Israel: Limpieza étnica contra los beduinos del Neguev

El primer jefe de gobierno de Israel, David Ben Gurion, escribió a su hijo en 1937, 11 años antes del nacimiento del estado judío: "La tierra del Neguev está reservada a los ciudadanos judíos cuando y donde quieran tomarla. Debemos expulsar a los árabes y ocupar su lugar." Hacia 1951, quedaban menos de 13.000 beduinos de una comunidad que estaba compuesta por entre 70.000 y 90.000 personas a finales de los años cuarenta. Tras el establecimiento de Israel, los árabes beduinos se convirtieron en una minoría discriminada en su propia tierra.
En los años sesenta y setenta, el gobierno israelí trató de concentrar a la población beduina en pequeñas ciudades rodeadas por un anillo de asentamientos judíos que estaba diseñado para encerrar a los beduinos en el menor espacio de tierra posible con el fin de robar sus tierras para entregárselas a los colonos judíos. Aunque los beduinos son ciudadanos israelíes, están sometidos a una discriminación constante en favor de los judíos. Hoy, los beduinos, que representan una cuarta parte de la población del Neguev además de ser sus históricos propietarios, viven en sólo el 2% de este territorio. Una mitad de ellos están concentrados en siete guettos o pequeñas ciudades, con mínimos servicios sociales. El resto de esta población vive en 38 pueblos que no están oficialmente reconocidos por el estado israelí, lo que impide a sus habitantes beduinos obtener los necesarios permisos para disponer de agua corriente y electricidad. Todos los edificios carecen de permisos de construcción y, de este modo, están sujetos a órdenes de demolición. Como resultado, muchos habitantes de estas localidades se han visto obligados a vivir en tiendas de campaña.
Los residentes beduinos deben pagar al Estado los costes de la demolición de sus propias casas. Al Ahram añade que "cualquier beduino que viva fuera de una ciudad y continúe con su tradicional vida de pastoreo, cultivando cosechas de cereales y criando ganado, en especial ovejas y cabras, es calificado de "ocupante ilegal". Los que continúen haciéndolo se arriesgan a una pena de dos años de cárcel." Los tribunales israelíes han respaldado también la postura del gobierno en este tema.
Significativamente, Tzachi Hanegbi, el ministro de Seguridad Pública israelí, declaró recientemente ante un grupo de judíos del Neguev: "Vamos amigos, coged un bastón y golpead a cualquier criminal beduino hasta que se vaya." Además, una fuerza de la policía paramilitar especial del Neguev, creada por Sharon en 1976 y conocida con el nombre de Patrulla Verde, está operando para implementar las leyes en contra de los beduinos, particularmente las demoliciones de viviendas y el sacrificio del ganado. En marzo de 2003, pilotos israelíes ignoraron la presencia de personas en los campos y arrojaron sustancias químicas tóxicas sobre las cosechas de los habitantes del pueblo de Al Garir. Al menos 11 beduinos, mujeres y niños, tuvieron que ser tratados por problemas respiratorios, mareos, visión borrosa y dolores intestinales.
Según Al Ahram, "a finales de junio de 2004, 23 miembros de la tribu de Abu Elkian, en su mayoría mujeres y niños que no estaban trabajando, resultaron heridos cuando fuerzas de la policía paramilitar entraron en el pueblo para destruir siete viviendas, incluyendo la del abuelo de 90 años, Musa Abu Elkian. Ese mismo día, otro miembro de la tribu, el profesor de 24 años Yusuf Abu Elkian, fue herido "por error" por un disparo del Ejército israelí en un incidente separado.
Las duras medidas adoptadas en contra de la tribu de Abu Elkian se han estado reproduciendo en todo el Neguev en contra de otros residentes beduinos, en un momento en el que el Estado ha comenzado a poner en práctica un proyecto, conocido con el nombre de Plan de Desarrollo del Neguev, que ha sido personalmente diseñado por el primer ministro, Ariel Sharon. "El desarrollo que Sharon quiere para el Neguev es sólo un desarrollo para los judíos," señaló uno de los miembros de la tribu, Raid Abu Elkian. "Y eso significa una limpieza étnica para nosotros. Sharon quiere nuestra tierra para construir en ella asentamientos judíos"." Los israelíes están también construyendo una red de ranchos judíos privados en el Neguev, similares al el Sycamore Ranch, que es propiedad del propio Sharon. Según fuentes israelíes, la Organización Mundial Sionista quiere llevar a 350.000 inmigrantes al Neguev a finales de esta década.
En los últimos años, el gobierno israelí ha destinado 200 millones de dólares para financiar la expulsión del Neguev de las últimas comunidades agrícolas beduinas. Al mismo tiempo, los gobiernos israelíes han tratado continuamente de fomentar las divisiones en el seno de la población árabe del país con el fin de impedir que ésta se movilice en contra de las discriminatorias políticas del Estado. Los beduinos del Neguev en particular se han encontrado separados tanto geográfica como socialmente y económicamente de otros ciudadanos árabes. La carne y la leche son ahora la principal fuente de ingresos para esta población. Además, un 60% de los beduinos están desempleados. En las nuevas ciudades, la solidaridad tribal beduina ha desaparecido y ha sido reemplazada por la frustración, el individualismo y una competencia feroz.
Por otro lado, según Al Yazira, "la Oficina Central de Estadísticas de Israel está eliminando los datos de los residentes árabes que viven en el desierto del Neguev de sus estadísticas oficiales, en un intento de ignorar su existencia, reveló Murad al Sania, un abogado palestino. Sania señala que esta medida va en línea con la política israelí de eliminar todos los datos que prueben la existencia de habitantes árabes en esas tierras. Así pues, los nuevos nacimientos de miembros de esta comunidad no están incluidos en los registros estadísticos israelíes. Sania señala que la medida tomada por Israel ha llevado a que los árabes del Neguev sean privados de servicios básicos tales como la electricidad, el agua, la educación y la salud, cuya distribución se realiza en base a la densidad de la población oficial."
A pesar de todo, la población beduina en el Neguev es en la actualidad de 145.000 personas y, basándose en muchas proyecciones demográficas, supondrá pronto un obstáculo para los colonos judíos que quieren apoderarse de más tierras en la zona.