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Venezuela :: 16/09/2019

Las fotos de Guaidó con los ratrojos revelan todo el plan contra Venezuela

Misión Verdad
Guaidó favorece a organizaciones armadas que vulneran la soberanía del país y su tejido económico y social.

Un nuevo escándalo compromete la ya deteriorada figura de Juan Guaidó. Esta vez no se trata de otro caso de desvío o malversación de fondos de "ayuda humanitaria" en Cúcuta, sino de un hecho mucho más peligroso y polémico: la publicación de unas fotos donde posa sonriente junto a dos jefes del peligroso grupo paramilitar colombiano, Los Rastrojos. 

En un contexto de hostilidad y provocaciones pre-bélicas del gobierno colombiano contra Venezuela, impulsadas a través de falsos positivos mediáticos y acusaciones sin fundamento para vincular al chavismo con grupos armados del vecino país, estas imágenes representan sin lugar a dudas un punto de inflexión para el autoproclamado y su relación con el gobierno de Iván Duque.

Este punto de inflexión está marcado por varias razones.

En primer lugar, las fotos evidencian la cercanía (y hasta buen trato) de Guaidó con un grupo criminal que desde hace años vulnera la economía y seguridad venezolanas en la frontera con Colombia.

En resumen, Guaidó favorece a organizaciones armadas que vulneran la soberanía del país y su tejido económico y social. 

En segundo lugar, este hecho implica que para el militante de Voluntad Popular será cuesta arriba sostener la narrativa que señala al gobierno venezolano como promotor de grupos armados del país vecino. Por elevación, el gobierno de Duque también acarreará los costos de este escándalo, mientras Guaidó pierde credibilidad en sus falsas acusiones contra el chavismo. 

LAS MENTIRAS DE GUAIDÓ (Y DE DUQUE)

El martes 3 de septiembre, durante una sesión de la Comisión Delegada de la AN, cuyos actos son nulos debido al desacato frente al TSJ, tomó como medida autorizar el uso de tecnología satelital para localizar grupos irregulares colombianos en Venezuela. Esto tras acusar, sin pruebas, al Gobierno venezolano de "financiar a grupos terroristas de manera directa e indirectamente" y permitir su circulación y permanencia en el territorio nacional.

Esta "decisión" surge casi en paralelo a las declaraciones del presidente Iván Duque, quien denunció que el jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, "protege" a grupos guerrilleros de ese país.

En específico, Duque afirmó: "No estamos ante el nacimiento de una nueva guerrilla, sino frente a las amenazas criminales de una banda de narcoterroristas que cuenta con el albergue y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro", según reseñó El País de España.

Esta endeble denuncia surge luego de que algunos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), liderados por Iván Márquez y Jesús Santrich, decidieran retomar la lucha armada tras el fracaso de los Acuerdos de Paz.

LAS PRUEBAS 

En las fotos, que fueron difundidas a través de la cuenta Twitter de Wilfredo Cañizares, director de la ONG Progresar, Guaidó posa junto a los jefes del grupo paramilitar Los Rastrojos en el Catatumbo: Jhon Jairo Durán Contreras, alias "Menor", y Albeiro Lobo Quintero, alias "Brother", quienes se encargaron de dirigir la entrada del opositor al territorio colombiano, según informa el medio Las Dos Orillas.

"Se decía que el gobierno de Iván Duque había puesto todo el despliegue militar y diplomático para entrarlo a Colombia. Sin embargo, el director de Progresar y quien denunció los hornos crematorios de los paramilitares en el Catatumbo, reveló dos fotografías de Guaidó posando junto a los jefes de Los Rastrojos", señala el medio neogranadino.

Esto demuestra la triangulación que hubo entre la extrema derecha venezolana, representada por Voluntad Popular, el Gobierno de Duque, que comparte partido político con Álvaro Uribe Vélez, conocido por su vinculación el narcoparamilitarismo, y Los Rastrojos, que cuentan con un profuso historial de desapariciones, tráfico de drogas y extorsión.

En otros mensajes difundidos en la red social, Cañizares ofrece detalles del operativo: "Montaron una operación candado desde Guaramito a Agua Clara, hasta cuando llegaron funcionarios públicos a recogerlo".

El autoproclamado respondió a las polémicas fotos y a los diversos señalamientos en su contra, argumentando: "Era difícil saber quién me pedía fotos", negando que lo ayudaran a ingresar a territorio colombiano. Esa declaración, sin embargo, contrasta con el contexto visual de las imágenes: la ausencia de multitud y la tranquilidad de las fotos hace poco creíble su versión. 

En otro medio colombiano -La Opinión-, contactaron a un concejal cucuteño del Partido Conservador, Juan Felipe Corzo, quien recibió a Guaidó en Aguaclara. Este funcionario aseguró que la información es "falsa".

La Opinión, cuya sede principal está en Cúcuta, departamento Norte de Santander, afirma que Guaidó llegó a Colombia el 22 de febrero con la ayuda de "militares venezolanos". Sin embargo, no hay pruebas de ello. En cambio, las imágenes donde el dirigente de Voluntad Popular está acompañado por Los Rastrojos, son una prueba irrefutable de ese encuentro.

EL CONTEXTO DEL ESPECTÁCULO HUMANITARIO DEL 23F

El 22 febrero se realizó el concierto Venezuela Aid Live, organizado por el multimillonario Richard Branson, con el objetivo de recoger fondos que estarían destinados a los "desplazados" por la crisis venezolana. Actualmente se desconoce el monto total recaudado y el destino de dichos recursos.

Este evento, que se realizó en la frontera del vecino país, iba a ser el preámbulo para que entrara la "ayuda humanitaria" autorizada por Guaidó. En los días previos, hubo una intensa campaña mediática que pretendía vender el ingreso de dicha asistencia como el evento del siglo.

Al siguiente día, el presidente Maduro tomó la decisión soberana de cerrar la frontera y derribó la épica de la entrada triunfal de la operación. 

El cierre de los pasos fronterizos generó un escenario de violencia del lado colombiano, bajo la mirada cómplice de las autoridades de ese país. El saldo fue de varios heridos y una de las gandolas fue quemada por los propios grupos violentos del antichavismo. Aunque el Gobierno venezolano fue responsabilizado por este hecho, semanas después se demostró que la bomba molotov que incendió el camión provenía de los manifestantes opositores. 

IDENTIFICADOS POR LA POLICÍA DE CÚCUTA

En junio, uno de los jefes de Los Rastrojos fotografiados con Guaidó fue capturado por las autoridades colombianas luego de que los habitantes reportaran un tiroteo en una zona fronteriza. "Vestidos con uniformes militares y armados, fueron capturados en Puerto Santander, Gerson Gregorio Rosario Aquino, conocido 'Torombolo', y Jhon Jairo Durán Contreras, apodado 'El Costeño' o 'El Menor'", destaca el diario La Opinión. 

El comandante de la Policía de Cúcuta, coronel José Luis Palomino, detalló que a los capturados les decomisaron una pistola y un fusil de asalto AK 47 con sus respectivas municiones. Asimismo, dijo que los sujetos permanecerán recluidos en el Centro Carcelario y Penitenciario de Cúcuta.

Mientras tanto el otro paramilitar, Albeiro Lobo Quintero, conocido como alias "Brother", señalado de cometer distintos delitos entre los que destacan homicidios, extorsiones y mantener cultivos de coca en la zona fronteriza, según Cañizares, se entregó a las autoridades colombianas a raíz de la guerra interna que vive la organización.

EL HISTORIAL CRIMINAL DE LOS RASTROJOS

Los Rastrojos es un grupo paramilitar clasificado como Bacrim, y se compone de disidentes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). También conocidos como Rondas Campesinas Populares (RCP), fue creado en 2006 como un ejército privado del narcotraficante Wilber Varela.

En 2009, la organización se había convertido, según expertos, en "la organización criminal de narcotráfico y terrorismo más grande del país y son los que en este momento están liderando los carteles a nivel nacional". 

Según el Gobierno colombiano, en el 2016, ya no eran una Bacrim y sus miembros eran reducidos a un poco más de treinta integrantes que operaban al Norte de Santander y cuyo líder, Walter Raúl Silva, alias "Carevieja", fue abatido por organismos de seguridad venezolanos.

Durante muchos años, Los Rastrojos se mantuvieron en guerra con otros grupos criminales como El Clan del Golfo y Los Paisas, hasta que, según informantes del Gobierno colombiano, sostuvieron una reunión clandestina donde acordaron la repartición de territorios a nivel nacional.

Anteriormente, esta banda operó en los departamentos de la costa pacífica colombiana y en Antioquia, además tuvo gran influencia en la zona del Catatumbo, donde actualmente se registra mucha actividad, aunque se le señale como extinta.

EL TRÁFICO DE GASOLINA Y EXTORSIÓN EN LA FRONTERA

Venezuela comparte con Colombia 2 mil 219 kilómetros de frontera. Reconocida como uno de los territorios compartidos más dinámicos del continente, resulta difícil establecer límites geográficos, económicos y culturales.

Esta cercanía ha provocado que el crimen organizado y el paramilitarismo del vecino país y su forma de operar trastoquen la vida de los venezolanos que habitan en la frontera. De igual forma, la guerra multiforme que se aplica contra la República Bolivariana de Venezuela, ha propiciado condiciones flexibles para el saqueo de alimentos, gasolina y otros materiales estratégicos.

Además del bloqueo comercial y financiero unilateral de los Estados Unidos, a Venezuela le imponen una cotización paralela del dólar, cuyos marcadores operan desde otros países. Esto genera una hiperinflación que le brinda rentabilidad al contrabando de gasolina a Colombia. A esto, también, se suma la incapacidad del gobierno de Duque para atender las demandas sociales y energéticas de sus ciudades fronterizas, que prácticamente dependen de Venezuela.

Recientemente, el Gobierno venezolano desarticuló una banda que se dedicaba al contrabando de millones de litros de combustible. Este duro golpe, en parte, fue para los grupos narcoparamilitares que operan al Norte de Santander. Esto se debe a que una buena porción de esa gasolina se usa para producir pasta de cocaína.

LOS RASTROJOS Y LAS SITUACIONES DE VIOLENCIA EN TÁCHIRA

Los antecedentes de los hechos de violencia en el estado Táchira se remontan a las protestas convocadas por Leopoldo López en 2014. De todas las manifestaciones que se registraron en el país, las más violentas se llevaron a cabo en este estado. 

En abril de ese año, los cuerpos de seguridad del Estado informaron que fueron capturados paramilitares en las barricadas de Maracaibo y San Cristóbal. En el caso de esta última ciudad, el ciudadano colombiano Gabriel Alejandro Reyes Beltrán, "estaba solicitado internacionalmente con código rojo de la Interpol (Organización Internacional de Policía Criminal) por el delito de narcotráfico", según reseñó Telesur.

En esa oportunidad, el presidente Maduro responsabilizó de la violencia a "la penetración de grupos paramilitares y terroristas de Colombia en estos grupos de ultraderecha extremista que han llevado la violencia a Venezuela".

LAS ACCIONES DEFENSIVAS DE VENEZUELA

Desde el año pasado, el Gobierno venezolano ha implementado diferentes medidas para contrarrestar el contrabando de gasolina venezolana hacia Colombia.

Entre las medidas, se contempló la aprobación de recursos para proyectos de prevención dirigidos por los gobiernos municipales, así como la creación de un Estado Mayor Cívico-Militar que plantea reforzar la seguridad rural y fronteriza.

Desde entonces, el Estado Mayor, dirigido por el protector del estado Táchira, Freddy Bernal, ha desarticulado varias bandas que se dedicaban al tráfico de combustible, alimentos y material estratégico, incluyendo una célula del grupo paramilitar Los Rastrojos.

En rueda de prensa el ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, reveló que las investigaciones surgidas de la detención de Roberto Marrero, parte del equipo cerrado de Juan Guaidó y también involucrado en la preparación de planes mercenarios, condujeron a la captura de Wilfredo de Jesús Torre Gómez, alías "Neco", máximo líder de la estructura narcoparamilitar Los Rastrojos. 

A medida que avanza el tiempo, el falso interinato de Guaidó se configura como una constelación de intereses que vincula factores del gran capital transnacional, pero también otros vinculados a las economías sumergidas de Colombia. Las risueñas fotos del autoproclamado evidencian que el narco es el vehículo político de las relaciones entre Nariño y los golpistas venezolanos. Pero también que Venezuela está bajo amenazas reales. 

 

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