Elecciones UE: La ultraderecha gana en Europa pero pierde en el Estado español

En Francia, el ultraderechista Frente Nacional (FN) ha ganado las elecciones. En Dinamarca el ultranacionalista y xenófobo Partido Popular Danés ha hecho lo mismo con el 23,1% de los votos. En Grecia, el tercer partido más votado fue el partido neonazi Amanecer Dorado, recogiendo los votos de muchos decepcionados por todos los grandes partidos y protestando por el altísimo desempleo y la inmigración irregular. En Finlandia en tercera posición se sitúa el Partido de los Finlandeses, de extrema derecha, que aumenta su representación de uno a dos eurodiputados. En Alemania, los grandes ganadores han sido los euroescépticos del AfD (liberales de derechas). Destaca también el Partido Nacional Democrático, heredero del nazismo, que cuenta con un escaño. En Suecia, el partido ultraderechista y xenófobo Demócratas de Suecia consiguieron un porcentaje histórico del 10%, tripicando sus anteriores resultados electorales. En Hungría la ultraderecha del Jobbik logra el segundo puesto en las elecciones con el 14,6%.

En el Estado español los poderes fácticos se despistan y la ultraderecha hace el ridículo

FE de las JONS consiguió el 0,13%, por su parte la plataforma fascista La España en Marcha, 0,1%, Democracia Nacional 0,08%, el MSR 0,05... es decir, resultados absolutamente marginales. De la pandilla el que mayor éxito cosechó fue VOX con un 1,56%, si bien tampoco fue suficiente para conseguir un escaño.

La ultraderecha española ha perdido las elecciones estrepitosamente y a la burguesía se le ha pasado por alto el papel histórico de los partidos fascistas: disputarle el discurso “social” a las organizaciones de izquierda, ya sea moderada o revolucionaria, da igual. Su papel es el de robar el mensaje antioligárquico y obrerista y confundir así a la gente en favor de que las estructuras fundamentales del sistema permanezcan intactas.

Esta ausencia ultraderechista ha tenido graves consecuencias: mientras que el bipartidismo tradicional ha sufrido un importante batacazo, Esquerra Republicana ha ganado las elecciones en Catalunya, Izquierda Unida ha triplicado sus escaños, Podemos ha irrumpido con 5 eurodiputados y Los Pueblos Deciden han conseguido uno.

Que estos votos se traduzcan en mayor política social en la UE por arte de magia es muy poco probable, sin embargo es necesario destacar que este -llamémosle- “giro a la izquierda” de los votantes en el Estado español ha sido posible porque la derecha más rancia ha sido ignorada.

Se puede argumentar que la ultraderecha ya está aglutinada dentro del Partido Popular, sin embargo a ojos de la población este partido no disputa el discurso social a la izquierda. El PP es de derechas y presume de ello. Todo el mundo lo sabe. No juegan el papel de los partidos fascistas que buscan conectar realmente con los problemas de la gente pseudocriticando la corrupción, las falta de políticas sociales y el paro, y adornando su mensaje con un poco de patriotismo españolista y de echarle la culpa a los inmigrantes.

A la burguesía española se le ha escapado la tortuga en estas elecciones, al sistema se le ha pasado por alto darle de comer a los fachas, las cloacas del estado se han despistado y se han encontrado con la sorpresa de que grandes capas de la población han entregado su voto a partidos de corte izquierdista. ¡Y yo con estos pelos!

Los mandamases estaban demasiado acostumbrados a que pase lo que pase aquí todo sigue igual y se han despistado, eso es cierto, pero apúntemonos también algún tanto. Hay organizaciones como Democracia Nacional que han intentado asumir el papel de “partido fascista respetable” en los últimos años, así como España2000 o la plataforma La España en Marcha, la cual está intentando aglutinar a la extrema derecha cansada de tanta “permisividad” con las reivindicaciones de derecho de autodeterminación, etc. Sin embargo el movimiento antifascista en la última década ha sido implacable. El asesinato en 2007 de Carlos Palomino a manos de un militar que acudía a una manifestación de Democracia Nacional desató una ola de protestas de tal magnitud en todo el Estado español que obligó a los partidos fascistas a replegarse y al bipartidismo a subrayar su imágen de demócratas. La Asamblea de amigos y compañeros de Carlos invadió las calles de pegatinas con el lema “fascistas no, ni en las urnas ni en las calles”. Así mismo las crecientes ofensivas de los movimientos populares fundamentalmente en Euskal Herria, Països Catalans, Galiza, Asturies y Andalucía impiden que se le dé oxígeno a las organizaciones neonazis y fascistas.

Ahora bien, es muy probable que los poderes fácticos hayan aprendido la lección europea y por tanto debemos prepararnos para un severo auge de la ultraderecha en el Estado español como forma de contrarrestar lo ocurrido en estas elecciones. La crisis económica está provocando que la gente deje de creer en los partidos tradicionales y el discurso “social” está siendo hegemonizado por distintas candidaturas de izquierda como Pedro por su casa. También está ayudando a las organizaciones revolucionarias y extraparlamentarias a intensificar su trabajo en la calle. Es por esto que no debemos descartar que el sistema sabe que o se fomentan y alimentan las alternativas de ultraderecha o esto puede convertirse pronto en un viva la Pepa.

Por su parte, España2000 ya ha lanzado una advertencia en su web en el análisis de los resultados electorales:

“La Junta Ejecutiva de España2000 lamenta que no se haya podido presentar ninguna candidatura euro-escéptica en nuestro país, verdadera excepción en todo el continente y se compromete a hacer las gestiones necesarias para que ésta sea la última vez en la que en la euro-cámara no estén presentes diputados euro-escépticos españoles”.

¡Alerta antifascista!