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Medio Oriente :: 11/06/2017

Qatar: Motivos de una extraña crisis en Medio Oriente

Nazanín Armanian
Le acusan, entre otras cosas, de socavar la política del trío Trump-Salmán (dictador saudita)-Netanyahu de contener a Irán y desmontar el frente árabe antiiraní

¿Es posible que siete aliados de EEUU, sin la autorización de la Casa Blanca, declaren una guerra diplomático-económica contra Qatar, que es la sede del Comando de EEUU para Oriente Próximo (CENTOCOM), la más grande que posee el Pentágono en toda la región? Se trata de la primera consecuencia de la visita de Donald Trump a Arabia Saudi, y puede ser una crisis trampa para arrastrar a Irán a una guerra regional, ahora que EEUU no se va capaz de enfrentarse directamente a esta nación (porque Irán y Rusia la apoyan), y quedarse con la primera reserva mundial de gas y la tercera de petróleo.

El pretexto del conflicto son unas declaraciones del emir de Qatar, Tamim Bin Hamad Al Thani, en las que afirma que una guerra contra Irán sería una locura, ya que desaparecerían todos los países árabes del Golfo Pérsico, o que Trump no iba a durar en el poder. Además, se le acusa a Tamim de financiar a los Hermanos Musulmanes (HM), a los que consideran terroristas, y desestabilizar a los países árabes.

¿No ha sido Arabia Saudí quien ha agredido militarmente a Iraq, Bahréin, Yemen o Siria? Cierto. Qatar, al igual que Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Israel y EEUU, ha patrocinado el yihadismo sunnita que opera en Afganistán, Iraq, Yemen, Siria, Libia, Chechenia, Rusia, China y Europa. Pero, ¿cómo es posible haber patrocinado el terrorismo mundial durante años sin que 11 mil soldados de EEUU instalados allí se hayan enterado?

Castigo aleccionador para los traidores

De nada le ha servido a Doha alegar el ciberataque, falseando las palabras del emir, o pedir a los líderes de Hamas que abandonen el país. Los castigos, que incluyen el bloqueo aéreo, terrestre y marítimo de Qatar, así como la expulsión de miles de familias qataríes de Arabia Saudí y de Emiratos Árabes Unidos (EAU), pueden tener consecuencias imprevisibles para el país (como la falta de alimentos que importa de Arabia) y para la paz mundial.

Para Arabia Saudí, que tras la visita de Trump se siente fuerte para incendiar toda la región, los pecados de Qatar son:

Socavar la política del trío Trump-Salmán (dictador saudita)-Netanyahu de contener a Irán y desmontar el frente árabe antiiraní. Qatar (del término persa Guadar: Puerto), junto con Omán y Kuwait, defiende la distensión en el Golfo Pérsico y mantiene relaciones cordiales con Teherán. Doha apoyó el acuerdo nuclear entre Irán y los 5+1, una espina clavada en el corazón de los saudíes. En 2013, Doha fue el único miembro del Consejo de Seguridad de la ONU que votó en contra de la Resolución 1696 que exigía a Irán suspender el enriquecimiento de uranio de su programa nuclear. Antes, había firmado con Teherán un acuerdo de seguridad y lucha antiterrorista y había abierto su mercado a las inversiones iraníes. Ahora, además, ha contactado con Ghasem Soleimani, comandante iraní de las Fuerzas de Qos, que lucha en Siria e Iraq contra los yihadistas sunnitas. Para Doha, Irán no es sólo su socio a la hora de explotar el campo de gas más grande del mundo (North Dome/South Pars), sino que es el país que junto con la India y Rusia le está salvando de convertirse en una colonia de Arabia Saudí.

Otros pecados son negarse a formar parte de una OTAN sunnita contra los chiitas (Irán y Siria).
Financiar a los HM en Egipto y a otros países en perjuicio del wahabismo. Criticar, desde el canal Al Jazzeera, a los reyes y presidentes árabes, salvo al emir de Qatar, y mientras ataca al Estado Islámico (wahabita) legitima a Hezbolá, dejando de llamarle “partido de Satanás”. Otorgar una base militar a Turquía, país resentido con EEUU por armar a los kurdos sirios (los de derecha, gobernados por los HM). También es importante impedir que su sistema político (¡que comparado con el absolutismo saudí, es una democracia!) se convierta en un modelo a seguir en la zona. Tamim permitió elecciones municipales en 1991, el derecho al voto de la mujer y en teoría reconoció, en la Constitución de 2003, la libertad de expresión y de asociación.

La postura de EEUU

Washington no acepta que en este mundo maniqueo Doha baile con todos: acoge una oficina diplomática israelí y otra de Hamas, financia a los yihadistas en Siria contra Bashar al Asad, mientras apoya el alto el fuego. Trump se opone a Qatar por:

- La reticencia de Doha a utilizar su territorio contra Teherán, del que le separan sólo 200 kilómetros de agua. En un vídeo del Estado Islámico en distintas lenguas de Irán, los terroristas amenazan con atacar este país. Pueden contar con los grupos reaccionarios iraníes, como Muyahedines del Pueblo, colectivos de kurdos de derecha, baluches o árabes. De hecho, los dos recursos que tienen EEUU-Arabia-Israel para destruir la nación iraní son, por un lado, una guerra regional, y por otro, provocar tensiones terroristas, sobre todo desde las fronteras de Pakistán, Afganistán, Turquía y el Golfo Pérsico. El atentado en el parlamento iraní puede ser el inicio de este tipo de acciones para desestabilizar Irán.

- Qatar fue la única monarquía de la zona que condenó la ley de inmigración de Trump.

- Al querer incluir a los HM (a los que Obama apoyaba) en la lista terrorista, Washington crea una nueva alineación en la región: fortalece su alianza con Arabia y Egipto, mientras que debilita a Turquía y a Qatar.

- Profundizar aún más la brecha entre los regímenes árabes, provocando un conflicto interislámico que les debilita, beneficiando así a la incesante expansión israelí.

- Impedir que Qatar y Rusia (los dos gigantes del gas) amplíen sus relaciones energéticas. El emir Tamim visitó Rusia en 2016 buscando alternativas a su relación con Occidente: invirtió 2 mil 500 millones de dólares en Rusia para conseguir influencia política sobre Moscú, sobre todo ahora que ha fracasado en derrocar a Bashar al Assad y en llevar adelante el proyecto del gasoducto sunnita cruzando Siria. Quizás pueda participar en la reconstrucción de ese país. Dejó mucho dinero en el aeropuerto de Pulkovo de San Petersburgo y firmó el mayor acuerdo de inversión extranjera directa en el sector energético a nivel mundial, quedándose con el 40% de Rosneft y partes de otras compañías energéticas privadas rusas.

- Y, sobre todo, incrementar el estado de guerra en la zona para reconfigurar el mapa de Oriente Próximo y “hacer América más grande”. Para ello, ha introducido la táctica anti-qatarí en la estrategia de la lucha anti-iraní.

Medidas de Trump

El régimen estadounidense, con la ayuda de los medios, se dedica a lanzar una campaña contra Qatar en la prensa, acusándolo de financiar el terrorismo; airea el tema de la esclavitud de los inmigrantes; sabotea el Mundial de 2022, haciendo brillar los sobornos que pagó a la FIFA. Otra opción es llevar a cabo un golpe de Estado, como el lanzado desde la base turca de Incirlik contra Tayyeb Erdogan. Así, Tamim, de 36 años. puede ser derrocado por sus primos del clan de Ahmed bin Ali Al Thani, el primer emir del país tras su independencia de Gran Bretaña en 1971, que le consideran un “desastre” y se han ofrecido para sustituirle. O su medio hermano mayor, Mishaal, nacido de la primera esposa de Hamed al Thani. También por el propio Hamed, el emir padre, al que derrocó, en complicidad con su madre, la jequesa Moza bint Nasser.

El jefe del Comité de Relaciones Públicas de Arabia Saudí en EEUU, Salman al-Ansari, ha recomendado en un tuit al emir que aprenda del destino del expresidente egipcio Mohammad Mursi de los HM, derrocado en 2013 por el general Al Sisi, quien recibió como recompensa miles de millones de dólares del Rey Salmán de Arabia. La misma amenaza la repite el diario saudí Al-Riad: “Cinco golpes en 46 años; el sexto no es improbable”.

El temor y las opciones de Qata

Doha no quiere ser víctima del pulso entre Irán y la dictadura saudita por la hegemonía regional y busca un equilibrio en sus relaciones con dichas potencias. El emir de Qatar teme que Arabia, apoyada por EEUU, y bajo el pretexto de la amenaza iraní y la lucha antiterrorista, ocupe el país y sus inmensas reservas del gas, ahora que sus propios campos de petróleo se secan. Para evitarlo tiene las siguientes salidas:

Acudir a Trump y comprarlo con un cheque con muchos ceros, como lo ha hecho Arabia Saudí, que habría pagado 110 mil millones de dólares por armas y ha conseguido que la prensa de EEUU ya no hable de su implicación en el terrorismo del 11-S; hizo lo mismo con Gran Bretaña: 4 mil 200 millones de dólares en contratos de armas y Londres no publicará los resultados de la investigación sobre la financiación de los islamistas radicales. Otras serían retroceder en su política hacia Irán; acatar la tutela de los Saud; unirse a la coalición de Irán-Iraq-Siria y arriesgarse a morir como Saddam o Gaddafi, o fortalecer su acuerdo militar con Turquía, país molesto con EEUU por armar a los kurdos sirios de derecha.

La tensión ha llegado a niveles de difícil retorno. Los presidentes de Turquía y de la India intentan mediar en el conflicto. A Nueva Delhi le preocupa un corte en el suministro de petróleo y la situación de cientos de miles de trabajadores indios que desde esta zona envían remesas por valor de 60 mil millones de dólares anuales.

Le ha tocado a Qatar ser la próxima víctima de la farsa de la “guerra contra el terrorismo” de los principales patrocinadores mundiales del terrorismo.

Cubadebate / La Haine

 

 

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