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Argentina :: 19/06/2023

Muchas balas para una democracia gastada

Matías Gianfelice
Jujuy arde. Todo el pueblo en la calle contra una reforma constitucional que anula derechos elementales. La precarización laboral y el saqueo del litio como fondo

Todo con represión social para garantizarlo.

“Uno les delega las responsabilidades y se toman otras atribuciones”. Así empieza el documental “¿Qué democracia?” de Patricio Escobar. La frase la dice entre llantos en el medio de una represión en Tinogasta, Catamarca, una desconsolada vecina. Su llanto transmite la bronca y completa su hermosa faena literaria diciendo “Que odio que me dan…que impotencia, dónde están…no hay justicia para nosotros pero si para todas estas empresas mineras”. Hace una década o en pleno junio del 2023, en la Puna jujeña o la profunda Catamarca, en alguna comarca andina patagónica o en el litoral hiperfumigado: lo que cruje, lo que huele a mierda y veneno es este sistema político, económico y social.

Hoy tiembla Jujuy porque hay un gobernador dispuesto a garantizar los enormes negocios del litio a como de lugar. Sus patrones burgueses necesitan rutas libres, leyes laborales flexibles e impuestos casi inexistentes: su empleado gubernamental cumple. Pero hay un problema, siempre hay un problema: el pueblo. Y junto al pueblo, la farsa social a la que nos invitan: votemos, elijamos representantes, vayamos felices a las urnas que tenemos el “poder del voto” y ellos deben cumplir con el “mandato popular”. Bueno estimada platea lectora, me parece que va siendo hora que nos demos cuenta que tan así no parece funcionar.

Gerardo “Emperador” Morales ganó hace 15 días las elecciones jujeñas y se lanzó con todo. Bien podríamos empezar por una aclaración, el gobernador no está solo; en primer lugar porque el PJ cogobierna con él en Jujuy, pero además porque es la punta de lanza de todo un sistema político que busca instalar las reformas regresivas y antipopulares que la burguesía, local y extranjera necesita para garantizarse el máximo posible de ganancias. En Jujuy, la cara más prometedora de esta fuente de negocios multimillonarios es el litio; mejor dicho la explotación y saqueo al extranjero de la mayor cantidad de litio que se pueda, a la mayor velocidad que se pueda y al menor costo posible.

El avance del gobernador de la UCR se cristalizó en una reforma constitucional que quita derechos democráticos elementales al pueblo jujeño, que profundiza el carácter liberal y regresivo del orden jurídico jujeño y que deja, a la ya golpeada y precarizada clase trabajadora jujeña a merced de la avaricia patronal. Con un contexto caldeado por el reclamo docente en alza (NdR: la docencia jujeña es de las peores pagas del país, hay docentes cobrando apenas arriba de 30 mil pesos), con salarios estatales y de salud pública por el piso y con bolsones de población precarizada y con redes de contención estatal cada vez más rotas. No era difícil calcular la temperatura del humor social en la provincia más norteña del país.

Pero pareciera que Morales estaba más entusiasmado en jugar y amagar con su candidatura presidencial (devaluada hace semanas a la vicepresidencia de Larreta, en una interna descarnada de Juntos por el Cambio), que en entender hasta donde puede portarse como patrón de estancia y hasta donde no. Y el no le llegó con tiza, guardapolvo y puño coya bajando del cerro. Si bien la reforma avanza a paso firme y pareciera que será aprobada, la legitimidad social de esta nueva constitución y del gobierno en general quedó pendiendo de un hilo. La brutalidad del gobernador, la impunidad de elite de los constituyentes de la UCR y de peronismo pero no así los del FIT que se fueron apenas empezó a sesionar la asamblea constituyente; ampliaron los lazos comunitarios y las protestas que empezaron siendo de las bases docentes, ganaron enormes niveles de aceptación y fueron volcando al pueblo a las calles.

La semana pasada ya se vio una muestra de la bravura que se estaba despertando en la clase trabajadora jujeña, cuando miles y miles de personas coparon el centro de la capital provincial y gritaron bien fuerte por sus derechos. El ninguneo oficialista, la rosca de palacio del PJ con Morales y las provocaciones patoteras de la policía colmaron un vaso bastante lleno. Esta semana, se profundizaron las coordinaciones gremiales, sindicales, de organizaciones sociales, etc y se llegó a un paro general para el viernes 16. Para que quede claro: Jujuy entera se paró, se puso de pie y nos regaló como clase trabajadora una jornada histórica de lucha.

La respuesta estatal no tardó en llegar, y muy a pesar nuestro como pueblo, careció de toda creatividad e ingenio y fue la misma de siempre: amenazas, represión estatal, detenciones, golpes, judicializaciones, desinformación y el miedo como arma final para desmovilizar a un pueblo insurrecto. El nuevo marco legal se lo permitía: Morales modificó la constitución para decretar que la protesta social, el reclamo y el corte de calles y rutas es ilegal. Fueron estos mismos cambios los que la policía local y las fuerzas federales apostadas en las zonas de conflicto, utilizaban como argumentos para desalojar violentamente.

El viernes por la tarde el epicentro de las marchas fue San Salvador de Jujuy, ya que desde el jueves venían comunidades enteras bajando de la puna y de todo el interior provincial para hacerse oír en la capital. Quizás ese movimiento fue el que visualizaron las fuerzas represivas para comenzar por la tarde del viernes una feroz represión en zonas del interior como Fraile Pintado en las yungas jujeñas y Purmamarca y Abrapampa en el norte provincial. Es importante destacar un dato clave para entender todo lo que está pasando: a la entrada de Abrapampa se encuentra el cruce de la ruta nacional N°9, la cual se conecta con Chile y es de vital importancia para la comercialización de litio que se extraiga de la provincia. Podríamos adaptar el viejo refrán y decir “dime quién te financia y te diré a quién reprimes”…

¿Dónde reside lo democrático?

Hay que discutir este sistema político. Pero no desde las bravuconadas de un lobista de millonarios como el fascista de Milei, sino discutirlo sin el helado en la frente y apelando a querer cambiar algo profundo de una buena vez. Morales ganó las elecciones cómodamente hace 15 días, ¿eso es la democracia? ¿A lo máximo de libertad democrática que podemos aspirar es a votar cada 2 años, a dirigentes y partidos que se organizan bajo roscas, tranzas, coimas, traiciones y negociados? ¿No podemos ni siquiera intentar algo mejor que eso? ¿Un gobierno que gana las elecciones tiene derecho a cualquier cosa? Si ese “cualquier cosa” saca al 90% de la gente que se supone que representa a la calle porque no están de acuerdo ¿lo democrático es que siga adelante porque lo votaron antes? ¿lo democrático es el representante votado reprimiendo y no la mayoría social reclamando sus derechos?

Hay algo de esta democracia burguesa y representativa que no cierra por ningún lado. Escribo esto aun consciente de que es un sistema tan astuto para defender sus intereses, que así como el “que se vayan todos” en 2001 fue resuelto con un “que se quede la mayoría” de 2003 en adelante, quizás esta revuelta popular, heterogénea, mayoritaria, digna del pueblo jujeño termine siendo fagocitada por los mismos representantes que hoy son vapuleados en las calles. Pero también lo escribo con la consciencia y la alegre rebeldía, de creer que quizás termine distinto. En una de esas el pueblo jujeño se responda la pregunta y halle como respuesta que la democracia reside en sus manos, en sus cabezas, en sus cuerpos, en sus sueños…y que todo ello no cabe en una urna.

tramas.ar

 

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