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Estado español :: 21/01/2013

Algo huele a podrido en Génova

Juanlu González
Es del género incauto creer que los señores de la derecha, en buena parte de rancio abolengo franquista, vayan a dedicar su valioso tiempo para trabajar por el bien común

La derecha española anda en caída libre, con la demolición incontrolada del estado del bienestar, los recortes salariales, las relaciones laborales asimiladas a las de dueño y esclavo, con miles y miles de personas en la calle cuando hay millones de pisos vacíos, con el peso de la crisis volcado en la clase media y en las personas humildes mientras los ricos son cada vez más ricos… la gente de a pie se ha hartado rápidamente de las promesas incumplidas y de las mentiras del Partido Popular. La caída en las encuestas de la derecha neoconservadora española ha sido la más grande de la historia de un partido en la lábil democracia española. Sin embargo, aún sacaban pecho con los sermones sobre la esperanza de la llegada del paraíso terrenal y con la ejemplaridad vital de una cúpula dirigente de la secta meapilas que todo lo hacían …nos decían— para el bien del pueblo aunque aún cuando nadie fuera capaz de verlo ni entenderlo.

Pues ya ni siquiera les queda eso. Aún cuando se den golpes de pecho sobre su inocencia e integridad cristiana, la caja de Pandora se ha abierto y ya nadie en la cúpula del Partido Popular está a salvo. Probablemente el ex tesorero Luis Bárcenas lo que haya querido filtrar a la prensa es una pequeña parte de lo que tiene, para evitar que sea dejado a los pies de los caballos. Probablemente no vaya a tirar de la manta hasta llegar al final, pero lo que sabemos y lo que ya tiene el diario El Mundo, sea más que suficiente para conectar la trama Gürtel del cobro de comisiones ilegales con el destino de esos fondos, que no era otro que el pago de sobresueldos millonarios en negro a los dirigentes del PP durante decenios.

Y es que es del género incauto creer que los señores de la derecha, en buena parte de rancio abolengo franquista y miembros del mundo empresarial, vayan a dedicar su valioso tiempo para trabajar por el bien común perdiendo dinero. Acostumbrados a lujos y boatos, no van a ser héroes del tipo del presidente Múgica y sacrificar su nivel de vida para trabajar por el de los demás a excepción, claro está, si eso de los demás son la gente de su casta, el 1% de la población a la que pertenecen. A pesar de los indecentes sueldos que se han repartido muchos políticos en estos últimos años, siempre les ha parecido poco para lo que merecían. Estamos hablando de complementos en negro de 5.000, 10.000 y 15.000 euros al mes para toda la cúpula dirigente del partido desde 1988. Salvo algunas honrosas excepciones, todos y todas cogían el sobrecito mensual de Bárcenas mirando para otro lado. Y digo honrosas, casi con sorna, porque para alguien que cobra de sueldos públicos más de 200.000 euros al año, a los que hay que sumar los beneficios empresariales de su rico cónyuge, tampoco es cuestión de pringarse o dejarse cazar por un tesorero al que apodan cariñosamente “el cabrón”.

Con la que está cayendo, con la de millones de españoles a los que las políticas de los populares han llevado a la miseria, que se estén repartiendo dádivas de comisiones ilegales de la etapa del ladrillo o del hormigón, es de vergüenza. Cuando encima nos pide a diario que nos apretemos el cinturón, o nos dicen que vivimos por encima de nuestras posibilidades, la cosa raya ya en el la desfachatez más absoluta, si es que los fachas han tenido de eso alguna vez. En el momento que toque de nuevo venir a pedirnos el voto, deberíamos acordarnos de aquellos que sí viven por encima de nuestras posibilidades con nuestro dinero, ese dinero público que tanto aborrecen… cuando no está en sus bolsillos.

De momento no han salido apenas nombres concretos, el diario en cuestión quiere dosificar la información para sacar réditos periodísticos a la exclusiva —tampoco descartaría los de otro tipo—, tampoco la contabilidad de la caja B del PP ni las firmas de los recibís que, aseguran, tienen en su poder. Es posible incluso que nunca la veamos, ya sabemos lo que tarda Gallardón en firmar un indulto para sus amigos o cuando un correligionario se lo pide, cero coma.

 

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