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Estado español :: 16/06/2011

Caza de brujas contra el movimiento del 15-M en Burgos

Modesto Agustí
Desde el pasado sábado 11 de junio se ha puesto en marcha una oleada represiva contra el movimiento del 15-M en Burgos

La operación represiva se ha saldado hasta el momento con tres detenciones más una orden de arresto para una cuarta persona. Los poderes fácticos de la ciudad, marcados por una descarada mentalidad totalitaria, responden a las reivindicaciones políticas con un incremento de la represión.

El 15 de mayo de 2011 dio comienzo en numerosas ciudades del Estado Español un movimiento de protestas ciudadanas que trataba de dar visibilidad al descontento social que hasta el momento parecía mantenerse aletargado. Miles de personas tomaron las calles y plazas de las principales ciudades españolas bajo el lema “no queremos ser mercancía en manos de políticos y banqueros”. Un movimiento que fue ganando fuerza ante el mantenimiento de la acampada de la Puerta del Sol de Madrid que logró resistir a un primer desalojo y cuyo ejemplo se reprodujo en otras tantas ciudades.

Burgos no fue una excepción y las protestas comenzaron a sucederse en un clima reivindicativo que logró contagiar a amplios sectores de la población que hasta eso momento permanecían en silencio. Desde el 17 de mayo una acampada de similares características ha venido desarrollándose en la Plaza Mayor sirviendo como punto de referencia para los debates y actividades que apuestan por un cambio en la situación actual.

En el contexto de las varias iniciativas de protesta que ha venido realizando el denominado movimiento 15-M, el pasado sábado 11 de junio la indignación se hizo presente en la toma de posesión de Javier Lacalle como nuevo alcalde de Burgos. Una convocatoria que se realizó en multitud de ciudades y que sin embargo en Burgos ha sido utilizada como pretexto para dar pie a una oleada represiva que tiene todos los ingredientes para ser catalogada como maniobra de persecución política al más puro estilo totalitario.

Según han corroborado diferentes fuentes, a la salida del consistorio los políticos fueron abucheados y acompañados hasta la cercana calle del Espolón sin que se produjeran incidentes reseñables. Un gesto que se repitió en otros tantos lugares y que al parecer en Burgos ha desatado una serie de detenciones que están siendo jaleadas por los habituales instrumentos mediáticos que, como de costumbre, están sirviendo como altavoz para la persecución de las ideas y la práctica de cualquier disidencia en Burgos.

La verdad en ocasiones resulta molesta, esto es lo que debió pensar la comitiva política en cabezada por Juan Carlos Aparicio y la Subdelegada del Gobierno Berta Tricio cuando salió del consistorio el pasado sábado. Ambos s encontraron de bruces con una verdad molesta: la clase política solo se representa a si misma. Una osadía que inmediatamente decidieron no perdonar a pesar de que los únicos incidentes producidos durante la protesta fueron ocasionados por la propia policía, quién sabe si recibiendo ordenes concretas.

Está visto que decir la verdad a la cara de los políticos tildados de “chorizos” por los manifestantes del sábado ha hecho que los poderes fácticos que gobiernan nuestra ciudad, con una mentalidad que los enlaza con el anterior régimen, haya desatado una campaña que pretende poner fuera de juego las protestas que se iniciaron hace un mes persiguiendo a quienes han participado en las mismas.

Poco se puede decir de una clase política que responde únicamente con las porras y detenciones selectivas ante las reivindicaciones políticas ciudadanas y que pone en evidencia que en Burgos, a pesar de los maquillajes supuestamente democráticos, poco o nada ha cambiado desde el fin de la dictadura. Por desgracia, y los hechos lo demuestran, la nuestra es una ciudad con importante déficit en lo que ha libertades se refiere donde quien protesta es sistemáticamente señalado por la propaganda oficial que alimenta un clima de persecución política. Una ciudad a la que los poderes fácticos han tenido eternamente aletargada a la ciudadanía y en la que expresar el descontento social es susceptible de convertirse en un delito.

El actual clima de caza de brujas que se vive la ciudad está siendo alentado por uno medios, entre los que cabe destacar al Diario de Burgos [con B] que, una vez coquetearon con las protestas para intentar reconducirlas, y que actualmente se han despojado de su carteta para cumplir como de costumbre su habitual papel de altavoces del pensamiento único . Desde estos mismo medios se está difundiendo acusaciones que ni siquiera han sido cotejadas a nivel judicial presentando a los detenidos bajo una acusación de “agresión” cuando hasta el momento está no aparece en ninguna de las diligencias judiciales.

Una maniobra que pretende así mismo difundir el miedo y la incertidumbre entre un movimiento que ha decidido continuar con las protestas y que ha supuesto una de las movilizaciones sociales más intensas y genuinas que se hayan vivido en Burgos. Un movimiento que ha tomado la asamblea como eje vertebrador en su toma de decisiones y que ha demostrado que es posible hacer política sin la necesidad de los profesionales de la misma.

Por encima de la actual campaña de acoso que está desarrollando el consabido binomio mediático-policial la indignación está aún lejos de verse sofocada. Muchas conciencias se han visto transformadas y un amplio sector de la población prefiere pensar por si misma a seguir las directrices que los políticos y sus medios marcan. El reto es importante, el movimiento de protestas que se inició el pasado 15 de mayo se enfrenta a una de sus mayores amenazas, la misma a la que se enfrenta todo aquel que piense diferente en Burgos, pero la semilla ilusionante que se ha desarrollado durante estos días debe aguantar el chaparrón inquisitorial porque está cargada de ilusión transformadora Un concepto que ha cobrado una nueva dimensión durante estas jornadas y que siempre asusta a los que detentan el monopolio de la violencia del Estado.

Como ya dije en su momento las cartas están en cima de la mesa y la partida se juega ya con naipes marcados. Todo está por hacer y quizás saber reproducir la indignación y el descontento sean algunas de las claves que posibiliten dar continuidad a un movimiento que representa una esperanza real de cambio para una ciudad desasido tiempo adormecida.

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