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Venezuela :: 10/12/2006

Los festejos y los desafíos tras la contundente victoria popular en Venezuela

Pablo Taricco - Prensa De Frente
La consolidación de los Consejos Comunales como instancias barriales de auto-gobierno, materialización de proyectos y manejo de recursos públicos, son otras de las tareas pendientes. El avance de este modelo es crucial en la labor de descentralización del Estado, y de lucha contra la burocratización

El triunfo de Hugo Chávez, logrando la reelección presidencial en la Venezuela Bolivariana, fue contundente. Con más de 7 millones de votos, se impuso por un 63% sobre el candidato de la derecha Manuel Rosales, quien obtuvo algo menos de 38 puntos. Chávez venció en la totalidad de los Estados del país, consolidando una línea de aceptación y popularidad ascendente desde 1998.

En aquella primera oportunidad, Chávez había obtenido el 56% del total, con 3,6 millones de votos. Dos años después, tras reformar la Constitución en la llamada "relegitimación de los mandatos", logró el 59% con 3,8 millones.

Luego del golpe de Estado de 2002 y del paro petrolero-patronal que detuvo al país a principios de 2003, esta misma oposición organizó un Referéndum Revocatorio en agosto de 2004 que pretendió dar por tierra con el proyecto liderado por Chávez. En aquel momento, el candidato del gobierno obtuvo nuevamente el 59% de los votos, pero esta vez ante un registro electoral mayor, concentrando 5,8 millones de votos válidos.

Aunque los "10 millones" de votos que rezaban las consignas de campaña no fueron alcanzados, el ascenso y la aceptación de Chávez en las urnas a través del tiempo es notorio. "Los 10 millones son el horizonte de trabajo", expresó el Presidente el jueves anterior a las elecciones. Esta cifra soñada le daría al candidato un 90% de los votos válidos.

Lo cierto es que las elecciones del pasado domingo batieron records de asistencia. El 24 % de abstención supone la cifra mayor de participación de los últimos 18 años en una democracia en la que el voto no es obligatorio.

La Noche del Domingo

A partir del primer boletín preliminar oficial, que le otorgaba el 62% a Chávez y el 38% a Rosales, la algarabía bolivariana fue legítimamente desatada en las calles de Caracas. Bajo una fuerte lluvia, miles de personas se concentraron frente al Palacio de Miraflores para festejar la victoria, demostrando por qué -como dice uno de los lemas de campaña- "somos alegría, somos mayoría".

La jornada electoral comenzó bien temprano: las comunidades organizadas dieron inicio a su labor, activándose a partir de las 3 de la mañana para promover la presencia de los ciudadanos en los centros electorales. Desde esa hora, las calles en los barrios fueron tan transitadas como a las 12 del mediodía de una jornada cualquiera.

En la "Unidad Educativa Luis Pimentel" del Barrio 23 de Enero, la cola comenzó a formarse bastante antes. Desde horas de la tarde del sábado, las personas formaban fila demostrando un nivel de conciencia sorprendente. Ya para las 5 de la mañana, alrededor de 500 personas coreaban consignas y bailaban al ritmo de salsa y reggaeton que ofrecían las viviendas aledañas al centro de votación. Una verdadera fiesta en la calle.

"El 23 de Enero es Rojo-Rojito", explicaba Heidi, integrante de uno de los Consejos Comunales de este populoso barrio caraqueño. "Chávez pa' todo el mundo. ¡Hasta el dos mil cien-pre!".

Conciencia a las urnas

La campaña mediática antichavista pretendió minar la legitimidad de los comicios apelando a varias artimañas destinadas a fomentar el desconocimiento de los resultados del proceso electoral. El sistema de votación electrónico venezolano fue puesto en cuestión desde todos los medios privados de comunicación, verdaderos órganos de propaganda partidista.

Pero esta estrategia se vio repelida por una fuerte campaña de información puesta en práctica no sólo por el Consejo Nacional Electoral, sino por las propias comunidades organizadas. Cada uno de los pasos de la instalación de las mesas, del voto, el escrutinio y la auditoría fueron difundidos y discutidos. Se organizaron batallones y pelotones-ciudadanos de campaña que se dieron a la tarea de promover la participación mediante la discusión y la movilización permanente.

Organizaciones sociales como el Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora y la Unión Popular Venezolana impulsaron planes de contingencia ante posibles escenarios de conflictividad social. "Si se vienen con un 11, les saldremos con un 13", avisaban los muros grafiteados, aludiendo al golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y el ya mítico regreso de la Revolución al poder dos días después.

Hazte fama y échate a dormir

Cerca de las 11.30 de la noche del domingo, desde su comando de campaña, el opositor Manuel Rosales reconocía la victoria bolivariana. "Reconocemos que hoy nos vencieron. Yo con hidalguía, con la frente en alto, anuncio a Venezuela que desde hoy comenzaré a recorrer el país". Y agregó: "Yo sé que algunos en posiciones a lo mejor emotivas, quisieran que yo mintiera y que alzara al pueblo diciéndole mentiras. Yo no podría hacer eso jamás porque al pueblo se le dice la verdad’.

De esta manera, Rosales rompía públicamente con los sectores de la derecha más recalcitrante en la oposición, haciendo un guiño al gobierno reelecto. El escenario hasta ese momento se mantenía tenso ante el supuesto desconocimiento de los resultados que el comando de campaña de Rosales había preparado previamente.

En consonancia con esta actitud, el miércoles 5 de diciembre, Rosales expresó en conferencia de prensa su deseo de liderar esta oposición "democrática" y reclamó inclusión y diálogo" al gobierno bolivariano.

Si bien estas declaraciones fueron recibidas con beneplácito desde los sectores ligados al oficialismo, el presidente reelecto aclaró ese mismo día que el gobierno "siempre estará abierto al diálogo, pero sin condiciones ni chantajes".

Lo cierto es que el movimiento liderado por Rosales tiene bastante trabajo por delante. Por un lado afianzar una estructura partidaria real que supere esta alianza coyuntural con viejos partidos de derecha que se llamó "Un Nuevo Tiempo"; por el otro, consolidar un electorado que no lo ve seriamente como su líder, sino simplemente como una opción frente a Chávez.

A profundizar la Revolución Bolivariana

A partir de ahora la Revolución Bolivariana entra en la llamada "segunda fase" del Proyecto Simón Bolívar, que traza los objetivos de la Quinta República durante el Siglo XXI. "La nueva época que hoy comienza tendrá como fuerza central y fundamental la profundización, ampliación y expansión de la Revolución Bolivariana que anunciaba el Libertador Simón Bolívar en 1819", subrayó el presidente reelecto en un discurso pronunciado el domingo bajo la lluvia ante miles de simpatizantes.

Una Asamblea Constituyente a partir de la cual imprimir una "nueva arquitectura al Estado", parece ser una de las ideas que más le atraen a Chávez. El presidente venezolano ha expresado en varias ocasiones que con la estructura actual es imposible alcanzar la democracia real, y mucho menos el socialismo.

La consolidación de los Consejos Comunales como instancias barriales de auto-gobierno, materialización de proyectos y manejo de recursos públicos, son otras de las tareas pendientes. El avance de este modelo es crucial en la labor de descentralización del Estado, y de lucha contra la burocratización.

Otro punto importante en esta nueva etapa será la relación con los medios de comunicación privados. Y esto se vislumbra si tenemos en cuenta que en pocos meses se vencerán las concesiones de Radio Caracas Televisión y de Globovisión, dos de los canales más reaccionarios de Venezuela.

El dilema está planteado. Hay quienes públicamente exigen que esas licencias no sean renovadas, y que las respectivas frecuencias sean entregadas a cooperativas. Hay quienes plantean que es necesario llamar a un Referéndum Consultivo, y que sea el pueblo quien decida si se renuevan o no esas concesiones.

Un punto clave es que ninguno de estos canales, activos partícipes del golpe de Estado de 2002 y del Paro Petrolero, fueron sancionados oportunamente. Es por ello que el "cobro de factura" pareciera ser el desenlace lógico de esta confrontación que los medios creyeron tener ganada.

Pero lo cierto es que serán las organizaciones del pueblo quienes deberán dar la batalla por la profundización de la Revolución Bolivariana, con o sin golpistas en el medio. Y esta profundización se muestra como el principal anhelo y el reto principal de los venezolanos.

 

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