El agua de León privatizada

Es verdad que para los trabajadores cualquier privatización es para echarse a temblar dada la impiedad con que las empresas adquirentes se las gastan con las plantillas. Ahí está Telefónica, ahí está Sintel, ahí todo el rosario de privatizaciones con su cola de despidos, reducciones de personal y las más suaves pero no menos humillantes prejubilaciones. Por eso es comprensible la alarma de los trabajadores de este servicio municipal y si hubiesen salido a la calle tocando a rebato, la gente les hubiera seguido por doble y común motivo: por solidaridad con los trabajadores y por defender una bien com. Pero creer, tanto sindicatos como trabajadores, que el conflicto se resuelve con la garantía de mantener la plantilla en la empresa adjudicataria es, por parte de unos y de otros, de una desconsideración para con la ciudadanía incalificable.

No puede una UGT, por más que no disimule ser su correa de transmisión, echarle en este caso un capote al PSOE cogobernante y dar por zanjado el problema. Ni puede CCOO mirar para otra parte con declaraciones de principio que no tienen más fin que escurrir el bulto. No. Aquí la cuestión es ciudadana y es la población la que tiene todo que decir.

El agua de León no es deficitaria, al contrario, produce beneficios y aun permite un uso cercano al despilfarro con un consumo medio por persona y día muy superior a los 150 litros recomendados por la ONU. Nuestros nuevos ediles, emulando a sus antecesores del PP en el ansia del dinero fácil y rápido como el de La Lastra, no ven mejor manguera que el grifo ciudadano para apagar su abrasador déficit presupuestario y ponen en venta este bien municipal tan sagrado, el agua. ¿Nada tienen que decir los ciudadanos?

Si en periodo electoral ni por respeto al votante se guardan las formas, cuánto menos los programas. Hace dos días el jefe comunitario "socialista" Villalba, decía de los "populares": "No existe el centro reformista sino una derecha pura y dura que prima las privatizaciones y coloca a sus amigos en los centros de decisiones para tenerlo todo controlado". Muchos veteranos del "82, algunos escarmentados y otros colocados, ya sabemos a qué suena esto. A los más novatos les podía valer la privatización del agua de León por el PSOE para ver la indiferencia política de esta alternancia sin alternativa, con una UPL, experta en concesiones, de comodín.

Ya sabemos incluso cuál va a ser la empresa adjudicataria de la gestión, BEGAR, la misma a la que el mismo PSOE le concedió la gestión del agua en San Andrés del Rabanedo. Pueden los leoneses ir a preguntar a la gente de allí qué tal les va con la gestión. Esta empresa como muchas otras tres o cuatro más de León y provincia goza de carta blanca en cantidad de concesiones de todo tipo y sabe agradecer a los políticos estos regalos.
Tan determinados están en su decisión privatizadora los ediles de León, que ya cuentan con el momio para los presupuestos anuales. Y ya dicen que no hay marcha atrás ¿Qué hacen las asociaciones vecinales, de consumidores y usuarios? Nos venden la hijuela y aquí sin enterarnos.
P.D.- Habría que hablar otro día también de la prórroga ilegal del contrato de las basuras a TECMED impulsada personalmente por el teniente alcalde José Ma. Rguez. de Francisco que tiene buenos intereses en ello. Y habrá que saber que no tuvo empacho en desbancar al secretario del ayuntamiento cuando éste le presentó un informe desfavorable a la prórroga porque incumplía toda la legislación. Pues nada, se cargó al secretario y, ... a otra cosa. Los del PP dicen que van a impugnar la concesión, pero tararí que te vi.