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Chile :: 27/04/2016

El Estado protege el saqueo del territorio mapuche

Alejandro Lavquén
Entrevista con el poeta Elicura Chihuailaf. "En la Araucanía hay una sensación de impunidad", dicen los dueños de Chile y piden paz -pistola al cinto-

LOM Ediciones reeditó el libro Recado confidencial a los chilenos, del poeta mapuche Elicura Chihuailaf. La vigencia de la obra resulta permanente dada la conflictiva relación entre el Estado de Chile y el pueblo mapuche. Sobre el mensaje que transmite el libro y la situación que se vive en La Araucanía, el poeta Chihuailaf conversó con Punto Final.

¿Cuál es la diferencia de esta edición?

Corresponde –me parece- a lo que antaño sería la décima u 11 ava edición (cerca de 11.000 ejemplares editados), dato que creo importante remarcar, pues se trata de una Conversación / Nvtramkan en la que está la memoria colectiva de mi gente.

Hay setenta páginas más, con algunos de mis artículos que fueron publicados en medios como El Periodista, de Santiago, y el semanario Tiempo 21, de Temuco.

¿Qué te motivó a escribir este mensaje a los chilenos?

El deseo de Conversar –en voz personal y colectiva- con los chilenos y chilenas comunes y corrientes respecto de mi visión de la chilenidad y de la inconmovible ideología invasora del Estado chileno. Era el año 1999. Como ahora en Temucuicui, en la zona de Ercilla, y Yeupeco Vilcún, y en otras comunidades nuestras; y en los bosques, ríos, lagos y mar de nuestro país Mapuche…, entonces el emblema de la violencia estatal y patronal estaba instalado con más fuerza en las comunidades de Temulemu y Didaico, en la zona de Traiguén, y en comunidades de Lonquimay, y en el río Bío Bío, con la instalación de las represas Pangue y Ralco y la consiguiente “relocalización” de los habitantes mapuche del lugar. La constante continuidad de la invasión a nuestro territorio por parte del Estado chileno y las empresas nacionales e internacionales.

La constatación cotidiana de que por tal motivo los mapuche vivimos bajo una violencia tremenda y que al igual que el pueblo chileno nunca hemos tenido un espacio en la pretendida democracia de este lugar hoy llamado Chile, me llevó a escribir primero una Carta confidencial a los chilenos y chilenas, que fue publicada por la ya desaparecida revista Rocinante, en Santiago. Carta antecedida de varios artículos en los que daba cuenta de mi pensamiento acerca de la muralla de blanquidad que erigieron unas pocas familias –cada día más excluyentes, más acaudaladas y más feroces- para que no nos vieran en nuestra hermosa morenidad, para que no se reconocieran en ese espejo, para que no se vieran reflejados en el agua de su propio espíritu, para que no ejercieran el arte de la Conversación cuya primera exigencia –la más difícil de aprender- es Escuchar, nos dicen nuestras Ancianas, nuestros Ancianos.

Mi Recado confidencial es un recorrido por la memoria y la geografía de la denominada –tendenciosa y sesgadamente- “zona del conflicto mapuche”. Una invitación a conocer la visión de mundo nuestra, a visibilizarnos y a dialogar desde y con ese conocimiento. A valorar el maravilloso jardín del mundo, sus flores que son sus culturas en la diversidad de colores e igualdad en su importancia: la hermosa morenidad, la hermosa blanquidad, la hermosa negritud, la hermosa amarillentud.

Muchos creen que la poesía llegó al continente en las carabelas de Colón ¿Qué opinión te merece eso?

Te respondo recordando párrafos del Recado: “Cuidémonos de decir que la poesía nació en Chile con la llegada de los que trajeron la palabra castellana, porque las palabras y las melodías existían antes”, nos dijo Volodia Teitelboim. Nuestro mapuzugun es un idioma muy poético. Y en el continente estaban –y, a pesar de todo, siguen estando- también los idiomas aymara, maya, náhuatl, quechua, guaraní, etcétera.

Ahora, frente a la concreción de la escritura hay quienes la consideran un proceso de aculturación. Mas, se dice que la escritura la inventaron los fenicios, por lo tanto ¿las posteriores adopciones escriturales, aún en el uso de grafemas semejantes o muy diferentes, serían sólo evidencias de procesos de aculturación generalizados? Entonces ¿de qué modo se dio la tradición oral en todas las culturas del mundo? ¿Cuáles fueron, cuáles han sido, las etapas de sus lenguajes desde la oralidad a la escritura (su oralitura)?

Debemos recordar que textos tan conocidos y apreciados como Ilíada y Odisea, o El Cid Campeador se «escribieron» primero en la oralidad. No olvidemos además que, por ejemplo, la escritura indígena zapoteca data más o menos de 600 años a.C. y floreció hasta 250 d.C. Así las cosas, me parece que la realidad es que simplemente no se ha querido asumir la Conversación respecto de las categorías desde o a través de las cuales se sistematiza y, por ende, se analiza el quehacer del “otro”, el distinto: ¿nosotros?, ¿ustedes?.

Hay que recordar, me dicen, que la palabra poética pone en movimiento al universo, porque surge de él, lo representa pues recoge su dualidad. Algunas culturas (algunas civilizaciones) han olvidado la poesía de sus palabras, pero ella los espera yaciendo en la paciente Naturaleza, me están diciendo.

¿Cómo definirías, en general, la relación de los chilenos con el pueblo mapuche?

Compleja, difícil. Aunque me parece que esta respuesta no la podría asumir de manera general, pues tiene importantes matices en las dos chilenidades que veo. La chilenidad huérfana -sin padres ni madres de la “patria”- y profunda, mezclada con nuestros pueblos, y desde cuya legitimidad han surgido adelantadas y adelantados como Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Pablo de Rokha, Violeta Parra, Víctor Jara, etcétera. La otra es la chilenidad del poder: superficial y globalizada (enajenada); sólo con padres de la “patria”, esos que instalaron la blanquizadora “legalidad” del Estado cuya presentación desde su centenario señala que: “Los indígenas de Chile eran pues escasos, salvo en la región sur del valle longitudinal, esto es, en lo que después se llamó Araucanía. Por otra parte, las condiciones del clima muy favorables al desarrollo y prosperidad de la raza blanca, hizo innecesaria la importación de negros durante el período colonia. A estas circunstancias debe Chile su admirable homogeneidad bajo el aspecto de la raza. La blanca o caucásica predomina casi en absoluto, y solo el antropólogo de profesión puede discernir los vestigios de la sangre aborigen, en las más bajas capas del pueblo”.

Aunque está claro que ha avanzado, veo a la chilenidad profunda con una tarea –en varios aspectos- aún pendiente: asumir su identidad, su hermosa morenidad. Amar las vertientes y los ríos que fluyen bajo la muralla que esos otros chilenos instalaron con ladrillos que son los conceptos unívocos respecto de lo que es el desarrollo, la salud, la educación, la legalidad. Me parece que nuestra tarea común y urgente hoy es derribar esa muralla para habitar por fin en un Chile de Regiones Autónomas donde florezca el maravilloso jardín de la diversidad.

¿Consideras que existe mucha ignorancia sobre la historia de los pueblos originarios?

Absolutamente. Y no sólo eso, sino también ignorancia de la historia del Chile profundo. Como sabemos, en el sistema educativo está sólo la historia oficial -que representa el “orgullo nacional”- del Chile enajenado que ha excluido a las demás historias que se aluden sólo en lo anecdótico (lo peyorativo incluso), en lo que se refiere al pueblo mapuche particularmente, pero ¿dónde está la historia del Chile campesino, la historia del Chile obrero? ¿Subsumida tal vez en el saco del denominado “roto chileno”?

El conflicto de la Araucanía, como lo llaman los medios de comunicación, parece no tener fecha de término ¿Cuál es el camino para llegar a buen puerto?

Luego de subrayar que es muy claro que el conflicto lo generan muchas de las empresas nacionales y transnacionales con el aval y accionar del Estado, y no nuestra gente que por ternura defiende a nuestra Mapu Ñuke Madre Tierra que nos regala todo lo que necesitamos para vivir bien, me valgo –para responderte- de algunos puntos que son parte de la “Propuesta de solución para una resolución firme y duradera entre el Estado chileno y el Pueblo Mapuche”, firmada en Santiago el 1 de septiembre de 2015: Establecer una “Comisión de Esclarecimiento Histórico Mapuche. La Comisión debe tener por objeto esclarecer todos y cada uno de los hechos sucedidos con el Pueblo Mapuche a raíz de la presencia del Estado Chileno en su territorio ancestral, especialmente alrededor de los actos coercitivos militares denominado ‘Pacificación de la Araucanía’. Todas y cada una de estas medidas deben estar guiadas por los principios generales de los Derechos Humanos.

Derogación del Decreto 701. Las consecuencias nocivas se manifiestan en su implementación y ha significado la destrucción de la Biodiversidad, la alteración de los ecosistemas, modificación irreparable en la aptitud del suelo, han provocado las sequías y sumado al cambio climático.

Retirada de las empresas forestales que operan alrededor del territorio Mapuche.
Estas empresas se instalaron durante la vigencia de un régimen irregular de la dictadura militar, pero al mismo tiempo adquirieron bienes patrimoniales que le pertenecen, jurídica y legítimamente, al Pueblo Mapuche.

Derogación del decreto supremo Nº 66 y Nº 40. Son normas que con su aplicación amenazan el patrimonio territorial Mapuche y sus recursos y al mismo tiempo diluyen y transgreden los contenidos esenciales del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo OIT y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas”.

La prensa centra el conflicto en los enfrentamientos, quema de maquinarias y ataques a fundos, pero calla sobre la represión ¿Podríamos decir que la región se encuentra militarizada y que al gobierno poco le interesa resolver el problema?

Así es, por eso también es un punto fundamental en la propuesta de nuestros hermanos: “Desmilitarización del territorio Mapuche considerando que la masiva presencia policial constituye una nueva ocupación militar en las comunidades Mapuche, ya que el accionar de las fuerzas policiales en ellas, no ha hecho más que sembrar el terror en niños, mujeres y ancianos”.

Es una militarización desplegada con el fin de resguardar el saqueo territorial liderado hoy por las megaempresas forestales e hidroeléctricas. Son muchos los ejemplos de violencia cometidos en contra de nuestra gente en comunidades de Arauco, Malleco, Cautín, Valdivia (Lanco), Osorno.
Incluidos, como se sabe, el asesinato de varios comuneros. “En la Araucanía hay una sensación de impunidad”, dicen los dueños de Chile y piden paz -pistola al cinto- y un “estado de excepción” que siempre han tenido. El ministro del interior del actual gobierno, Jorge Burgos, ha venido –seguramente- a consolidar tal situación de facto y, además, refiriéndose a las demandas de nuestro pueblo ha declarado que “No hay espacio para un Estado dentro de un Estado”.

Reitero lo que ya señalé. En nuestra cultura la Conversación es un arte, un diálogo cuya condición fundamental es la igualdad. Nuestras Ancianas, nuestros Ancianos nos siguen recordando el pensamiento de nuestros Antepasados: “Ponte de pie, parlamenta en tu Tierra / aunque sientas tristeza, parlamenta como lo hacían tus Antepasados / como hablaban ellos”. Es lo que nuestra gente ha elegido. Y sigue –hasta ahora- esperando con paciencia, y con firmeza, que se cumpla ésa condición para un diálogo verdadero. Se trata, ni más ni menos, de la dignidad de un pueblo que posee una profunda sabiduría.

Punto Final

 

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