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Venezuela, Cuba :: 04/04/2015

Hugo Chávez en el camino bolivariano

Pedro Pablo Rodríguez
Crítica del nuevo libro de Germán Sánchez Otero, "Hugo Chávez y la resurrección de un pueblo"

Hugo Chávez es, hasta para sus enemigos, una de las personalidades más significativas de la historia venezolana y del mundo contemporáneo. Una veintena de años, desde su aparición pública el 4 de febrero de 1992 hasta su prematura muerte en el ejercicio de la presidencia el 5 de marzo de 2013, abarcó su relativamente breve paso por la política si lo comparamos con la mayoría de las personalidades de la política venezolana del siglo XX. Pero la impetuosidad y los resultados de su marcha, especialmente desde su acceso a la más alta magistratura, le valieron en vida un elevado reconocimiento dentro y fuera de su país.

Fue, probablemente, el político venezolano más controvertido y más universal del siglo XX y de lo que va del XXI.

Semejante hombre, y las circunstancias en que se desenvolvió y que él mismo contribuyó a desarrollar, han dado lugar a un enorme volumen de textos, no solo a los provocados por las enconadas disputas políticas en torno a sus actos, sino también a una muy elevada cantidad de escritos dedicados a examinar y enjuiciar a su persona y al proceso de la revolución bolivariana desatada bajo su conducción. Y dentro de esa creciente bibliografía no deja de sorprender la cantidad de estudios más o menos extensos y de libros de corte biográfico.

La biografía es hace mucho un género atractivo para los lectores: saber acerca de quienes se destacan en cualquier campo parece ser una cierta necesidad humana. Por eso, la biografía ha cabalgado entre los dominios de la literatura y de la historia, aunque con desmedro de una de las dos con lamentable frecuencia. La precisión de los datos y la rigurosidad del análisis no deben evitar el relato, la narración de la vida del biografiado en su época concreta. De igual modo, la expresión literaria no debe falsear ni sustituir la exactitud informativa sobre el biografiado y su época. No es casual que casi siempre las biografías más populares, tanto al ser publicadas por vez primera como las de mayor permanencia al paso del tiempo, reúnan y armonicen ambos costados, y que cada vez más los practicantes del género busquen conscientemente tales propósitos.

Hugo Chávez y la resurrección de un pueblo, de Germán Sánchez Otero, se mueve por ese camino que pretende no solo informar y examinar sino, además, agradar, brindar el placer de la lectura. Ya este es, pues, su primer tanto a favor, sobre todo porque el autor logra ese objetivo.

Para lo primero, la revisión acerca de la personalidad histórica, Sánchez Otero cuenta con un arma excepcional: su presencia en Venezuela como embajador de Cuba desde 1994 hasta 2009, lo cual le permitió ser un observador y de cierta manera un participante de los acontecimientos que narra, con el provecho informativo que le brindan las estrechas relaciones de Chávez con Fidel Castro y la Revolución cubana al igual que su conocimiento personal de muchos de los protagonistas de esos años y el manejo de los contextos en que se movió el líder venezolano.

Desde el punto de vista literario, ya el autor había demostrado con largura sus cualidades en dos de sus libros: Transparencia de Emmanuel (2008), el relato testimonial que no deja de lado el suspenso acerca de la operación del gobierno chavista y la Cruz Roja Internacional para recibir en plena selva colombiana a los primeros retenidos liberados por las FARC, y El año de todos los sueños (2011), un relato novelado de sus vivencias como brigadista Conrado Benítez durante la campaña de alfabetización cubana de 1961.

Mucho antes, en una docena de títulos de densidad teórica e histórica —y de alguna manera también en los dos mencionados—, Sánchez Otero había ido evidenciando sus capacidades de analista, sobre todo acerca de varios ángulos de la Revolución cubana y hasta en la más seria reflexión escrita en Cuba sobre Economía y sociedad, el clásico libro de sociología de Max Weber.

Estas condicionantes positivas le han permitido entregarnos una biografía de Chávez que cuenta con otros varios puntos a su favor.

En primer lugar, su enfoque de Chávez en su desarrollo y cualidades como ser humano. No hay duda de que el autor ha tenido el propósito esencial de trasmitir la forja del líder político, pero ello ha marchado de la mano de la propia formación de su personalidad. Así, se nos entrega cumplidamente tal proceso de aquella individualidad en que los varios matices dieron lugar a su singularidad, sin alardes de psicologismo ni de sociologismo, pero comprendiendo la necesidad de situar a Chávez en el entorno histórico-social, familiar y de sus propios sueños, ambiciones y contradicciones.

En segundo término, ha sido un acierto fijar límites temporales a esta biografía: la vida de Chávez solo hasta 1999, cuando aún no alcanzaba talla mundial. Es la vida del niño, del jovencito, del oficial desconocido, catapultado hacia la historia venezolana por el movimiento cívico militar del 4 de febrero de 1992. Se trata, pues, de fijar de dónde salió semejante dirigente y cómo emergió el liderazgo, etapas sin las cuales no es posible entender su ejecutoria. Y el autor alcanza plenamente, a mi juicio, la entrega de la compleja hechura de aquel político de asombroso carisma y notable voluntad de servicio y de entrega a los sectores populares, con un enrome sentido de identidad y de amor patrio.

Sánchez Otero quiere brindar la desmedida personalidad de Hugo Chávez para los cánones de la política tradicional venezolana, caracterizada desde el siglo XIX por fenómenos como el caudillismo y el populismo, pero sumida en el marasmo moral y la más escandalosa polarización social durante el boom del alza de los precios del petróleo de los años setenta del pasado siglo y el agotamiento de la llamada democracia bipartidista. El libro sitúa adecuadamente esas coordenadas imprescindibles sin convertirse en una pieza historiográfica.

El tercer punto por destacar es el inteligente uso por parte del autor de los testimonios de Chávez sobre su vida a través de varias entrevistas y de su propia voz. Hay cuidado en la reproducción de informaciones y en la selección de los acontecimientos, juicios y valoraciones provenientes del propio Chávez, sin que dejen de manifestarse en casos necesarios los matices y criterios autorales que hilvanan el relato. Ello permite que los lectores comprendamos la extraordinaria sensibilidad y riqueza espiritual del biografiado, elementos decisivos para explicar tanto su compromiso revolucionario, transformador, como la originalidad de su pensamiento y de sus actos.

Chávez el llanero, el venezolano reyoyo que cantaba, bailaba, se enamoraba; el de origen humilde y profundo sentido de la superación constante; el de responsabilidad ciudadana; el seguidor de Bolívar y excelente conocedor de la historia y las letras nacionales; el protagonista enérgico y decidido de nuevos rumbos para su país y América Latina es la persona trasmitida por Hugo Chávez y la resurrección de un pueblo, este libro de Germán Sánchez Otero que ya nos tiene interesados en su continuidad, que abarcará su etapa presidencial.

Cubarte

 

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