Un millón de personas en la plaza en Roma para "no" protestar contra el gobierno de Prodi

Un millón de personas han salido a la plaza el sábado 20 en Roma, para protestar contra toda la precariedad: de trabajo, ambiente, ciudadanía, estudio, paz y derechos civiles.

Movimientos y asociaciones; algunos partidos (como Refundación Comunista y Comunistas Italianos, pero no los ministros de dichos partidos por “coherencia” con sus cargos) pero no los Verdes e Izquierda Democrática; el sindicato de los metalúrgicos (FIOM), pero no el gran sindicato de los trabajadores (CGIL) que se ha abstenido de participar porque, pocos días antes, el 80% de los trabajadores han votado por el referendum que aprueba las condiciones puestas por el gobierno para los metalúrgicos. Se ha pedido explícitamente a los trabajadores y pensionados aprobar el referendum que no respeta sus derechos, porque de otra manera caería el gobierno y tornaría Berlusconi, y se verían en condiciones aún peores que ahora. Un chantaje monstruoso, al que sólo el duro hueso de las fábricas (la FIAT por ejemplo) ha tenido el coraje de responder con un rotundo no.

Entonces se ha llamado a “una manifestación no contra el gobierno, sino para el gobierno”. Maquiavelísmo italiano. Donde la sedicente izquierda quiere protestar para tener más peso en el gobierno, pero no quiere asumir la responsabilidad de que otro golpe al tambaleante gobierno de Prodi lo haga caer, con la consecuencia de un retorno de Berlusconi, a quien dan por vencedor todos los sondeos. La cuestión es delicada, no hay duda. La responsabilidad es enorme, cómo no saberlo.
Pero cualquier cambio necesita del coraje de las propias acciones.
Necesita deshacerse de la hipocresía, que en la izquierda italiana no es menor que la de la Iglesia. Es necesario elegir de qué parte estar.
Enviar mensajes claros y sobre todo no alimentar falsas ilusiones.

¿Se puede continuar alimentando, después de un año de gobierno de Prodi, las ilusiones de “un gobierno amigo”, cuando no se ha hecho nada de todo aquello que se pedía, y que por otra parte está escrito en el programa que se ha firmado antes de entrar en el gobierno? En estos 17 meses ha aumentado el precio de la canasta básica, y las misiones militares, se regalan montañas de millones a las patronales, son alimentadas campañas contra los inmigrantes, se han dado 15 millardos de euros de reducción fiscal en provecho de las empresas (con el voto de la izquierda). Sospechamos que se quiera conseguir el consenso del pueblo a esa izquierda para continuar manteniendo las poltronas, los escaños y la presidencia de la Cámara. Como en las peores tradiciones de aquel 1900 que se creía superado.

Por un año y medio PRC, PDCI, SD y los Verdes, con su ingreso al gobierno, han consentido a Prodi una política antiobrera que Berlusconi no habría tenido la fuerza de realizar, frente a la previsible oposición popular. Han legitimado el hipócrita bipolarismo burgués. Han usado las razones de los trabajadores para los propios intereses personales.
Están destruyendo, día tras día, todo aquello de vital que todavía existía en la izquierda comunista italiana.

A esta altura ¿vale la pena preocuparse por una eventual caida del gobierno de Prodi (que por lo demás es probable, y más que probable, que no sea obra de la izquierda “fiel”, sino del centro que pende hacia la derecha)? Es de ustedes la ardua sentencia.

La Haine