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Venezuela, Anti Patriarcado :: 10/10/2018

Vivir en Venezuela (XVI)

Guillermo Cieza
Entrevista con mujeres :: Giordana García: "El Estado rentista venezolano, históricamente tan dado a la a la exclusión de los sectores populares, no ha podido desmontarse"

Giordana García Sojo estudió letras y antropología social. Tiene una hija: Manuela Karú. Es editora, escritora e investigadora. Nació en Caracas, pero creció en Mérida [Venezuela].

¿Como haces para vivir con ingresos tan reducidos?

En principio cambiando los hábitos de consumo, en vez de usar pañales desechables para mi hija, usamos pañales “ecológicos”, por ejemplo. También circunscribiendo cada vez más los gastos al consumo de alimentos, dejando de gastar en otras cosas. A nosotros nos ha ayudado mucho el CLAPS, la comida en casa no falta, aunque ciertamente la dieta del CLAPS está basada en carbohidratos principalmente. En ese sentido, el CLAPS sin duda ayuda, pero a la vez ha significado una vuelta a la dieta basada en comida procesada. En los momentos más rudos de la crisis conseguimos un molino y comíamos arepas de maíz molido en casa, también de yuca, plátano, auyama, etc.

Cuéntanos un poco de la familia de tus padres ¿Provienes de una familia de universitarios? Y si no es así, qué ha tenido que ver la revolución con que pudieras tener un título universitario.

Mi papá estudió química en la Escuela Técnica Industrial de Caracas, allí podían estudiar los pobres, quienes no tenían acceso a la universidad. Luego Rafael Caldera cerró esas escuelas, al parecer eran vistas como “focos” de revoltosos. Sin duda la revolución cambió esta perspectiva, ahora muchísima gente tiene acceso a la universidad y hay más universidades y escuelas técnicas en todo el país. El problema hoy sigue siendo la vinculación de las universidades con la realidad nacional. Hay más profesionales, pero ¿dónde y cómo están aportando por la mejora estructural del país?

Has trabajado durante mucho tiempo al frente de una Editorial, por lo que habrás podido evaluar si hubo modificaciones en los hábitos de lectura entre los venezolanas y venezolanas. ¿Cuáles te parecen los cambios más significativos?

Asistir todos los años a la Feria Internacional del Libro de Venezuela y ver a miles de personas interesadas en la literatura y en el sector editorial en general, llena de regocijo y es una muestra de que las políticas culturales en este sentido han surtido efecto, a pesar de la mengua en inversión de los últimos años debido a la crisis. Hay otras ferias más pequeñas como la de Caracas o la de Chacao que tienen el mismo éxito, la gente se siente convocada, siente el deseo de leer y de conocer nuevos autores. Ese es el mayor logro, haber abonado en la producción de ese deseo de saberes, de esa necesidad de conocimiento.

¿Que sucedió con la narrativa y con la poesía en los últimos 19 años?

Así como aumentaron los lectores, crecieron los escritores publicados. Nada más la editorial 'El perro y la rana' tiene más de 1000 autores inéditos en su catálogo. El tiempo dirá quienes sobreviven ante la crítica de la historia, eso es así, aunque también es cierto que es urgente desarrollar una política de promoción mucho más potente. Hay autores muy buenos que no encuentran apoyo para desarrollar y publicar su obra más allá de la edición de El perro y la rana o de la autopromoción en blogs y redes sociales. Poetas, narradores, ensayistas, guionistas, investigadores, aquí hay muy buenas plumas, de ambos lados de la disputa política, por cierto, pero creo que, en materia de apoyo sostenido y promoción, las políticas públicas podrían hacer mucho más.

En este país es casi imposible hablar de política sin invocar a Chávez, a favor o en contra. ¿Es cierto que Chávez Vive? Y si es así ¿Dónde vive?

Chávez desarrolló y transmitió un ideario político en el mejor sentido de la política, una forma de ser y hacer social, de reconectarnos con el suelo que pisamos junto con otros y otras a partir de una historia común. Además, lo hizo resignificando los sentimientos nacionalistas, populares y bolivarianos de los venezolanos, tan golpeados por el boom petrolero y el “Miami nuestro”. Eso no se borra fácilmente, aunque lo haya hecho a contrapelo de la historia colonial, capitalista y neoliberal que individualiza y despolitiza a la sociedad. Chávez logró repolitizar desde el afecto, el conocimiento y el orgullo nacional y gran nacional.

He escuchado a opositores recalcitrantes reconocer (una vez fallecido Chávez) que el hombre era un gran estadista que supo unir a América Latina bajo una misma visión de integración.
También es cierto que se ha usado el nombre de Chávez para casi cualquier cosa; personalmente estoy en desacuerdo con esos epítetos litúrgicos de “supremo” o “eterno” que contribuyen a neutralizarlo y a volverlo algo etéreo y hasta ridículo. Pero intentos de satanizarlo (como también lo intentaron en vida) no han funcionado, fíjate el fracaso rotundo que significó la serie colombiana “El comandante”, una caricatura siniestra completamente inverosímil que ni siquiera llegó a la segunda temporada.

El ideario de Chávez, el chavismo si se quiere, atravesará muchas distorsiones y apropiaciones aún, pero ya ha logrado algo importante, y es que a pesar del asedio interminable que sufre Venezuela en todos los flancos, con el apoyo del arsenal mediático mundial, los venezolanos han resignificado la política en la praxis diaria, superando y evitando los intentos de generar una guerra civil, resistiendo la crisis económica y rechazando a toda costa el intervencionismo extranjero.

Viviste algunos años en Caracas, pero me decías que tu decisión es regresar a Mérida, como un buen lugar para que se críe tu hija Manuela. Cuéntanos un poco porqué Mérida vuelve a ser tu lugar en el mundo.

Si, esa es mi pequeña utopía: volver a Mérida y construir una casita con huerto incluido. En Mérida guardo afectos muy importantes, y paisajes a los que quiero volver constantemente. Pero te confieso que en ese sentido me siento en conflicto: Caracas me fascina, saber al mar Caribe allí cerca, justo detrás de una montaña cargada de belleza como el Ávila, no es poca cosa. Veremos qué dictamina el tiempo, yo aún me declaro en conflicto.

En un país como Venezuela es muy difícil refutar a Chávez, que encima dejó por escrito su pensamiento. Este fin de semana en el Congreso del PSUV escuché hablar a veteranos dirigentes reafirmando la propuesta de Chávez de avanzar hacia el Estado Comunal. Sin embargo, advierto que esos mismos dirigentes cuando asumieron responsabilidades políticas, más bien aportaron al fortalecimiento del viejo Estado burgués. ¿Adviertes el peligro de una disociación entre lo que se dice y lo que se hace entre quienes tienen mayores responsabilidades políticas?

Las grandes contradicciones del proceso revolucionario venezolano comienzan y terminan en el Estado. El Estado rentista venezolano, históricamente tan dado a la a la exclusión de los sectores populares, no ha podido desmontarse, porque además ha sido necesario usarlo y fortalecerlo para no perecer ante la eterna coyuntura de asedio que ha vivido el Gobierno bolivariano.

Sin embargo, el Estado hoy sí ha cambiado, no tenemos el mismo Estado que en 1999, hay un nuevo diseño jurídico y programático que se basa en preceptos inclusivos y populares, pero la arquitectura jerárquica y profundamente vertical que mantiene tranca los vasos comunicantes entre los dirigentes del alto gobierno y el resto de la población. Paulatinamente esto ha llevado a que toda política que se instale para contravenir al Estado burgués sea intermitente, como los gobiernos de calle o el apoyo al poder de las comunas, por ejemplo.

La crisis económica ha contribuido a romper lazos sociales y a desmoralizar a buena parte de la sociedad venezolana. Sin embargo, no ha llegado al punto de tomar decisiones suicidas, como votar a sus verdugos. Daría la impresión de que aún en la desesperación se ha mantenido un buen sentido que lo llevó a sostener el gobierno propio. Ese buen sentido conservado en los peores momentos le ha permitido al pueblo venezolano en un corto periodo de tiempo realizar dos hazañas: fue el único pueblo que derroto a un golpe de Estado y fue el único pueblo que renovó un mandato presidencial después de un proceso hiperinflacionario. ¿Que es lo que hace diferente al pueblo de Venezuela?

El chavismo ha logrado resignificar el bolivarianismo, no ya como una gesta heroica de las clases altas que se encontraba en los libros de textos y se admiraba en las estatuas de las plazas. A través de su propia gesta, cotidiana, real, palpable, rabiosamente mundana, el chavismo trajo a tierra las ideas y las emociones del independentismo y de la unidad latinoamericana. No creo que seamos un pueblo elegido ni tengamos ningún “destino manifiesto”, pero estoy segura de que la identidad venezolana actual rescató mucho de su orgullo histórico gracias a la reactivación de la política participativa que instauró el chavismo.

La lucha de clases existe, aunque miremos para otro lado. En Venezuela existe una lucha de clases que se desarrolla cotidianamente con las "invasiones". Hay invasiones de tierras y empresas improductivas por el pueblo, y hay invasiones del capital sobre bienes y territorios populares. ¿La lucha de clases se expresa exclusivamente en la dicotomía chavismo-antichavismo, o también hay luchas de clases que se desarrollan hacia el interior del chavismo?

En Venezuela se intenta construir otro modelo de sociedad basado en la igualdad de oportunidades y en la participación popular, pero esta construcción se ha hecho sobre las estructuras del capitalismo colonial y rentista que no se destruyó antes. Ese es el costo de una revolución pacífica, progresiva y además golpeada incesantemente por el enemigo interno y externo. En el camino ocurren mutaciones a lo interno, traiciones y concesiones.

Sin duda, muchos de los que se dicen chavistas han aprovechado puestos de poder o relaciones nepotistas para hacer negocios y constituirse como una nueva elite. Esos son triunfos del capitalismo que sigue campante. Pero las alternativas son difíciles, el capitalismo tiene esa capacidad dúctil de colarse por todos los poros o resquicios. Allí el reto. No hay purezas, pero sí debe haber claridad en el horizonte que se quiere, los errores se pueden objetivar, asumir y resarcir, realizando en un permanente proceso de “tres erres: revisión, rectificación y reimpulso”.

¿Existe la Patria? Y si existe, y tuvieras que poner sobre una mesa elementos simbólicos que la representan, ¿qué se te ocurriría poner?

Ante la reducción de los Estado-nación que la posmodernidad y el neoliberalismo venían implantando, la noción de Patria que logró redimensionar Chávez significó un resurgir identitario de mucha potencia. Particularmente entiendo Patria en ese devenir histórico que ha sido el chavismo, pero no es un concepto que me encante, en parte por su raíz etimológica que es indisoluble del patriarcado. Y decir “Matria” es algo aún muy acotado a ciertos grupos feministas. Entonces, como todo en el lenguaje, depende de su uso y de la convención social de la que haga parte.

Como convención de un país y una región en un momento histórico como el de Venezuela, donde el imperialismo vaya que existe y extiende sus garras, la Patria es un fuerte dispositivo simbólico que nos une y religa a la tierra que habitamos. La Patria representa nuestras luchas de siglos y nuestras luchas cotidianas, ese tiempo histórico que es un continuo que nos atraviesa como seres humanos que se saben y se sienten parte de algo más grande.

¿Te defines como feminista? ¿Que es ser feminista en Venezuela?

Si, soy feminista, aunque en mi conformación social haya rezagos del machismo y de la misoginia que el capitalismo patriarcal ha implantado en la cultura globalizada. Trato de cuestionarme todo el tiempo esas prácticas en mí misma, esa es la primera militancia feminista. En Venezuela hay luchas bien precisas que dar en este sentido, la despenalización del aborto y su consecuente garantía como un derecho (aborto legal y gratuito), la paridad en cargos políticos y directivos, la penalización real (existe la ley, pero no se ejecuta como debiera) de la violencia de género, por citar tres.

Sin embargo, además de estas luchas puntuales, el feminismo tiene un largo camino que recorrer y pelear para convertirse en sentido común, en cultura de la igualdad real. Aún está muy naturalizada la visión pacata de la mujer “virgen y madre” que cohabita con la mujer “mamacita” objeto del miss Venezuela o de una canción de letra violenta y sexista de trap o reguetón que bailan niños y niñas en fiestas de cumpleaños… Esta situación es el caldo de cultivo de la violencia y la exclusión. Es una problemática global por lo demás pero que debemos atender con mucha más fuerza y decisión política.

¿Has pensado en irte del país?

Sólo si la derecha, que con el chavismo ha demostrado ser revanchista y fascista (recordemos los casos de linchamiento y quema de personas en 2017), logra obtener el poder político. De resto no, quizá a estudiar un tiempo corto, pero no a vivir. Quiero que Manuela crezca en Venezuela.

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