad de México las últimas semanas, y las Células Práxedis Guerrero pueden estar en un limbo ideológico. Un punto intermedio entre la protección de animales y el veganismo y el anarquismo clásico. Cerca y lejos de ambos. Pero actúan de forma muy independiente.

Un punto más: las páginas de internet del Frente de Liberación Animal en español explican que cada célula es autónoma. Que la forma de entrar a ese grupo es formar tu propia célula y comenzar a actuar. No hay censo, no hay coordinación. Es una forma extrema de las organizaciones compartimentadas, ya que, por ejemplo, en la guerrilla, hay una persona que sirve de conexión entre una célula y otra. En este caso, parece ser que no...

http://historiasdelcieloyelinfierno.blogspot.com

 

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