Un casi debate con diferentes sensaciones

*Alerta Spoiler: para este cronista estos shows televisados poco tiene de verdadero debate y a (casi) nadie le cambian el voto. Son más bien un como sí y una reafirmación de posturas para la propia tribuna. Dicha esta aclaración vale el esfuerzo de correrse un poco del fastidio y descreimiento subjetivo de quien escribe y esbozar algunos análisis apurados y en caliente.

En primer lugar contextualizar dos hechos de esta semana que considero que impusieron alguna marca en el “humor” social: por un lado la comprobación mediante las redes sociales del oneroso viaje de placer que Martín Insaurralde realizó en un lujoso yate por las costas de Marbella junto a la modelo Sofía Clerici. El jefe de gabinete (ahora saliente) del gobernador Kicillof descuidó los modales y dejó ver como la idea de casta de Milei no es un delirio de un desequilibrado, sino una realidad que contraste con el 60% de las infancias pobres de este país. Repasar media foto alcanza para llenarse de ira y cegarse, que después no se quejen los funcionarios y las bases que nos piden que los votemos, cuando el pueblo les da la espalda.

Otro hecho menos “resonante” pero que considero que influyó en el debate y estará presente en lo que queda de campaña, fue la ausencia de Milei en los medios y los rumores de cierta inestabilidad psíquica y emocional del candidato más votado en las PASO. No nos vamos a hacer eco de rumores que no sabemos su veracidad, pero está claro que el candidato está revisando su estrategia mediática y su forma de exponerse y hablar. Algo se vio en el debate ya que, como bien expreso Myriam Bregman, el león parecía un felino hogareño domado.

A modo de separar y sintetizar propongo un repaso en lista, casi como si fuéramos el gráfico y tuviéramos que calificar el rendimiento de cada candidatx:

• Juan Schiaretti: El experimentado gobernador cordobés eligió no moverse por toda la cancha. Más bien con un ritmo cansino, rozando lo somnífero, intentó conquistar a la audiencia con frases cortas, lentas, en donde nos invitó a conocer esa Finlandia enclavada en el medio de esta Argentina bananera. Con más bastón que galera, el Gringo hizo alarde de un cordobesismo a veces excesivo, donde su némesis es ese ente amorfo y bestial llamado “El AMBA”. Uno se tentó en más de una vez en levantarse de la platea y aplaudir las descripciones e ideas que nos traía el mediterráneo gobernador, después me acordaba que viví 5 años en su provincia y que la vi tan hermosa y tan parecida al resto del país, que se me fueron las ganas. Pareció en un momento que los minutos le jugaban en contra y amagó con pedir el cambio. Por suerte el veterano jugador de estos partidos se sostuvo firme hasta el final. Final en donde tanto Milei como Bullrich ya lo tantearon para cambiarle la camiseta y le hicieron invitaciones a conformar futuros gobiernos ajenos. El Gringo agredeció el gesto, en especial con la Pato, devolviendo una pregunta/centro sobre las reformas impositivas a favor de las provincias y en contra del temido “Amba”. Podríamos calificar su rendimiento con un 4. Aprueba, no destacada, pero zafa y sabe que su bolsita de puntos le puede arrimar algún puestito después del 10 de diciembre.

• Myriam Bregman: La Rusa entendió que corre muy de atrás en la tabla y buscó la forma de meterse entre los que pelean el campeonato. Con ataques certeros intentó desbordar un debate pensando para el acartonamiento y los buenos modales. Buscó ser agresiva con argumentos que parecían patadas a los tobillos. Aunque, opino que por vicio de formación y de deformación de quienes venimos de la izquierda, su juego abusó de generalidades y descripciones sin llegar nunca a los pases cortos y los remates concretos con ideas puntuales. Tuvo un momento de brillantina emocional cuando tildó al libertario de “Gatito mimoso del poder económico”. La frase meme/remera inundó rápido las redes y la mostró segura en el ataque. Su mayor dureza y garra defensiva se vio cuando fue la única presente capaz de nombrar a Luciano Arruga, a Santiago Maldonado, de calificar de represor al jujeño Morales y de reivindicar lxs 30 mil compañerxs detenidxs/desaparecidxs. Su presencia y la de la izquierda en estos espacios, por lo menos permite que por unos segundos millones de personas escuchen esos temas o hechos, ante tanta candidatura burguesa y malmenorista que anda dando vueltas. Jugó un partido aceptable, quizás con preguntas más concretas y menos “analíticas” hubiese redondeado una actuación de alto puntaje. Cierra con un 8. Veremos como resuelve el segundo tiempo del próximo domingo.

• Patricia Bullrich Luro Pueyrredón (otro buen momento de Myriam recordar su ilustre y compuesto apellido con olor a bosta): Jugó mal. Se la vio incómoda en toda la cancha. No encontró su lugar. Se nota que está entrenada para recortar y reprimir. Ponerla a jugar en otro lado es darle una responsabilidad que la expone. Buena ladera en las sombras, cuando le toca ser la que conduce al equipo demuestra sus ya sabidas limitaciones intelectuales y de oratoria. Tuvo una virtud: leyó lo que otras personas le dijeron que debía decir. Tuvo un defecto: leyó. Totalmente desdordada cuando Milei la apuró y le dijo que le daba la tercera oportunidad para explicar como iba a bajar la inflación y contestó cuatro frases generales inconexas e incomprensibles. Dicen que se escuchó como Melconian y media burguesía argenta se llevaba tramontinas oxidados a la ingle. Si ella es el mejor cuadro político que la “derecha seria” nacional puede ofrecer, está claro que la decadencia de ese sector es abrumadora. Mauricio y el “¿En que te han convertido Daniel?” ya es una clase magistral de oratoria y discusión política al lado del balbuceo sin sentido de Bullrich. Haciendo gala de la impunidad que ya conoce la Pato no dudó en salir a defender y saludar gendarmes (todavía imputados) del caso Maldonado y a señalar hasta el hartazgo a kirchneristas, sindicalistas y piqueterxs como sus malvados archienemigos. Un discurso que si bien le puede dar empuje inicial, parece boleto picado a favor de Milei. Cuando se supone que debería hacerse fuerte en las propuestas para ganar terreno, termina sin explicar claramente ni una sola medida económica, social, educativa, etc. Se va derrotada y nos deja la calificación más baja de la fecha: un 2.

• Javier Milei: El Leon que se volvió gatito. Claramente estudiaron la necesidad de dar otra imagen y otro mensaje. Un Milei actuado con pequeños gestos burlones que dejaban escapar algo de ese odio y ese enojo constante que el libertario lleva encima. Estuvo diez tonos más abajo. ¿Tenía que cambiar su forma de jugar justo ahora que viene ganando? Queda abierta la pregunta y veremos que pasa el próximo domingo. Tiene una ventaja muy seria: no fue gobierno y puede bardear con igual de dureza al peronismo como a Juntos por el Cambio; además guste o no, en casi todas sus intervenciones trató de dar propuestas e ideas concretas. Uno podrá decir: casi todas delirantes o ya fracasadas en el país…es verdad. Pero las da, las explica y las resume. Tarea en la que solo Massa (y con menos suerte Schiaretti) intentó competirle. Quizás un punto en contra es que se movió en su cancha y para su gente, todo lo que dijo pareció apuntado a reforzar su núcleo duro. Con un cambio de estrategia de dudosa efectividad, podemos calificar su actuación con un 8. No tanto por lo bueno, sino porque siendo el que venía en ganador y con más por perder, salió poco golpeado y con buenas perspectivas (buenas para él malas para el pueblo) pensando en el debate del próximo domingo.

• Sergio Massa: Hizo lo que sabe. Te juega por izquierda, por derecha, por el centro. Un polifuncional (le dicen panqueque en algunos barrios) que sin ruborizarse te defiende el legado de los DDHH dos minutos después de decir que sumaría a Morales y cualquier gobernador represor que esté dispuesto a darle una mano. A mí entender salió ganador del debate. ¿Dio magistrales explicaciones? No. ¿Argumentó con una solidez descollante? Bajo ningún punto de vista. ¿Mostró un programa de gobierno de liberación y dignidad popular? Ni cerca estuvo. Pero hay un dato clave: es el candidato ministro de economía con una inflación del 12% mensual; es la cara visible de un ajuste feroz sobre la clase trabajadora y salvo algún que otro golpe, salió bastante airoso. Tendría que haber terminado más goleado que Chile en mundial de Rugby y sin embargo fue el único que tiró y explicó propuestas concretas para tratar de pelearle el debate a Milei. Lástima que no se enteró que es el actual Ministro de Economía y no las aplica ahora…pero bueno todo no le podemos pedir al “cumpa Sergio”. Sigue en carrera y para el ministro de la casi hiper eso es un casi triunfo; le vamos a poner un 8. El se pondrá a rezar para que en una semana no haya ningún índice de la economía que se de a conocer y que ningún funcionario peronista tenga la tan nacional y popular idea de pasear por yate con champagne y Louis Vuitton por el Mediterráneo.

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