¡Un gobierno para relanzar la guerra social!

Diez meses de "tregua" condicionada por los malos resultados electorales del PP en diciembre de 2015, fruto a su vez de la movilización popular, obligaron al Régimen a mantener un Gobierno en funciones. Ahora, una vez removidas las dificultades (léase la oposición de un sector del PSOE encabezado por Pedro Sánchez) que impedían la ratificación parlamentaria de Mariano Rajoy como jefe del operativo contra el Pueblo Trabajador, en el que está toda la mafia que constituye el bloque dominante español, la derechona ha parcheado al Gobierno de la última legislatura ordinaria para adecuarlo mejor a las tareas que tiene encomendadas para los próximos tiempos: la reactivación de la guerra social y política contra el Pueblo Trabajador y los procesos soberanistas, muy especialmente en Cataluña.

En la guerra social, además de profundizar en los recortes y privatizaciones de los servicios públicos (sanidad, educación, etc.) intentarán entrar a saco contra las pensiones públicas, ya lo están avisando, a su manera, "urbi et orbi". Ese es uno de sus objetivos prioritarios para esta legislatura.

El sistema de pensiones públicas ya sufrió diversos ataques a lo largo de los últimos años, pero hasta ahora no se habían atrevido a entrar de frente contra él. Según sus criterios, ha llegado la hora. Obviamente no lo van a comunicar así a la sociedad, sino que lo harán bajo un enunciado que será totalmente confuso e intentando ocultar sus verdaderas pretensiones.

En el otoño de 1939, una vez neutralizada la resistencia militar a la invasión alemana en Polonia y dividida ésta, el Régimen nazi apostó por impedir cualquier proyecto de reconstrucción de un Estado Polaco viable. Una de las tareas que se plantearon -y que por cierto ejecutaron con gran rapidez y un alto grado de eficiencia- fue la liquidación de la "inteligencia" de aquel país. En esa operación fueron asesinadas miles de personas que potencialmente, debido a su formación técnica y/o intelectual, podrían reconstruir un proyecto nacional polaco. Operaciones similares se han hecho en otros lugares por otras formas de imperialismo, últimamente Irak, Libia, Siria... eso sí, adaptadas a los nuevos tiempos.

Los nazis, que fueron los grandes introductores de la moderna manipulación de masas, bautizaron a esa operación de genocidio con el nombre de "acción extraordinaria de pacificación" (Ausserordenliche Befriedigungsaktion). Obviamente el nombre no se correspondía precisamente, de forma literal, con el contenido real del proyecto puesto en práctica.

En las próximas semanas iremos viendo como se intenta implementar, por parte del Gobierno y su Régimen, la nueva fase de la guerra social contra las clases trabajadoras de los Pueblos del Estado español.

El otro gran objetivo de la derechona española será la ofensiva contra el movimiento soberanista, muy especialmente contra Cataluña y sus instituciones, vanguardia en la actual coyuntura de esa lucha democrática.

Realmente el escenario es -y será aún más en el futuro inmediato- muy claro; y las líneas de actuación para el movimiento popular podrán ser deducidas de ese claro escenario sin grandes alardes intelectuales, pero como es habitual nos encontraremos con algunas "corrientes" que por razones de incapacidad estructural u otras más inconfesables, se negarán a interpretar la realidad tal como es y a sacar conclusiones obvias de ésta, actuando de forma irresponsable y dando bazas al enemigo de clase.

Nuestra labor es doble: impulsar la movilización en la dirección y sentido correcto; y dinamizar la reflexión y el debate para que la situación (y las alternativas progresistas a ella) sean comprendidas por los sectores sociales más amplios.

Castilla a 7 de noviembre de 2016