El choque de trenes en Podemos

Carolina Bescansa alertó la semana pasada de un "choque de trenes" en el interior de Podemos entre el sector de Íñigo Errejón y el de Pablo Iglesias, de cara al congreso de Vistalegre II del próximo fin de semana. Por su parte Errejón dice que quiere la unidad con Iglesias y lanzó su campaña con un cartel en el que aparece sonriente agarrado a él. Sin embargo este hecho ha cabreado a parte de las bases que plantean que si el tren de Errejón está intentando descarrilar al de Iglesias no queda muy elegante aparecer juntos de cara a la galería. Si tendrá un coste a la hora de que le voten más o menos inscritos ya lo veremos.

En efecto los que llevamos un tiempo activos en la militancia política sabemos que un choque de trenes pasa por intentar destruir a la otra parte. Lo hemos visto numerosas veces, sobre todo en Madrid. En Madrid digamos que somos muy afines a los choques de trenes. Nos va el rollo. La militancia política en Madrid es mayormente canibal, lo que quiere decir que nos gusta comernos los unos a los otros y los choques de Egos están a la orden del día. Y sí, la chispa que prende el incendio suele ser alguna diferencia política, lo que ocurre es que diferencias políticas hay en todas las ciudades del estado español y sin embargo en otros lugares se asumen con menos virulencia. No por casualidad este choque de trenes nace en Madrid. Nada es casualidad y esto menos. Por eso hay mucha gente de fuera de Madrid alucinada con este espectáculo público que están dando los dirigentes de Podemos. Pero para los de Madrid esto es lo normal, no sabemos hacer política sino a tortas, pero es comprensible que la gente de fuera piense que se podrían hacer las cosas de otra manera.

Hay que tener en cuenta, así mismo, que en un choque de trenes no gana nadie y pierden todos. Ambos trenes al chocar de frente sufren destrozos graves. Si un maquinista intenta imponerse al otro y con el otro maquinista ocurre lo mismo lo que no se están dando cuenta es que morirán los dos. Quizá uno de lo trenes se mantenga en el carril, pero no será sin sufrir daños importantes. El proyecto de Podemos será gravemente debilitado.

Tenemos el estupendo ejemplo del PSOE, donde Susana Díaz creía ingenuamente que por chocar con su tren e imponerse a Pedro Sánchez todo se iba a solucionar. Sin embargo perdió el PSOE al completo, el partido se debilitó y entró en la UVI, y ahora es asistido con el oxígeno del apoyo "indirecto" al PP. No solo eso, las ascuas de ese fuego aun queman y quizá vuelvan a prender pronto.

Siempre hemos dicho desde la izquierda extraparlamentaria que el PSOE era un partido neoliberal, sin embargo esta lógica del choque de trenes (el concepto de destruir a la otra parte en pos de imponer una determinada línea de acción política) es una lógica que se está dando ahora en Podemos y que se ha dado también numerosas veces en las organizaciones comunistas, anarcosindicalistas, en centros okupados... Quizá la derecha sea igual que nosotros, quizá en general los seres humanos seamos despreciables, en todo caso desde luego la izquierda madrileña tiene/tenemos mucho trabajo por delante para que aprender a ser más productivos en el ámbito de la construcción política.

Quizá haya algo que arrastramos desde hace muchos años y es esa cultura de la "unidad de la izquierda". Nos estresamos hasta la angustia con el automensaje de "tenemos que estar unidos, tenemos que estar unidos, tenemos que estar unidos" (!!)... parece que la unidad es un fin en sí mismo y no una herramienta. Como toda herramienta, debemos usarla si es útil, si no, debemos usar otra.

Y el problema de esta consigna de unidad es que es muy nociva de cara a entrentar los conflictos internos. Si en una pareja sentimental dos personas se llevan mal, discuten todo el tiempo y simplemente no se llevan bien, ¿qué hacen? En algunos casos lo hablan a tiempo, antes de hacerse daño el uno al otro, y deciden separarse amistosamente. En otros casos deciden continuar con la relación, aun siendo infelices, culpándose el uno al otro de sus infelicidades, hasta que un día se produce una ruptura bomba. Esto es traumático para ambas partes y quizá les condicione a la hora de iniciar nuevas relaciones sanas en el futuro.

Todas las corrientes internas de Podemos critican a Iglesias, por eso obviamente se han constituido como corrientes internas, sin embargo lo curioso es que todos le quieren como secretario general, eso no está en disputa. ¿Alguien lo puede entender? Si piensas que tu secretario general está haciendo las cosas mal, se está yendo con la vieja izquierda, está perdiendo votos, está construyento la unidad a base de toques de corneta y está haciendo un análisis incorrecto de la realidad social... ¿por qué no aprovechar la situación para separarte amistosamente y lanzar una nueva organización? Sería una organización feliz y estaría en la línea correcta. Sin embargo parece que es más fácil quedarse dentro de esa relación tóxica en modo destructivo, chocando con tu tren, intentando destruir a la otra parte.

Deberíamos dar ejemplo en la izquierda e implantar consignas como "ceder no es perder" o "es mejor ser felices por separado que infelices juntos" porque en realidad no hay nada más potenciador y más anticapitalista que una organización revolucionaria feliz, ya buscaremos el momento y la coyuntura de juntarnos con otra organización feliz para golpear unidos.
Pero la unidad no debería ser una consigna religiosamente autoimpuesta.