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Argentina :: 25/06/2023

Quién es Gerardo Morales, el represor que está en la mira de toda Argentina

La Izquierda Diario
Morales no actúa sólo ni bajo el amparo exclusivo de la derecha. El régimen de Jujuy incluye acuerdos políticos con peronistas para su gobernabilidad

Gobierna Jujuy desde 2015 y es presidente nacional de la UCR. Bajo su régimen proscriptivo, de fraudes y presos políticos persigue a organizaciones sociales y políticas. Con su reforma constitucional busca prohibir la protesta social y allanar el camino para el saqueo del litio. Amigo de Sergio Massa, cuenta con apoyo del peronismo.

El "virrey" Gerardo Morales es el Gobernador de la Provincia de Jujuy desde hace ocho años (diciembre de 2015), una de las más pobres y con salarios más bajos del país. Preside la Unión Cívica Radical desde diciembre de 2021 (previamente vicepresidente y también presidente entre 2006 y 2009).

Fue viceministro de Desarrollo Social de De la Rúa, durante las jornadas de diciembre de 2001 era senador nacional por la Alianza y, a pesar del "que se vayan todos", siguió ejerciendo el cargo de senador por 14 años más. Dentro del radicalismo, es el mayor aliado de Sergio Massa quien lo acompañó y puso a su vice, Carlos Haquim en 2015, y uno de los principales impulsores del saqueo del litio.

Quiere ser candidato a presidente por Juntos por el Cambio y es el posible compañero de fórmula de Horacio Rodríguez Larreta para competir en la interna con Patricia Bullrich. Desde hace días es enfrentado por el pueblo trabajador en las calles junto a las comunidades indígenas, que con enormes movilizaciones y cortes de ruta rechazan un intento de imponer en forma "express" una reforma reaccionaria de la constitución provincial con el aval del peronismo. Su respuesta fue una brutal represión.

Con un claro perfil de derecha, criminaliza abiertamente la protesta social "en nombre de la democracia". En 2015 Gerardo Morales configuró en tres días una corte a su medida con mayoría propia sin tener mucho decoro con su "compromiso republicano y el respeto a la división de poderes". A propuesta suya designó a tres miembros del partido radical, siendo dos de ellos, diputados que en un mismo día votaron la ampliación del número de miembros del Superior Tribunal para horas más tarde asumir como jueces.

Y por si faltara algo para consagrarse como verdadero feudo provincial, veinticinco familiares del gobernador son funcionarios en distintos poderes del Estado.

Bajo su régimen se apunta la proscripción, intentos de fraude y presos políticos a la orden del día. Persiguió a organizaciones sociales y políticas, con infiltración y espionaje ilegal como denunció el Frente de Izquierda y fue repudiado por la movilización. El punto más álgido de su régimen proscriptivo fue la detención ilegal en 2016 de la dirigente de la organización Tupac Amarú, Milagro Sala. A pesar del repudio internacional a su detención arbitraria por organizaciones de Derechos Humanos, sigue presa bajo condena con causas truchas.

Con este caso, Morales buscó imponer, sin éxito, el miedo y el disciplinamiento social. Mediante la reforma de la constitución provincial, directamente intenta prohibir las manifestaciones, cortes de ruta y cortes de calle, y niega el derecho a la protesta social amparado en la Constitución Nacional y la jurisprudencia. Pero Morales no esperaba la respuesta del pueblo jujeño en las calles y en toda la provincia, enfrentando sin miedo al régimen del "virrey".

Esta modificación sería un primer paso para avanzar sobre más derechos sobre el pueblo trabajador y despejar el camino del extractivismo del litio ante la resistencia de las comunidades que defienden el agua y sus tierras. Por eso las protestas continúan hasta que se retire la reforma.

Gracias a las masivas movilizaciones ya se logró tirar atrás otros aspectos antidemocráticos de la reforma como permitirle al Ejecutivo tener mayoría automática en la Legislatura al partido que gobierne, la suspensión de las elecciones cada dos años y otros artículos sobre la propiedad privada y las comunidades indígenas, así como un decreto de Morales contra la protesta social.

La alianza con Sergio Massa

Morales no actúa sólo ni bajo el amparo exclusivo del radicalismo y de Juntos por el Cambio. El régimen incluye acuerdos políticos con peronistas para su gobernabilidad (el propio proceso de aprobación de la reforma constituyente lo demuestra), pero especialmente cuenta con un aliado fundamental: el actual ministro de Economía, Sergio Massa.

Morales y el peronista Massa.

El intercambio de favores es mutuo. En las elecciones de 2015, el radical apoyó la candidatura presidencial de Massa y este a su vez acompañó la postulación a gobernador del jujeño. Tal es así, que le "aportó" al vicegobernador, Carlos Haquim. No casualmente, Massa se mantiene en silencio ante la represión llevada adelante este fin de semana por orden de Gerardo Morales. El vínculo entre ambos llega hasta hoy, e incluso el ministro de Economía intentó hasta último momento que el bloque de la UCR acompañe la designación de Cecilia Moreau como presidenta de la Cámara de Diputados en 2022.

Pero lo que los une no son sólo acuerdos políticos sino negocios. Son socios estratégicos para la explotación del litio en las provincias del norte, acordando beneficios para las empresas extranjeras y el "marco legal" que permita su actividad extractiva en el país. Mientras Massa negocia la deuda con el FMI y se mete en la disputa entre EEUU y China por el saqueo de los bienes comunes naturales por empresas extranjeras chinas, canadienses y norteamericanas, entre otras, el "virrey" Morales impulsa la "mesa del litio" junto al gobernador de Salta (Sáenz) y Catamarca (Jalill) y las mineras.

También supo tener un acercamiento con Alberto Fernández. A pesar de la "guerra de tuits" para despegarse de la responsabilidad ante la represión en Jujuy, durante la pandemia el presidente elogió el "trabajo importantísimo" del gobernador por las severas restricciones impuestas. Pero la provincia fue una de las que más sufrió un colapso sanitario por el covid-19, ante la falta de inversión en salud e infraestructura.

Morales, el "efímero" y la reforma de la Constitución provincial

Morales nunca tuvo mucha pasión por ser Convencional Constituyente. Quiso ser Presidente pero los números no estaban dando. Frente a la dura realidad, buscó re reelegirse gobernador, pero el año pasado no había agua en la pileta para jugarse a una Constituyente que lo habilitara, porque poca gente iba a ir a votar para hacer una asamblea cuyo temario no podía estar más lejos de las preocupaciones del pueblo.

Frotó la lámpara y salió la idea de pasar la elección constituyente para unirla a la de gobernador, así se garantizaba que la participación fuese digna. Al juntar las dos elecciones, dejaba atrás su sueño de quedarse en el trono de la Casa de Gobierno de Jujuy. Puso de candidato a gobernador a un Ministro que sabe de ajustar los salarios, pero poco de cómo sonreír para caer bien. Entonces Morales se ubicó en la lista de Convencionales y armó el cuerpo de boletas para que esa parte estuviese primero para arrastrar a Sadir, "el Ignoto".

Así terminó siendo el electo convencional y posteriormente la convención adicta lo votó Presidente de la Convención. Eso fue a la mañana, y mientras se repartía a los convencionales un Orden del día que explícitamente censuraba al Frente de izquierda, a la tarde Morales presentó un pedido de licencia. El efímero, se dedicará ahora a ver que logra para su campaña (vice) presidencial.

Luego se lo vio en el predio de la Sociedad Rural en Buenos Aires. Allí se desarrollaba la feria "Arminera". Morales, junto a los gobernadores de Salta y de Catamarca, invitó a las mineras a sumarse a la "mesa del litio" y celebró que en Argentina la minería tenga vía Constitucional y jurídica para hacer tierra arrasada.

La reforma constitucional que contó con los votos del radicalismo y el peronismo, busca fortalecer todo lo que se pueda al aparato represivo, concentrar aún más el poder y establecer un "orden" para que las mineras mantengan su derecho al saqueo. Gerardo fue efímero pero desde que convocó a este engendro, les aseguró a los monopolios que sus intereses no serán ni discutidos, ni el litio, ni la concetración de la tierra.

Menemismo siglo XXI, con una Convención incluída que bien podría competir con la del Pacto de Olivos donde las resoluciones ya se sabían antes de la primer sesión.

 

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