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México :: 01/07/2012

México: De predicciones y pronósticos. Los comunistas frente al escenario electoral

Diego Torres
El PCdeM está listo para ser la feroz oposición del gobierno empresarial, promotor de la conciliación de clases, que surgiría de reconocerse el triunfo de AMLO

Hay una profunda diferencia cualitativa entre el pronóstico y la predicción. Para hacer un pronóstico es necesario analizar los rasgos esenciales del proceso, por otro lado la predicción aunque “atine” no nos revelará ningún vínculo interno del fenómeno que observamos y por tanto carecerá de valor para ayudarnos a reaccionar adecuadamente. Así por ejemplo podemos pronosticar con un cierto grado de error el desarrollo del clima partiendo del uso de barómetros, termómetros, imágenes satelitales, higrómetros, etc. Cosa muy distinta a predecir la lluvia porque “nos hace cosquillas la rodilla” o similares supersticiones al estilo del “Pulpo Paul”.

Desgraciadamente en muchos intelectuales comprometidos con la lucha del pueblo calan aún los estigmas de la contrarrevolución y se desprenden de muchas de las ricas herramientas del análisis marxista, ya no digamos de los aportes de Lenin, y bajo la presión de las elecciones los observamos hacer verdaderos galimatías teóricos. Lo anterior es agravado por el hecho de que francamente muchos de los analistas o están cooptados o mantienen lealtades electorales.

Al mantener independencia con relación a los partidos que se disputan la elección creemos contar con el derecho de aproximar elementos para un frío análisis del escenario electoral. Sería antimarxista suponer que contamos con una “bola de cristal” infalible, pero también sería un ejercicio inútil plantear 8 o 9 escenarios con tal de no equivocarnos.

Así pasaré a plantear herramientas de análisis, lo que pienso configura esencialmente el escenario del domingo y los días subsiguientes, por último adelantar lo que considero sería un posicionamiento de clase frente al mismo. La aproximación a la realidad y las encuestas

El proceso electoral es algo fluctuante, sobre la capacidad de las encuestas de reflejar estas fluctuaciones mucho se ha discutido. Por ejemplo el Doctor Mochan del Instituto de Ciencias Físicas de la UNAM realizó un meta-estudio estadístico de cómo la exposición previa a unos “resultados” generados aleatoriamente desviaba los resultados de la encuesta misma, posteriormente reflexionaba sobre el teorema de Arrow. La publicación de las encuestas como propaganda ha llevado a su descrédito como herramienta de análisis estadístico para conocer las tendencias electorales. Este descredito no significa que sean absolutamente inútiles para realizar inferencias, especialmente si las estudiamos críticamente.

El valor de las encuestas-propaganda no reside directamente en los valores que dicen “reflejar”, sino en el hecho mismo de que una casa encuestadora, un grupo editorial la publique de esa manera. Su valor consiste en que nos ayudan a indagar a que grupos financieros está ligada cada una de ellas, en considerar la fuerza relativa de los grupos monopólicos que dan su apoyo a cada partido, entendiendo los puntos en los cuales chocan entre sí.

Para nadie resulta un secreto que Mitofsky se halle relacionado con Televisa, ni una sorpresa que ellos y el grupo editorial OEM le dé una “amplísima” ventaja a Peña Nieto. Para algunos será una sorpresa que el grupo editorial Reforma esté ligado a Carlos Slim, que uno de sus periódicos –El Norte- esté ligado con algunos de los oligarcas más anti-obreros de Monterrey, y mayor sorpresa que le dé una ventaja modesta de 4 puntos porcentuales a AMLO. Que publiquen esta ventaja tiene poco que ver con un súbito compromiso de informar y más con la manera en que se han posicionado en la disputa estos capitales.

Pocos han indagado más allá de estos casos, pero la información es fácilmente accesible, se encuentra en las revistas especializadas, en los reportes financieros de estos grupos, en los periódicos, en las biografías de los reporteros, comentadores, columnistas, etc., en los patronatos de las universidades, en el internet, etc. Solo hace falta reflexionar sobre ella y construir el modelo. Por consideraciones del poco tiempo que queda para las elecciones me saltaré las compilaciones realizadas para esto, seguiré con otras premisas para llegar a lo que pronostico como resultado.

Un supuesto del que debemos partir es que no es lo mismo lo que la gente responde en una encuesta de lo que hace en realidad. Corolario de este supuesto es que podemos medir el nivel de interés independientemente de las valoraciones que haga cada caso individual. Es decir, un alud de comentarios negativos no necesariamente significa un contrincante débil, todo lo contrario. Que se convoque a marchas anti-EPN y no anti-Quadri es bastante elocuente.

Estos dos supuestos son algunos de los que parte Iniciativa Kapitolio para construir sus modelos estadísticos. Kapitolio es una encuestadora que ha tenido una respetable exactitud en sus pronósticos para elecciones internas en los partidos, así como elecciones en España, EUA, etc. Esta encuestadora le da un 40% de las preferencias a AMLO, un 37% a EPN, y 17% a Vázquez Mota.

La anterior tendencia viene confirmada por la ya legendaria indiscreción de los nuevos operadores del PRI, a los que se les ha filtrado fotografías de los resultados de una encuesta confidencial. Evidentemente los partidos no pueden confiar para sus análisis en las encuestas que realizan a modo y recurren a otras más serias que evitan divulgar. Esta encuesta, que está sellada y firmada de recibida el 28 de Junio, da un 39% de las preferencias a AMLO, un 36% a EPN, y 21% a Vázquez Mota.

Esta tendencia puede estimarse como muy cercana a las fluctuaciones reales por el hecho de que la socialdemocracia logró concentrar 25 veces más personas que el partido demócrata cristiano en los cierres de campaña.

Sin apoyar en lo más mínimo su candidatura, programa o partido, para mí es claro que quien ganará las elecciones es AMLO. Aunque no necesariamente ganará la presidencia…

El eslabón principal

El eslabón principal en toda la cadena de contradicciones que observamos es la continuación de la crisis capitalista de sobre acumulación. Esto parece un lugar común si lo desdoblamos desde el lado que lleva a la unidad de los capitalistas por mantener las agresiones contra nuestra clase y nuestro pueblo. Pero no lo es tanto si lo desdoblamos desde el lado que aún determina las elecciones, es decir desde lo que la contracción del mercado significa para las contradicciones inter-burguesas e inter-monopólicas. Bastará para afirmar esto revisar la multitud de mecanismos mediante los cuales las centrales patronales se han convertido en el gran elector, es decir extraer la experiencia de los fraudes.

Este país ya de por sí está rasgado por la contradicción entre grandes carteles que se disputan el mercado de la droga y actividades conexas. Otra de las principales contradicciones inter-monopólicas es el antagonismo en el mercado de las telecomunicaciones, lo mismo por el control del espacio radioeléctrico, la fibra óptica, la telefonía celular, que la llamada “tercera cadena de televisión abierta”. No menos fuertes son las presiones sobre la renta petrolera y en general el área de la energía. La gestión misma de la crisis, hacia que secciones del capital y de qué manera deben dirigirse los esfuerzos para garantizar o ampliar las ganancias es el quid de las elecciones, es lo que lleva a un grupo financiero y a otro colocarse detrás de uno y otro partido.

Pero los monopolios que actúan en este país no solo buscan su reacomodo, sino que también hacen apuestas de orden más general. La división entre grandes capitalistas ante estas elecciones reside en que para algunos la prioridad es ampliar sus ganancias mediante la aprobación a como dé lugar de una serie de reformas, mientras que para otros resulta prioritario asegurar la continuidad de la acumulación misma reduciendo lo más posible la explosividad social sometiendo las reformas a cambios en sus modalidades.

No es poca cosa lo que está en juego, literalmente se trata de miles de millones de dólares, es decir de la disputa de entidades con poder social tremendo.

Grecia, Europa, la primavera mexicana

Varios columnistas gustan de hacer analogías de la situación en nuestro país con la de otros países. Se compara con Grecia y se habla de la campaña del miedo, se compara con Francia y se ensueñan con la victoria los intelectuales amarillos, o se le cuelga al movimiento 132 la etiqueta de “primavera mexicana” comparándolo con desarrollos en el Medio Oriente, etc.

Aunque resultaría difícil afirmar que no existen algunos rasgos comunes (ya hemos hablado de la contradicción principal), la realidad, sin embargo, es bastante más complicada y no se puede teorizar tan mecánicamente.

En México, a diferencia de Europa, el sistema electoral excluye tajantemente la posibilidad de cualquier oposición a los monopolios. Ya no digamos un Partido Comunista, sino inclusive partidos de corte laborista están descartados, por ejemplo la OPT del SME. El sistema electoral hace prácticamente imposible el registro de nuevos partidos, esto aunque aparentemente le reditúa en regular a los grupos que luchan por administrar el gobierno, también dificulta renovar el sistema de dominación. Las formas de mediación social aquí hacen improbable que surja el fenómeno de un SYRIZA que renueva en tres meses el espacio anteriormente ocupado por el PASOK, como en Grecia.

Tampoco se trata de Medio Oriente donde la bandera de democratizar los regímenes políticos despóticos encerraba una consigna que rebasaba las nociones utópicas y que llevó a las masas trabajadores a grandes rebeliones. Sin duda estas rebeliones le aportarán a la clase obrera riquísimas experiencias para cuando, no muy lejanamente, tenga que levantar su propia bandera, y marchar tras su propio poder.

Aquí, el problema es que ante lo limitado de las formas de mediación social, se le ha complicado a la burguesía zanjar sus diferencias y simultáneamente mantener su fachada democrática. Es decir, reproducir el consenso burgués no será tan sencillo.

El escenario

Ya me he tomado el atrevimiento de sostener que la socialdemocracia ganará las elecciones. Así el escenario viene definido solo por dos posibilidades. O se le reconoce el triunfo, o no se le reconoce.

Existe la posibilidad de que se le reconozca el triunfo en virtud de que existe unidad de criterios entre todas las patronales y todos los partidos contendientes en cuanto a una serie de precondiciones del nuevo gobierno. Mantener los compromisos con las organizaciones imperialistas internacionales, el TLCAN, el Banco Mundial, el FMI, la iniciativa Mérida, etc. Mantener la línea de agresiones y ataques contra la clase obrera y las capas trabajadores del pueblo.

Quienes apuestan por este escenario pueden descartar por completo que al PRD-PT-MC se le otorgará además una mayoría parlamentaria. Así, con lágrimas de cocodrilo, el ejecutivo aplicará las medidas demandadas por los oligarcas de este país, pidiéndonos tres años más de paciencia, y luego otros tres. Ya está anunciada la evaluación magisterial, ya está anunciada la implementación de la ley de seguridad, ya está anunciada la reforma laboral, además de todo un paquete de “incentivos” a los industriales y banqueros.

Existe también la posibilidad de que no se le reconozca en virtud de los últimos reacomodos de los grupos monopólicos. Aunque detrás de Obrador hay grandes banqueros, industriales, financieros y oligarcas, los últimos reacomodos detrás de Peña Nieto han convertido la suma total de fuerzas que lo apoyan en este campo mayor a la de su rival. La democracia cristiana sabiéndose perdida apuesta al largo plazo y forzó a estos reacomodos con una serie de maniobras. El PAN controlando la actual administración ha permitido la fusión de IUSACELL con Televisa, condicionándola a la apertura de un tercer o hasta cuarto canal de televisión abierta. Esto no resuelve la contradicción inter-monopólica, pospone su resolución aunque amplía su magnitud. Pero al PAN lo sitúa en un campo neutral con respecto a los contendientes, Grupo Salinas – Grupo Televisa, Grupo Saba - General Electric - Telemundo, Grupo Carso, y los lleva a reacomodarse. No es fortuito que algunos de sus operadores con vínculos al capital Norteamericano, como Fox, hayan mediado para atraer a Oscar Naranjo a Peña Nieto e inclinar fuertemente las preferencias del lobby estadounidense.

Hasta hace años considerábamos a la socialdemocracia el convidado de segunda en el sistema político mexicano, hoy en día no hay que subestimarla. El PRD-PT-MC han hecho una apuesta realmente seria por dar a entender que no estarían en posibilidades ésta vez de cumplir con su papel de contenedores de la movilización y la radicalización popular de perder la presidencia.

Nosotros que compartimos algunos métodos con otras organizaciones que hoy marchan por ciertas consideraciones junto con AMLO, sabemos que, por ejemplo, no es posible realizar en un día y una noche centenas de pintas en el Distrito Federal sin que el gobierno local lo detecte y lo frustre si no le conviene. Aprendimos recorriendo con La Otra Campaña al país y sudando la gota gorda para lograr las finanzas de los eventos que los templetes, sistemas de sonidos, e infraestructura con la que cuentan algunos movimientos no pudieron surgir por encanto, etc.

Si la posibilidad de que les arrebaten la presidencia se concreta es evidente que habría un conflicto poselectoral. Que las disputas inter-monopólicas se profundizarían, en algunos puntos produciría fisuras, y que el nuevo régimen no solo tendría que estar preparado para reprimir a campesinos y obreros, sino que también tendrá que reprimir a las capas medias, lo cual le va a complicarle su existencia.

La posición

El marxismo no se reduce a un ejercicio académico de análisis. Para nosotros no se trata de contemplar el escenario sino de intervenir conscientemente con una posición de clase ante él.

El Partido Comunista de México se halla listo para ser la feroz oposición del gobierno empresarial, promotor de las ideas de “conciliación de clase”, que surgiría de reconocerse el triunfo de AMLO. Independientemente de la posición que frente a las elecciones hayan mantenido otras organizaciones y fuerzas, llamaremos a la construcción de un frente contra la desvalorización del trabajo, un frente contra las agresiones y medidas bárbaras contra nuestra clase y contra nuestro pueblo. Este es el sentido que ha tenido en los últimos meses nuestra táctica y nuestra política de alianzas.

Pero ante la latente posibilidad de que exista un conflicto poselectoral y sin poder prever por el momento la gravedad del mismo, podemos afirmar un par de cosas. Podemos afirmar que no estaríamos de acuerdo con permitir que por un lado haya encarcelados, muertos, desaparecidos, mientras del otro haya diputados, senadores, gobernadores, etc. No estaríamos de acuerdo con resolver una imposición con la imposición de otro gobierno anti-obrero. No pensamos que sea posible derrotar a un enemigo levantando su bandera.

Podemos afirmar que seríamos unos pedantes si nos cruzamos de brazos ante una participación decidida y combativa de las masas. Estaríamos luchando contra la tiranía, pero sería nuestra obligación ligar inmediatamente esa lucha con la lucha por el poder y la economía popular hasta sus últimas consecuencias. Como Partido Comunista nuestra obligación sería hacer todo por romper la cadena de transmisión de mando entre la burguesía y la clase obrera.

Cualquiera sea el camino que la burguesía elija, debe saber que está despertando fuerzas más allá de sus capacidades de sometimiento.

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