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Mundo :: 06/06/2014

Ningún organismo internacional puede decidir en nombre del pueblo haitiano (y II)

Mario Hernández
A 10 años de la ocupación de Haití por la Minustah, entrevista con Henry Boisrolin :: Haití es un país productor de mano de obra súper barata

Ver primera parte

Mario Hernández (MH): Se conoció una declaración del ex presidente Lula “No nos vamos a olvidar de Haití” donde en su parte final propone que Naciones Unidas convoque a una conferencia sobre para discutir un balance de lo que se hizo durante estos 10 años y qué hacer en adelante. Sé que has hecho alguna consideración sobre el asunto.

Henry Boisrolin (HB): Mi opinión no difiere de lo que digo habitualmente y que es válida para cualquier pueblo. Ningún organismo internacional, por bien intencionado que fuese, ningún gobierno o autoridad, puede decidir en lugar del pueblo de Haití. Para mí es un principio básico. Cuando el ex presidente Lula llama a hacer una especie de balance por parte de Naciones Unidas, ni siquiera incluye al gobierno haitiano ni sus organizaciones sociales ni la opinión del pueblo de Haití. Solo la ONU va a decidir, va a hacer su balance y eso nosotros lo rechazamos de plano.

En segundo lugar, para nosotros, el presidente Lula falta a la verdad cuando plantea esto porque no puede ignorar todo lo que significó el dolor y el sufrimiento para el pueblo haitiano de la Misión de las Naciones Unidas para la estabilización de Haití (MINUSTAH) impuesta desde el 1º de junio del 2004 bajo la comandancia militar de Brasil.

En su texto en ningún momento habló de abusos, de represiones a movilizaciones populares, de masacres en barrios populares incluso de niños en sus camas. No habló de la represión al movimiento obrero que cometieron las tropas y al pueblo cuando se levantó contra el hambre, de los 114 soldados de Sri Lanka que violaron niños de 12 años, del cólera introducido al país por esas mismas tropas. Para nosotros es grave no plantearlo.

Cuando dice que la ONU tiene que hacer un balance está desconociendo que se trata de una ocupación sino de una misión humanitaria, entonces vamos a ver si hicimos bien los deberes, si falta algo. El ex presidente no puede desconocer la opinión inmensamente mayoritaria del pueblo haitiano contra la MINUSTAH. Basta ir a Haití y ver cualquier movilización popular si dicen ¡Vivan los soldados! y los aplauden.

Esto merece una reflexión también en el sentido de que esta visión paternalista, que muchos se han autoimpuesto y declamado con respecto a Haití, nosotros no la aceptamos, como creo que no la podría aceptar ningún pueblo en el mundo.

En Haití no hubo una guerra civil y no hay una guerra civil. Incluso los estatutos de la ONU no justifican la invasión y ocupación del país. Hay otra cosa más. Yo no creo que la ONU haya entrado a Haití porque estaba conmocionada de ver que los haitianos nos estábamos matando entre nosotros. ¡Qué suerte tenemos los haitianos! Murieron casi 1.000.000 de ruandeses y la ONU tiene parte importante de responsabilidad de esa masacre, de ese genocidio que ocurrió en Ruanda. Murieron más de 3.000.000 de angoleños, ¿dónde estaba la ONU? Resulta que los haitianos somos tan buenos y lindos que la ONU viene para salvarnos. No, yo no creo que sea así. En verdad, esconde las razones de Estado por las cuales el pueblo haitiano ha sido sacrificado en el altar de los contubernios del imperialismo y las grandes potencias, por ciertos gobiernos.

Haití es un país productor de mano de obra súper barata

MH: En los últimos meses se han producido una serie de movilizaciones del movimiento obrero en torno a la reivindicación del salario mínimo. En la actualidad es de 200 gourdes, añadieron 25, y el reclamo de las organizaciones representativas del movimiento obrero haitiano es en torno a los 500 gourdes. ¿Qué comentario nos podrías hacer sobre esta lucha?

HB: En primer lugar el aumento de 25 gourdes fue sacado por el gobierno de Martelly por decreto, sin consultar a nadie y representa más que una miseria. En cambio, las organizaciones como Batalla Obrera, La Central de Trabajadores Haitianos y otras están hablando de un salario mínimo de 500 gourdes y más. Como te das cuenta hay una enorme diferencia porque el salario mínimo apenas cubre la mitad del reclamo.

Los docentes fueron a una huelga por tiempo indeterminado. Hubo movilizaciones muy importantes en enero. El 28 de abril hubo paro y movilización general en todo el país. Si el gobierno no da respuesta el año académico no concluirá en mayo/junio como es habitual en nuestro país.

El tema salarial hay que enmarcarlo dentro del rol que cumple Haití en la división internacional del trabajo: país productor de mano de obra súper barata. Los salarios que están pagando las empresas, yanquis sobre todo, en Caracol, donde se fabrican los Levi’s y otros productos que los grandes capitalistas internacionales necesitan de esta mano de obra casi esclava, son de hambre, miseria y casi de vergüenza de la dignidad humana.

Hay algo claro para el marxismo. El salario no es lo que paga tu trabajo sino la reproducción de tu fuerza de trabajo que es una mercancía más. Marx lo demostró hace rato. En la medida que hablemos de un capitalismo raquítico, la reproducción de esta fuerza de trabajo tiene que ser acorde con el desarrollo del sistema y de las luchas y resistencias. Evidentemente, en este esquema que te estoy planteando, la clase obrera en Haití numéricamente no es hegemónica, pero tiene su peso.

Acordate que recién hablamos de una formación social servo-capitalista. Si bien la clase obrera no es la más numerosa, sigue marcando ciertas líneas y ejes en la política de reivindicaciones, en el trabajo de transformación de una conciencia en sí a una conciencia para sí. Acá no se trata solo de reivindicaciones salariales sino también de condiciones de trabajo. En la relación con los patrones y el Estado hay una serie de cosas que se están planteando. Por eso, hay una cierta militarización policíaca alrededor de los centros industriales para evitar esto.

El gobierno lanza los 225 gourdes para decir hicimos algo, pero también te lleva a discutir si lo rechazás o no, aunque esté muy lejos de los 500 gourdes. Si alguien te está ofreciendo 225, cualquier negociación no va a llegar a los 500. Para eso hay que luchar. El gobierno tira la pelota en el campo contrario para ver cómo se sienta a negociar porque sabe que la gente no va a aceptar los 225. Lo sabe, pero tira una cifra para después subir a 230. Un tire y afloje, incluso para dividir, porque siempre hay gente desesperada que piensa que con 10 gourdes más pueden hacer algo, que es mejor que nada, si no lo aceptamos nos dejarán sin nada, dicen. El gobierno está especulando con todas estas reacciones y también midiendo el nivel de combatividad, resolución, decisión y firmeza política de las organizaciones sindicales.

Haitianos y dominicanos estamos condenados a vivir sobre una misma isla

MH: Cuando estuvimos en Montevideo, en octubre pasado, acompañando al Senador Möise, uno de los temas candentes en Haití era la retirada de la nacionalidad dominicana a la población nacida en esa república, descendiente de población extranjera, pero que afectaba fundamentalmente a los haitianos. Me estoy refiriendo a la sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional dominicano. ¿Esa situación se resolvió?

HB: Está lejos de resolverse y tampoco hay intención de hacerlo porque si uno se queda en el marco de la Resolución 168/13 es como ver el árbol que tapa el bosque. Tendríamos que preguntarnos por qué surgió esta resolución. Fue a partir del colonialismo. Tenés que recordar que en 1492 España ocupó toda la isla de Haití, pero en 1697, mediante el Tratado de Ryswick, le cede a Francia una tercera parte de la isla que este país va a llamar Saint Domingue y que hoy es la República de Haití, conservando España las otras 2/3 partes que hoy es la República Dominicana.

A partir de 1697 la isla se ha dividido artificialmente y se han desarrollado dos proyectos colonialistas diferentes. El español, que tenía cosas en común con el francés, pero eran dos países con grados de desarrollo y de acumulación originaria del capital diferentes, que entonces van a producir un colonialismo también diferente.

Hay una lucha diferente en Haití que en República Dominicana. Todo esto tiene una raíz. Esta división había provocado una polarización importante entre las dos partes desde la época colonial. Al vencer Haití antes la esclavitud, y para proteger la independencia proclamada, los líderes de la revolución haitiana, ocuparon militarmente la otra parte. Es la discusión que tenemos actualmente con algunos dominicanos que dicen que Haití ocupó la República Dominicana, lo cual no es cierto, porque ésta era una colonia en la cual Haití liberaría a los esclavos. Entonces, los líderes haitianos veían a la isla como un territorio único que los colonialistas habían separado.

Por debilidad y por no poder mantenerla, Haití regresó a su territorio anterior y España siguió manteniendo la República Dominicana hasta que proclamó su independencia que no fue producto como en Haití de un levantamiento de esclavos, sino que siguió los mismos parámetros que podemos ver en Brasil, Argentina y otros países, donde el negro fue relegado. El único lugar donde el negro escribió la historia realmente y pudo imponerse fue Haití.

Fue importante para los sectores dominantes dominicanos, que seguían explotando a su población llamada negra en la jerga colonialista, desarrollar y reproducir un odio hacia el haitiano porque no hay que olvidar que el racismo y la discriminación son parte integrante de la dominación colonial, no son casualidades ni inventos que aparecen porque uno un día se durmió, lo soñó y decidió aplicarlo. No, son productos, herramientas importantes en la alienación, en la discriminación, reproducidas permanentemente.

Ahora bien, las clases dominantes dominicanas, en la división internacional del trabajo, pudieron tener un desarrollo capitalista un poquito más avanzado que el nuestro, y la mano de obra haitiana fue fundamental también para su acumulación originaria. Uno puede ir a los ingenios allá y ver que la mano de obra esclava haitiana ha servido muchísimo para esto. Cuando cayó la explotación de caña de azúcar a esta mano de obra se la va a encontrar en la construcción de rutas, hoteles, etc.

La cantidad de estudiantes haitianos es importante por el ingreso de una enorme suma de dinero en las arcas impositivas de la República Dominicana. Productos como huevos, pollos, etc. que no pueden competir con la producción de otros países, se venden en Haití donde la producción alimentaria ha sido prácticamente destruida.

Todo esto se encuentra en la base de esa famosa Resolución 168 que va de la mano con la masacre que cometió el dictador Trujillo cuando asesino a más de 10.000 haitianos en 1937. También es producto de la traición, del crimen cometido por las clases dominantes haitianas, sobre todo durante las dictaduras de los Duvalier donde el gobierno vendía haitianos para ir a trabajar a la República Dominicana en los ingenios. El gobierno de Aristide terminó con esto, incluso se hizo una ceremonia religiosa en el lugar donde se concentraba a esa gente para ir a trabajar engañada con promesas y cuando llegaban a República Dominicana les sacaban los documentos y quedaban prisioneros sin poder escapar de los ingenios. Hay películas que tratan el tema, documentales como “Azúcar Amargo” que lo muestran.

Al mismo tiempo, esta resolución no nos tiene que hacer perder de vista que existe una gran solidaridad entre los sectores revolucionarios de ambos países. En 1965, cuando los norteamericanos invdieron República Dominicana para aplastar la rebelión de Francisco Caamaño Deñó, hubo haitianos que murieron en su defensa. En la actualidad hay fuerzas dominicanas del campo popular que están en contra de la resolución 168, incluso hubo unas jornadas donde dirigentes dominicanos de esas organizaciones visitaron Haití y recorrieron universidades, centros vecinales, barrios populares y sindicatos.

Estamos condenados a vivir sobre la misma isla. No tenemos que ver esta resolución como un elemento para dividirnos aún más. El gobierno actual de Haití no puede hacer nada contra ella por la simple razón que senadores de la República Dominicana han invertido plata en la campaña de Martelly. Eso está comprobado, entonces es difícil que esta gente vaya a plantear la defensa de los descendientes de haitianos. Los demás países del Caricom han demostrado mayor firmeza frente a la república Dominicana que los propios gobernantes haitianos. Hasta la Fundación Robert Kennedy presentó frente a la CIDH y otras instancias internacionales documentos, argumentos y posiciones para el retiro de la resolución y una condena a la República Dominicana.

Con esta resolución el gobierno dominicano ha recogido el repudio internacional, sobre todo, de los países del Caribe. Esta resolución hay que verla como parte de la historia colonial, de herramientas para castigar y golpear a Haití. También tratan de tapar problemas recientes de la economía dominicana echándole la culpa a los haitianos que van a sacarle el trabajo a los dominicanos igual que hacen en Argentina cuando por alguna razón acusan de lo mismo a bolivianos o peruanos. Haití no es una excepción.

MH: Te agradezco la entrevista y espero que nos encontremos el próximo lunes 9 de junio a las 12:00 en las puertas de la Cancillería para manifestar por el retiro de las tropas argentinas de Haití.

HB: Y entregar la declaración que está circulando. Una vez más quiero agradecerte de todo corazón en nombre del pueblo haitiano porque tu forma importante y concreta de difundir nuestra realidad nos ayuda a contribuir a una mayor comprensión. Por lo que uno no entiende, no va a luchar, por lo que uno no ama, no va a morir. Tu trabajo de solidaridad plena con la lucha del pueblo haitiano lo entiendo de esta manera. Para terminar, nos gustaría contar contigo para que nos acompañes a Montevideo al cumplirse los 10 años de ocupación de la Minustah donde estaremos el Senador Möise y yo. Sería una buena oportunidad para hacer ese famoso debate que pide Lula a la ONU pero con las organizaciones populares de ese país.

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