¿Por qué Irán ganó la guerra?

La coalición del mal estadounidense-israelí-occidental imaginó que había llegado el momento de asestar un golpe definitivo a Irán, con el objetivo de sumir a toda la región en una era de sumisión, humillación, degradación, dispersión, decadencia, dependencia, atraso, conflictos y discordias.
Esta visión se basaba en una percepción errónea trazada por los círculos de inteligencia de esta coalición sobre el Eje de la Resistencia, especialmente sobre Irán. Sin embargo, Irán dio un vuelco a la situación.
A pesar de las pérdidas sufridas por Irán en este duro enfrentamiento con el régimen de Israel y EEUU, respaldados por el Reino Unido, Francia, Alemania y la mayoría de los países de la OTAN, especialmente en el primer día del ataque traicionero, Irán logró absorber el golpe y pasar de inmediato a la ofensiva. Infligió al enemigo israelí pérdidas que ni él ni sus patrocinadores podían imaginar. Cuando EEUU comprendió que su "perro rabioso" había perdido los dientes y tenía las extremidades destrozadas, pasó de actuar en las sombras a intervenir abiertamente en la guerra para salvar lo que quedaba del ente usurpador antes de que Irán lo aniquilara por completo.
Trump, con su arrogancia habitual, creyó que su intervención en la guerra obligaría a Irán a izar la bandera blanca, basándose en la imagen distorsionada que su aliado en la debacle, Netanyahu, había pintado de Irán, y confiando en sus bases militares en la región y los portaaviones enviados. Sin embargo, Irán transformó todos estos elementos, que Trump consideraba fuentes de poder, en puntos de debilidad.
Irán respondió al ataque estadounidense destruyendo la mayor base aérea de la región, Al-Udeid en Catar, algo que ni los líderes militares ni políticos de EEUU podían prever. Como resultado, Trump y su subordinado Netanyahu se vieron obligados a izar la bandera blanca. Irán fue el último en disparar en esta guerra, tal como lo quiso el líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
El ataque a la base de Al-Udeid no tuvo como objetivo a Catar ni a su pueblo, ni buscó causar destrucción masiva. Su propósito fue romper el prestigio de EEUU y enviar un mensaje claro a Trump de que Irán tiene la audacia de convertir sus bases militares en escombros en cualquier momento que desee. Es notable que EEUU ya estaba intimidado incluso antes del ataque iraní, como lo demuestra la evacuación de la base por temor a los misiles iraníes, sabiendo que este país nunca deja un ataque sin respuesta, incluso si el agresor es EEUU.
Irán quiso hacer entender a Trump que destruir sus bases, portaaviones e intereses en la región le resulta más fácil que arrasar Tel Aviv o Haifa. Y parece que este mensaje llegó más rápido de lo que Irán esperaba.
Fuentes confiables revelaron el desconcierto, el pánico y la confusión que afectaron a los liderazgos estadounidense e israelí. Esto quedó patente en el ataque público de Trump a los medios estadounidenses que cuestionaron la utilidad de su ofensiva contra las instalaciones nucleares iraníes, argumentando que había metido a EEUU en un conflicto con Irán y encima no había dañado mayormente las instalaciones iraníes.
Por su parte, en el ente israelí, las mismas fuentes citaron a altos funcionarios sionistas afirmando que el régimen buscaba poner fin a la guerra incluso antes del ataque iraní a la base de Al-Udeid, y que estaban evaluando una estrategia para salir del atolladero con Irán, evitando la parálisis total causada por los incesantes ataques iraníes que no se detuvieron ni un solo día.
Es cierto que Israel y EEUU eligieron el momento para iniciar la guerra contra Irán, pero fue Irán quien la terminó. No detuvo sus ataques misilísticos hasta dos horas antes del alto el fuego acordado. Ahora, el dúo Trump-Netanyahu ha izado la bandera blanca, e Irán ha triunfado. Sin embargo, su dedo sigue en el gatillo, porque este dúo no es de fiar.
Irán perdió líderes y científicos destacados, pero cuenta con miles de líderes y científicos más. Su fuerza militar y científica es puramente iraní, no importada. Las industrias militares avanzarán aún más rápido, al igual que la revolución científica, impulsada por las mentes y manos de la juventud iraní. Irán aprenderá de esta experiencia. Además, erradicará a los agentes del ente israelí y de EEUU en su interior, enterrándolos como enterró los sueños de Trump y Netanyahu de privar a Irán de su enriquecimiento de uranio, su programa nuclear pacífico y su programa misilístico defensivo.