Panorama hidrocarburífero en Argentina

En los últimos siete años la producción de petróleo y gas en Argentina viene sufriendo importantes modificaciones, fundamentalmente por la reducción de los volúmenes de extracción que se registran en las diferentes cuencas productivas del país. Al mismo tiempo se registra un escaso nivel de exploración en la búsqueda de nuevos yacimientos de hidrocarburos lo que indefectiblemente significará el estrechamiento de los márgenes de producción y de reservas que se contabilizan en Argentina.

Muchos analistas del sector ya han advertido el tétrico panorama que tiene por delante el país en materia energética y para una gran mayoría de estos investigadores las soluciones pasan por la concreción de inversiones en materia exploratoria, para lo cual las compañías de capitales privados exigen el mejoramiento de los regímenes tributarios y la consolidación de la tan mentada "seguridad jurídica".

Buena parte de esas garantías empresarias están vinculadas a los siguientes factores: extensión de las concesiones hidrocarburíferos, que como máximo vencen en el año 2017, y en lo posible facilitarles la explotación hasta el agotamiento de los recursos bajo tierra; disminución de los impuestos nacionales y provinciales; mejoramiento de los tributos vinculados a los beneficios relacionados a la exploración; mantenimiento de la "paz social" en todos y cada uno de los yacimientos argentinos; la reducción de los niveles de retenciones a las exportaciones; y hasta se menciona la baja de las regalías.

Es por eso que desde el sector privado se impulsa incansablemente la sanción de una nueva Ley de Hidrocarburos que reemplace a la vigente desde el gobierno de Onganía. Si todas o algunas de estas medidas se concretaran, varias de las cuales ya están en vigencia en la actualidad, el panorama del petróleo y el gas en la Argentina se transformaría en una clara profundización del proceso de expoliación de recursos naturales y trabajadores a lo largo y lo ancho del país.

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