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Europa :: 23/04/2014

Reino Unido: La lógica capitalista se ha insertado en Co-op

Alex Callinicos
El problema fundamental es que las cooperativas pueden ser gestionadas de manera comunitaria y democrática, pero tienen que tener éxito en el mercado capitalista

El Co-op (el movimiento cooperativista británico) se tambalea de un desastre a otro. Perdió el control del Banco Co-op después de que su presidente, el reverendo Paul Flowers, fuese acusado de incompetente y presunto drogadicto.

A continuación, el consejero delegado del Grupo, Euan Sutherland, y un consejero independiente, el ex-ministro de Trabajo Señor Myners, dimitieron. Se fueron quejándose de la resistencia de los representantes electos en el consejo a sus esfuerzos para convertir el Co-op en un negocio normal. El Financial Times señaló regodeándose que el consejo incluye "un albañil y una enfermera".

El conflicto surge de la propia naturaleza de la cooperativa. Se creo a partir de un movimiento que representaba los esfuerzos de grupos de gente trabajadora para crear islas de orden y decencia en el caos competitivo de la Inglaterra victoriana.

Robert Owen, el creador del cooperativismo en el siglo XIX, trató de aplicarlo a la producción.

Owen creía que las cooperativas de productores serían más justas y más eficientes que las empresas capitalistas y que se extenderían gradualmente hasta establecer una sociedad comunista sin clases.

En la práctica, las cooperativas tuvieron más éxito en la distribución –organizando cooperativas de comercio donde no se engañase a la gente de la clase trabajadora- y las finanzas, a través de la creación de cooperativas de crédito, donde los trabajadores podían poner en común sus ahorros.

Este es el origen del actual grupo Co-op, que cuenta con 90.000 empleados y 450 tiendas.

Pero sigue siendo un movimiento, con ocho millones de miembros, y cerca de 80 sociedades. Sus representantes eligen 15 de los 21 miembros de la junta directiva del grupo. También hay un Partido Cooperativista, afiliada al Partido Laborista, que patrocina a 32 diputados.

Los "principios de Rochdale" que rigen la gestión de Co-op: "Las cooperativas son organizaciones democráticas controladas por sus miembros, quienes participan activamente en la elaboración de sus políticas y en la toma de decisiones." Nada podría ser más ajeno a cómo funciona una empresa capitalista.

Karl Marx y Frederick Engels admiraban a Owen y alabaron las cooperativas de productores en su época porque eran la demostración de que la producción gestionada comunitariamente era superior al capitalismo.

Defectos

Pero, como escribió Marx en 'El Capital', "es natural que reproduzcan en todos los casos, en su actual organización, todos los defectos del sistema existente".

El problema fundamental es que las cooperativas pueden ser gestionadas de manera comunitaria y democrática, pero tienen que tener éxito en el mercado capitalista. Lo que significa que se rigen por la lógica de la competencia.

Hay una tremenda presión para internalizar esta lógica, que sustituye a la democracia por la jerarquía. El economista anarquista Michael Albert señaló que una cooperativa es puesta a prueba brutalmente cuando tiene problemas y tiene que despedir trabajadores.

La tentación es contratar a un gerente que exija más autonomía de gestión y más remuneración como recompensa por hacer el trabajo sucio.

Esta es la lógica que opera actualmente en Co-op. Durante los años de la burbuja antes de la crisis de 2007-8 el banco comenzó a imitar a sus rivales y a crecer peligrosamente. Como sobrevivió a la crisis, sus altos ejecutivos se hicieron aún más ambicioso y trataron de comprar (alentados por el Tesoro británico, según Flowers) 632 sucursales del Lloyds Bank.

Al final, el propio Banco Co-op tuvo que ser rescatado, y sus acreedores, en su mayoría fondos de riesgo, se hicieron con el 70 por ciento de las acciones. La semana pasada se supo que el nuevo presidente ejecutivo del banco, Niall Booker, cobrará 4,6 millones de libras esterlinas por sus primeros 18 meses en el cargo: cuatro veces más que su predecesor.

Esto a pesar del hecho de que el banco descubrió recientemente que necesitaba 400 millones de libras más -además de los 1.200 millones ya invertidos- para cubrir las pérdidas.

Ahora se trata de obligar al principal sector de Co-op, que se espera que anuncie pérdidas de 2 mil millones de libras o más esta semana, para que haga suya plenamente la lógica del capital. El 'Financial Times' está liderando la campaña, describiendo a Co-op como una organización "atrapada en un túnel del tiempo" y burlándose de las "co-ops Keystone".

Sea cual sean los fallos de Co-op, las pretensiones del 'Financial Times' son absurdas. Se le está pidiendo que aplique la forma "profesional" de organización empresarial que prevalece entre los bancos, cuyos ciega avaricia casi hace estallar a la economía mundial hace cinco años, y cuyos empleados han sido sorprendido cometiendo múltiples estafas.

En comparación con los gigantes de Wall Street y la City, el reverendo Flowers es un mero aficionado chapucero.

socialistworker.co.uk. Traducción para sinpermiso.info: Gustavo Buster

 

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