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Argentina :: 13/05/2014

«Hubo muchos experimentos sindicales en nuestro país y todos fracasaron porque se corrompieron»

I. Nistal
Hablamos con Jacinto Cerdá, secretario general de la FORA-AIT, un sindicato modesto que justo antes de la crisis económica inició su proceso de reactivación.

Cercana a cumplir los 113 años de lucha y con grandes gestas en su haber, hoy la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) es un sindicato modesto que justo antes de la crisis económica inició su proceso de reactivación. Pasada una década, los frutos empiezan a llegar. Hablamos con Jacinto Cerdá, su secretario general.

Pregunta.— Parecen quedar ya demasiado lejos aquellos episodios vividos en vuestro país y que recorrieron el planeta en 2001 con la grave crisis económica y el llamado corralito. ¿Cómo han transcurrido los acontecimientos desde entonces? ¿Cómo está la situación actualmente?

Respuesta.— La crisis del 2001 fue, sin duda, un hecho histórico en nuestro país y ha dejado un remanente en la conciencia colectiva. Han surgido muchas experiencias colectivas renovadoras, pero lamentablemente, de a poco, todo se fue ordenando por los cauces impuestos por el sistema. El país fue repuntando económicamente, acompañado de una reorganización social a partir de la intromisión del Estado en diferentes ámbitos de la sociedad hasta entonces librados a su suerte. Con la llegada del kirchnerismo a partir del 2003 muchos movimientos sociales, en su momento combativos, fueron captados por el Estado e incorporados orgánicamente a su proyecto político, desmovilizando a sus seguidores.

La situación actual es de descomposición, estamos sufriendo una inflación cada vez más pronunciada y la solución del Gobierno fue decretar la devaluación, lo cual está liquidando el poder adquisitivo de los sectores más débiles. Se intenta mostrar para afuera que es un país rentable para la inversión poniendo un techo a las negociaciones salariales, mientras los sueldos no alcanzan a cubrir las necesidades básicas.

Esta situación está derivando en un clima enrarecido, en el cual el Gobierno está buscando su mejor retiro para el año que viene, poniendo a los trabajadores en el medio de estas negociaciones con la oposición y las multinacionales.

P.- Sin embargo, esa crisis en determinados casos provocó que la clase trabajadora se volviera más unida y solidaridad. ¿Es ese el caso de las empresas recuperadas? ¿Qué relación habéis tenido con ese movimiento? ¿Y con el movimiento piquetero?

R.- Esta pregunta es la más recurrentemente formulada por los compañeros de otros países que no han tenido la oportunidad de conocer personalmente la situación en Argentina. Pero creo que es necesario aclarar ciertas apreciaciones que se toman a la distancia.

La crisis del 2001 abrió la puerta a muchos cuestionamientos y a la experimentación de procesos de lucha a los cual no se estaba acostumbrado en ese momento. En un principio, a la catástrofe económica se le sumo una crisis de hegemonía en el sistema de representación política, representado en la frase «¡Que se vayan todos!». Este cuestionamiento había dado pie a sistemas de organización que retomaban los principios asamblearios, pero que fueron hábilmente desarticulada a partir de una reconstrucción de tejidos clientelares una vez que el Partido Justicialista retorno al poder, transitoriamente con Duhalde, y luego con Néstor Kirchner (legado que hoy continua su esposa Cristina).

En el caso de los movimientos piqueteros y las empresas recuperadas, fueron movimientos originados por la crisis económica como medios para solucionar de manera inmediata las necesidades imperantes. Es así, que ya en la década del ´90 se forman los primeros Movimientos de Trabajadores Desocupados (MTD), que popularizaron los cortes de ruta o “piquetes”, en reclamo de una ayuda económica o material por parte del Estado.

Las Fabricas Recuperadas, también atienden a esta lógica de buscar una solución urgente ante el inminente cierre o abandono por parte de la patronal. La solución hallada fue lógica: impedir que la fabrica quede cerrada y sin funcionar, y los trabajadores sin tener donde trabajar, por lo cual se decidía quedarse dentro de la fabrica y ponerla a funcionar por más que el patrón ya no esté presente.

Ahora bien, esto es solo una descripción de estos dos movimientos en abstracto, y lo que sucede es que suele mal interpretarse esta explicación con que estos casos pueden derivar en un cambio social más generalizado y posiblemente revolucionario, y ahí es donde es importante señalar las diferencias.

Por ejemplo: en el caso de las empresas recuperadas se hace propaganda de que al no tener la dependencia contractual con el patrón se puede dar pie a un sistema de producción distinto en beneficio de los trabajadores, pero la realidad marca que una vez que se superó la resistencia al desalojo del establecimiento y se lo pone a funcionar nuevamente, surge las dificultades para insertar ese producto nuevamente en el mercado, mantener precios y proveedores, cuando no pedir préstamos para renovar las máquinas, para lo cual se necesita tener los papeles de la empresa en correcto estado. Esta dicotomía podríamos decir que fue saneada con algunos decretos y finalmente con la Ley de Fabricas Recuperadas del 2011, la cual le otorga un marco jurídico a estas “nuevas” empresas.

Lo que no cambia es justamente su organización empresarial, ya que los trabajadores pasan a ser socios de la cooperativa que montan, implementando la misma forma organizativa a la cual estaban acostumbrados, manteniendo jerarquías, diferencia salarial, excepto en aislados casos donde las decisiones se tomen en asamblea y las ganancias son repartidas de manera equitativa.

Que la gente peleó por no quedar en la calle es más que cierto, y hasta admirable, pero creer que eso emprendió un proceso revolucionario en nuestro país es totalmente falso. La mayoría de las empresas recuperadas, hoy en día, funcionan gracias a los trabajos que le encarga el Estado.

P.- ¿Cómo definiríais el transcurrir de la F.O.R.A. en los últimos años?

R.- La F.O.R.A. ha empezado un proceso de reorganización justo antes de que estallara la crisis del 2001, y esa renovación de participación popular que desato el diciembre del 2001 conllevo a que las personas se aboquen a los tipos de organización que mencione anteriormente, ya que la acción sindical estaba diezmada por la precarización y la inestabilidad laboral. Por ese entonces los compañeros se abocaron a la creación de pequeñas agrupaciones de trabajadores y a la propaganda, con la intención de retomar la historia de nuestra organización y dar a conocer los principios que sostenemos. De a poco fueron surgiendo otros núcleos de la F.O.R.A. en ciudades del interior del país, y a medida que la situación se fue estabilizando (por así decirlo de una manera) resurgieron las protestas sindicales a las cuales nos abocamos.

Se fue afianzando nuestra orgánica federalista, y se dio a conocer la organización en ámbitos en donde era desconocida.

Hoy en día, cada compañero, como cada Sociedad de Resistencia de la F.O.R.A. tiene el firme compromiso de dar pelea en el ámbito laboral donde se trabaja, educarse y propagar nuestra creencia en la necesidad de organizarse sin representantes, ni dirigentes políticos.

P.- En las últimas fechas se puede apreciar abundante información de acciones solidarias y de conflictos laborales llevados a cabo por vuestro sindicato como son la lucha contra los despidos en Kromberg & Schubert o en Heladerías Grido. ¿Cómo se están desarrollando estas luchas?

R.- Claro, no solo participamos de conflictos donde nuestros compañeros están involucrados, sino que también apoyamos aquellas luchas donde los trabajadores han sido abandonados y traicionados por su propio sindicato, o que por ya conocer su accionar deciden manejarse de manera autónoma. En estos casos nosotros buscamos ofrecerle nuestro apoyo, solidarizándonos con lo que podamos. Por ejemplo, en el caso de Grido, una Sociedad de Resistencia de la FORA emprendió una campaña de denuncia contra esta empresa a partir de que algunos trabajadores se acercasen a la organización y comentaran las pésimas condiciones laborales a las cuales están sometidos. Por el momento no se inicio un conflicto frontal para no exponer a los compañeros que trabajan allí, pero ha servido para que mucha gente se interese en nuestros reclamos.

La situación en Kromberg & Schubert es distinta, esta es una fabrica con muchos operarios, ubicada en un parque industrial, y el conflicto se da a partir del despido de casi 30 trabajadoras y trabajadores. El sindicato que los representa esta totalmente comprometido con la empresa, por lo cual la pelea se da a través de canales no institucionalizados, o sea la acción directa, y es por eso que nosotros nos prestamos a colaborar de lleno. Asistimos tanto a las asambleas, como a los piquetes en las calles de acceso a la fábrica, a fin de impedir la producción. Como esto no es una tarea fácil, y se necesita de muchas personas, brindamos nuestro apoyo para su más pronta solución.

P.- ¿Tenéis relación con otros sectores obreros, sindicales o sociales? Recientemente pudimos dar cuenta en nuestras páginas de vuestra campaña de solidaridad hacia los Petroleros de las Heras...

R.- Esta es una pelea de gran envergadura, ya que estamos hablando de una condena a cadena perpetua a cuatro trabajadores, que en el marco de una protesta salarial termino siendo asesinado, de forma por demás extraña, un agente policial. En el proceso se cometieron muchas irregularidades y se extrajo testimonios a fuerza de golpizas.

Para nosotros, este caso es utilizado por el Estado como ejemplo, para amedrentar a todos aquellos que salen a luchar.

En este tipo de luchas, como en todas aquellas de envergadura, coordinamos con las agrupaciones de trabajadores que se manejan autónomamente de los sindicatos, ya que confluimos en lugares y actividades en común. También así, con las organizaciones anti represivas.

P.- ¿Con qué trabas os encontráis a la hora de llevar a cabo vuestra actividad en las empresas y en la calle? ¿Existe mucho control y represión por parte del Estado?

R.- Primero que nada nos encontramos con una Ley que restringe las libertades sindicales y establece una sola organización gremial por empresa y en la mayoría de los casos, por industria o rubro.

En estos momentos, el Estado está colaborando junto a las fuerzas represivas, en la intimidación y represión de los trabajadores que, así como nosotros, osan querer luchar por sus derechos por fuera de las estructuras sindicales legalizadas.

P.- ¿Qué nivel de aceptación pueden tener los postulados anarcosindicalistas en la sociedad argentina?

R.- Creo que hubo muchos experimentos sindicales en nuestro país y que todos fracasaron porque se corrompieron y defraudaron a la gente. Nuestros postulados, que si bien no son precisamente anarcosindicalistas, logran calar hondo en todos aquellos que se vieron tentados alguna vez por propuestas aparentemente radicales pero que en el fondo no buscaban más que sumar ovejas a su rebaño y hacer política en nombre de los trabajadores.

Nuestra propuesta de lucha gremial, hoy en día, es totalmente renovadora.

¿Sin dirigentes, sin alianza con el Estado, ni con partido político alguno? No existe nada por el estilo acá, nuestra tarea se haya justamente en hacerle llegar a los trabajadores nuestra forma de organización; la asamblea, la horizontalidad, la acción directa, el federalismo y el internacionalismo.

P.- ¿Tenéis algún tipo de proyecto en marcha o en mente en el que se pueda ir desarrollando las tesis anarquistas?

R.- Nuestra tarea está en llevar las ideas anarquistas a la práctica gremial, proponer otra forma de organizarse, de relacionarse. Despejar el camino y apuntar directamente a donde tenemos que golpear. Hay mucha politiquería en el ambiente sindical que empantana, por eso creemos que nuestra propuesta puede ser loable.

Por otro lado, hemos cobrado como un mote de referentes del anarquismo en el movimiento obrero del país, y no solo por la historia de años pasados de la FORA, sino por lo que hacemos nosotros actualmente. Tenemos ética en nuestro trabajo, y no prescindimos de nuestra ideología para hacerlo. Somos, a su vez, el referente gremial dentro del anarquismo y no nos parece mal. La cuestión esta en poder crecer y cobrar mas protagonismo.

Periódico CNT nº 410 - Abril 2014

 

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