[Actualizado] Los sindicatos paralizaron Francia: un millón de personas en las calles


Francia atravesó una jornada de protestas y huelgas masivas convocadas por los principales sindicatos para exigir el retiro del plan de empobrecimiento popular elaborado por el Gobierno de Emmanuel Macron.
Miles de manifestantes portan banderas y pancartas sindicales en Marsella, Francia.
Las fuerzas represivas han detenido este jueves a 309 personas, según el gobierno, por resistirse a la represión en la nueva jornada de huelga general convocada por los principales sindicatos en protesta por el proyecto presupuestario impulsado por el Gobierno del ya dimitido François Bayrou.
"Esta crisis no es solo social y adquisitiva, sino que también tiene un carácter político, ya que las medidas presupuestarias provienen de la inestabilidad gubernamental, lo que puede llevar a la caída de un Gobierno. Macron se encuentra en el centro de las protestas sociales y aparece cada vez más como el foco del bloqueo de la política económica francesa", explicó Thomas Posado, profesor adjunto en la Universidad de Ruán Normandía.
"La gente no llega a fin de mes y los servicios públicos empeoran; hay una inestabilidad política y a esto se le suma la amenaza de un ajuste de 40.000 millones de euros, que implicaría recortes en las prestaciones sociales sin incrementos que compensen la inflación", agregó.
El académico, también comentó que "el aumento del presupuesto militar en 150.000 millones de euros es algo incomprensible para la población francesa, ya que carece de coherencia en comparación con el discurso oficial: por un lado, el Gobierno realiza ajustes y recortes, mientras que por el otro destinan enormes recursos al gasto militar".
Los manifestantes realizaron más de 250 marchas en ciudades desde París hasta Marsella, Nantes, Lyon y Burdeos. Desde Montpellier hasta Lille, pasando por Saint-Malo y Rennes, se produjeron protestas en toda Francia. Se ondearon miles de banderas palestinas.
Lecornu, exministro de Defensa y amigo presidencial, se enfrenta a la furia y la decepción de trabajadores, profesores, estudiantes, jubilados y trabajadores sanitarios que quieren ser escuchados. Reclaman aumento de salarios, pensiones y servicios públicos.
La huelga general fue casi total en todo el país. Hubo interrupciones de horas en el transporte público, ya que los conductores de tren, autobuses y tranvías se declararon en huelga. El personal hospitalario se unió a las protestas y nueve de cada diez farmacias cerraron debido a las protestas de los farmacéuticos contra las políticas de precios.
Sophie Binet, presidenta del sindicato CGT, afirmó: «La indignación es enorme, al igual que la determinación. Mi mensaje al señor Lecornu hoy es este: son las calles las que deben decidir el presupuesto».
Los sindicatos consideran que el presupuesto para 2026 consolida reducciones en pensiones, derechos laborales y acceso a servicios públicos. Desde la CGT, su secretaria general Sophie Binet declaró que la movilización "envía un mensaje inequívoco al gobierno". Marylise Léon, de la CFDT, sostuvo que la protesta es parte de un proceso acumulativo que no ha recibido respuesta política.
El sector educativo registró bloqueos totales en 23 liceos y bloqueos parciales en otros 52. Aunque el gobierno afirmó que circulaban el 90 % de los trenes de alta velocidad, los sindicatos lo desmintieron, denunciado altas afectaciones en rutas regionales en todo el país. Los centros de distribución de las grandes ciudades y servicios públicos fueron interrumpidos.
Los sindicatos también manifestaron su oposición a la reforma del seguro de desempleo, que endurece los criterios de acceso para trabajadores en situación precaria.
La plataforma sindical insiste en que las medidas fiscales del nuevo gobierno mantienen la línea de reformas anteriores, sin atender las demandas expresadas en más de un año de movilizaciones.
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19/9: Los sindicatos paralizan hoy Francia en un desafío sin precedentes al régimen neoliberal
Una nueva ola de protestas masivas se desató este jueves en toda Francia. Bajo la convocatoria de los principales sindicatos del país, una huelga general masiva congrega a trabajadores privados y de sectores esenciales como la educación, la sanidad y el transporte público. El detonante del malestar popular son las restricciones económicas y la política presupuestaria antipopular impulsadas por el Gobierno. Exigen la retirada de los recortes previsto en los presupuestos preparados por el anterior primer ministro.
Anticipando una alta participación ciudadana, las autoridades desplegaron un impresionante dispositivo represivo para tratar de contener las manifestaciones. Más de 80.000 agentes de policía y gendarmería se movilizaron en un operativo sin precedentes con el objetivo de impedir la libre expresión del pueblo.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, ha lanzado la advertencia, antes incluso de que se hiciera de día, que los represores tienen la consigna de ir "al contacto", eufemismo por castigar sin miramientos. Retailleau ha querido recordar que en las anteriores protestas del día 10 hubo 675 detenidos y ha pedido que para ellos "las sanciones sean las más duras".
A pesar de la fuerte presencia policial, las manifestaciones se extienden por todo el territorio nacional. Según datos preliminares del Ministerio del Interior, se registraron más de 470 actos de protesta, incluyendo el bloqueo de 135 grandes instalaciones. El balance de la Policía nacional cifra en al menos 94 las detenciones realizadas en todo el país, con arrestos reportados en ciudades como París, Toulouse, Brest, Marsella y otras.
El impacto de la huelga fue especialmente grave en la región metropolitana de París. En la capital y sus suburbios, la paralización fue casi total: los servicios de transporte público fueron cancelados y la circulación de trenes de cercanías sufrió interrupciones severas.
La tensión debida a la represión a manifestangtes escaló rápidamente, derivando en ataques de las fuerzas represivas, que emplearon masivamente gases lacrimógenos y cargas a bastonazos para dispersar a los concentrados en plazas y avenidas.
En Marsella, la segunda ciudad más grande de Francia, la policía arrestó a más de 20 manifestantes durante las protestas. En Lyon, los participantes bloquearon el tráfico en la autopista de circunvalación, causando importantes embotellamientos. Un manifestante y un periodista resultaron heridos como consecuencia de la represión en la ciudad, informó Le Figaro.
Además, en diversas ciudades, estudiantes se sumaron a las movilizaciones bloqueando las entradas a la mayoría de los centros educativos. En París y en sus alrededores ocurrió lo mismo, como en el liceo Maurice Ravel, donde un centenar de estudiantes han bloqueado la entrada al centro.
La secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet, ha hecho un llamamiento a la participación en las más de 260 manifestaciones que se están desarrollando por todo el país: "Nunca hemos estado tan en situación de fuerza".
En declaraciones a los medios, Binet ha hecho hincapié en que el nuevo primer ministro, el macronista Sébastien Lecornu "es consciente de su debilidad" y de que puede ser censurado "en dos o tres semanas" y por eso ha considerado que hay que hacer presión para que se retire el proyecto de presupuestos neoliberal que preparaba su antecesor, el derechista François Bayrou.
Marchas en apoyo a Gaza
La situación se complica con la confluencia de masivas marchas en apoyo a Gaza. En Marsella, cientos de manifestantes bloquearon la fábrica militar de la empresa Eurolinks que suministra equipamiento a Israel, convirtiéndose en cómplice del genocidio en Palestina.
La jornada culminará con manifestaciones mayores que se están desarrollando en París, Lyon y otras grandes urbes, donde se espera que cientos de miles de personas alcen su voz contra la política del Ejecutivo.
La semana pasada, Francia se vio sacudida por protestas antiguberna-mentales masivas bajo el lema 'Bloqueemos todo', con el objetivo declarado de paralizar el país.
El miércoles, multitudinarias manifestaciones de movimientos sociales y sindicatos, tomaron las calles y lograron detener la actividad nacional. Una de las consignas más repetidas durante las protestas fue la exigencia de la renuncia del presidente Emmanuel Macron. Sin embargo, esta vez las movilizaciones alcanzan una magnitud aún mayor.