Gran Canaria: cinco años malviviendo en un estadio de fútbol

 Mediante un comunicado remitido a la redacción de Canarias-semanal, el Sindicato de Inquilinos de Gran Canaria ha denunciado la situación de una mujer grancanaria, Loly, y su hijo mayor de edad, obligada a "instalarse en las destartaladas instalaciones del Estadio Municipal Pedro Miranda de Jinámar", al carecer de ingresos para poder alquilar una vivienda. 

 "Loly - explican desde el Sindicato de Inquilinos - fue desahuciada en septiembre de 2015 y solo recibe la Prestación Canaria de Inserción (PCI)".

  "Con apenas un lavamanos donde poder asearse, vive en un estado de semi-indigencia desde hace ya cinco años".

 Desde el Sindicato de Inquilinos apuntan que "durante este lustro de sufrimiento y condiciones infrahumanas", esta vecina de Telde "no ha parado de moverse sin resultado alguno".

   "Sin recursos económicos suficientes ni regulares, no ha podido encontrar empleo (tampoco su hijo) ni por supuesto un alquiler a precio de mercado (en Telde el precio del alquiler ha subido el año pasado un 8'4% y en Las Palmas la media no baja de los 10 € por m², fijándose la media del alquiler en las islas en unos inasumibles 908 €)".

  El Sindicato denuncia que, aunque la mujer "ha visitado las distintas concejalías y alcaldías que se han sucedido, ninguna de estas instancia la ha ofrecido ningún tipo de solución ni alternativa".

  "A Loly, como a varias más de nuestras afiliadas, se le recuerda, desde los servicios sociales municipales, que sin hijos menores a cargo es casi imposible que reciba ningún tipo de ayuda alojativa".

   "Se trata - sostienen desde el Sindicato de Inquilinos - de un discurso irresponsable de las instituciones, que obliga a las capas más empobrecidas y vulnerables de la sociedad a “cargarse de chiquillos” si quieren tener alguna expectativa de que la ficción del “Estado del bienestar” no las ignore completamente".

 El Sindicato de Inquilinos de Gran Canaria denuncia reclama "a las instituciones una respuesta para este mujer y su hijo, inmediata y acorde a los recursos que la sociedad ha puesto en sus manos y que realmente nos pertenecen a todos".

  "Queremos - concluyen - una vivienda digna para Loly y su hijo, que se ponga fin a una situación inasumible y no queremos esperar otros cinco años para obtener una respuesta. La dignidad no es una mercancía que pueda ponerse de rebajas pasado el período electoral".

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