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Europa, EE.UU. :: 13/02/2024

Artillería para Avdeevka

Nahia Sanzo
Biden continúa buscando la financiación que permita que las Fuerzas Armadas de Ucrania persistan en la lucha contra las fuerzas rusas, actualmente con gran superioridad

“Si esta ciudad ucraniana cae en manos de Rusia, será culpa de (Norte)América”, sentencia, en referencia a Avdeevka, el titular de un artículo publicado por The Daily Telegraph, un diario conservador británico en el que durante años forjó su carrera periodística Boris Johnson. En realidad, se trata de las palabras de Glen Grant, que el medio describe como “ex agregado de defensa del Reino Unido en el Báltico y ex asesor del Ministerio de Defensa de Ucrania”, una fuente dudosamente imparcial que actúa amplificando un problema para presionar así en busca de una solución muy concreta: el aumento del suministro militar a Kiev.

El artículo no es un verso suelto, ni plasma únicamente el punto de vista de los sectores conservadores europeos, sino que representa la tendencia general del establishment político y mediático del Atlántico Norte con la única excepción del ala trumpista del Partido Republicano y sus altavoces mediáticos. En su caso, el rechazo a apoyar la continuación del multimillonario suministro militar a Ucrania no se debe a ningún repentino pacifismo ni a pulsiones prorrusas -más allá de la errónea percepción de Rusia como un país blanco y la obsesión por los valores conservadores de familia y tradición- sino a la idea de colaborar con Moscú contra el verdadero enemigo: China.

Ahora una minoría de bloqueo en el Congreso de EEUU, ese ala vinculada a Donald Trump puede acabar el año preparando su retorno a la Casa Blanca, el gran temor que comparten Zelensky y los asesores de Biden. Ese peligro y las complicaciones que implica el año electoral fueron los motivos por los que el ejecutivo estadounidense trató de negociar con la oposición un gran paquete de financiación que permitiera a Ucrania disponer de los recursos necesarios para luchar contra Rusia durante el resto de la legislatura, una iniciativa que se encuentra estos días en un segundo intento.

Tras el rechazo del Congreso a la legislación aprobada en el Senado, un paquete de 110.000 millones de dólares para la financiación de la defensa de Ucrania, Israel y Taiwán y las medidas contra la inmigración en la frontera mejicana, el Senado ha aprobado el inicio de un nuevo intento, en esta ocasión sin vincular las medidas antiinmigración con las causas geopolíticas del interés de EEUU. Biden continúa buscando la financiación que permita que las Fuerzas Armadas de Ucrania persistan en la lucha.

Sin esos fondos, temen cada vez más analistas, Ucrania se encontraría a merced de las fuerzas rusas, actualmente con gran superioridad en cuestiones como la artillería y la munición para las defensas antiaéreas. “Según los comandantes ucranianos, los recientes bloqueos de paquetes de asistencia militar en EEUU y la Unión Europea han llevado a una catastrófica escasez de artillería en las líneas del frente en Avdeevka”, afirma The Telegraph, que a pesar de esas carencias mantiene firme la línea oficial: Rusia sufre bajas masivas y Ucrania aguanta la línea que, en realidad, se tambalea seriamente desde hace varios días.

En términos de bajas, continúa sin haber preguntas sobre cuáles son las cifras ucranianas, un secreto de Estado con el que los medios no osan especular. En cualquier caso, es evidente que el asalto frontal causa importantes pérdidas y que la parte atacante sufre siempre mayores bajas que la que defiende, especialmente si lo hace desde un lugar bien preparado. Pero aun así, la defensa requiere de un suministro constante y fiable de munición, armamento y personal. Por el momento, la ciudad no ha sido totalmente sitiada, por lo que, pese a encontrarse dentro del rango de la artillería rusa, Ucrania mantiene una ruta de la vida, una única carretera por la que continuar enviando reservas, como se rumorea que hará Syrsky ya como comandante en jefe, y, sobre todo, esa munición tan preciada y que, según aseguran, tanto escasea.

“El pasado verano, ambos bandos se disparaban una cantidad similar. Ahora, se quejan los ucranianos, las tropas rusas pueden disparar cinco proyectiles por cada uno de los suyos”, escribe The Telegraph. Ucrania disparaba entonces cantidades de artillería muy superiores a la capacidad europea de producción. La temporal desaparición de la asistencia militar estadounidense supone, sin duda, la necesidad de reducir ese exceso de fuego que, de cualquier manera, no sirvió a Ucrania para lograr ninguno de sus objetivos en la ofensiva terrestre.

Las tropas de Kiev no recuperaron Artyomovsk como deseaban para presentarlo como una victoria simbólica, ni pudieron avanzar sobre Melitopol para poner en marcha el plan de obligar a Rusia a tener que defender Crimea de un posible asalto. Ahora, la escasez de munición no condiciona las acciones ofensivas, sino que mina el esfuerzo defensivo. Ese es, al menos, el discurso, ya que Ucrania continúa malgastando esos preciados proyectiles contra la población civil de Donetsk o Gorlovka.

Avdeevka, es, por su ubicación frente y cercana a Donetsk, la capital más importante de Donbass, una de las ciudades más fortificadas del frente. Sin embargo, como ha sido habitual en esta guerra, los medios siguen sin comprender su importancia. “Exactamente igual que Bajmut, un premio igualmente modesto con el que las fuerzas rusas se hicieron pagando un gran coste en mayo, el valor de Avdeevka es más simbólico que estratégico”, explica The Telegraph, que no sabe, o no quiere saber, que la ciudad es, desde 2014, uno de los lugares desde los que las Fuerzas Armadas de Ucrania bombardean Donetsk.

Durante los años de Minsk, en violación del alto el fuego, eran los barrios de las afueras y los suburbios de la capital de Donbass los que sufrían los bombardeos ucranianos, mientras que ahora, el castigo colectivo se ha extendido al resto de la ciudad. La captura de Avdeevka no supondría un éxito estratégico, pero sí uno táctico, ya que habría caído uno de los puntos más preparados de la primera línea de defensa de Ucrania en el frente más fortificado. Pero, ante todo, supondría un paso más para garantizar la seguridad de la población civil de la zona más poblada de Donbass, un factor que ni siquiera es contemplado por los medios y analistas proucranianos.

La otra gran carencia que advierten los medios occidentales actualmente es la de la munición para las defensas antiaéreas. El alarmismo en este sentido ha sido aún más elevado que en el caso de la artillería. Sin embargo, según fuentes cercanas a Biden citadas por The New York Times, si la financiación estadounidense es aprobada antes de marzo, podría no producirse ningún “paréntesis” entre el momento en el que las ahora escasas reservas de munición para sistemas como los Patriot se agotase y su reposición con los nuevos fondos.

La munición de artillería y sistemas antiaéreos occidentales son las dos cuestiones prioritarias que están repitiéndose en todos y cada uno de los artículos que defienden la necesidad urgente de suministrar a Ucrania los medios necesarios para derrotar a Rusia en el frente. Ni por parte de Ucrania ni de sus principales socios -la Unión Europea, EEUU y el Reino Unido- hay un cambio hacia la posibilidad de plantearse un plan B ante el eventual fracaso definitivo del original: expulsar a las tropas rusas de todo el territorio ucraniano según sus fronteras de 1991, un escenario cada vez más improbable, especialmente vistos los resultados de la multimillonaria ofensiva de 2023.

La negativa a cualquier opción que no pase por la continuación del apoyo militar a Ucrania fue precisamente el centro de la reunión entre el presidente de EEUU y el canciller alemán. En ella, los dos líderes advirtieron del peligro de una posible interrupción prolongada de la ayuda militar estadounidense, algo que Biden calificó de “prácticamente una negligencia criminal” del Congreso, dominado por el Partido Republicano. “Sin el apoyo de EEUU y sin el apoyo de los Estados europeos, Ucrania no tendría ninguna opción de defender su propio país”, añadió el líder alemán.

En su declaración, es significativa la insistencia en la defensa en lugar de en la victoria, pero también la mención a los Estados europeos, especialmente teniendo en cuenta la reciente aprobación del paquete de asistencia financiera de la Unión Europea que garantiza a Kiev 50.000 millones de euros para los próximos cuatro años. Sin embargo, como afirmaba esta semana Político, “los 50.000 millones de euros de la UE para Ucrania son básicamente nada”.

En el reparto del trabajo, la Unión Europea ha adquirido el compromiso de sostener al Estado ucraniano y a eso va dirigida la financiación recientemente aprobada, con la que Ucrania podrá mantener sus instituciones básicas y contribuir al pago de salarios y pensiones. Sin embargo, esas necesidades son solo la mitad del gasto ucraniano. La otra mitad, la guerra, también requiere de financiación, fundamentalmente de EEUU y de las aportaciones individuales adicionales que Úrsula von der Leyen y ahora Olaf Scholz exigen a los países miembros de la Unión Europea, especialmente ante las dificultades de EEUU de obtener más fondos. La guerra debe continuar y requiere un suministro y una financiación que depende de América y de los países europeos.

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