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La AVT: la ultraderecha se organiza
La Asociación de Víctimas del Terrorismo (que no las víctimas), se ha convertido en el brazo (casi armado) del PP. En sus despachos y desde los mass media se decide quien va a ser el siguiente en estar en su punto de mira.
Aglutinando a grupos de ultraderecha y neonazis, apuntaron y consiguieron Boicotear a Fermín Muguruza, su delito: ser vasco y cantar en Euskera. Periodistas de la talla (moral seguro que no) de Luis del Olmo y Jiménez Losantos se encargan de dirigir las campañas de los neofascistas desde sus palacetes radiofónicos y así tapar las bocas de los músicos vascos y por extensión de la cultura y el arte de un pueblo.
La siguiente persona a disparar por la AVT ha sido J. Medem. Su delito: hacer un documental, donde la gente opina, gran parte desde postulados reaccionarios, sobre el conflicto vasco. La ATV también ha denunciado a Carod Robira por relación con banda armada por su reciente reunión con ETA. Quien le iba a decir a Carod que le iban a poner un pasamontañas y una pistola desde el gobierno, desde los media y desde esta despreciable organización tan sumisa como ignorante.
Los que se reparten el pastel, y en su día firmaron el pacto antiterrorista, deben pensar que una persona cuando habla con los terroristas segrega una serie de hormonas en su cuerpo que le trasforman automáticamente en estos. Por poner un ejemplo, tengo amigos bastante socialdemócratas, con los que hablo todos los días, y pueden creerme si les digo que no me voy a pasar a la social-democracia por el hecho de dialogar con ellxs e intercambiar puntos de vista.
La ATV quiere representar a las víctimas de terrorismo pero no las representa. Quiere hacer de la tragedia una porra, un grillete. Quieren instrumentalizar la pena, la tristeza que ante ellos pueda sentir la gente para convertirse mediante estas herramientas en un tribunal inquisidor que censure todo atisbo de diversidad cultural y social.
Las injusticias y tragedias que a uno le suceden no le dan derecho a perder la cordura y a ponerse del lado de los genodcidas que mataron impunemente en Irak a miles de personas. Si así fuera, Las Madres de la Plaza de Mayo tendrían derecho a perder el criterio hace mucho tiempo, tendrían derecho a volverse totalmente locas y hacer estupideces a mansalva. Pero comprenden que esa no es la manera de solucionar nada, en todo caso de empeorarlo.
Posiblemente si alguna de de las víctimas, por las que se lucra esta asociación, se levantara y viera lo que están haciendo se alejaría él mismo de la asociación que le representa. Si viera como su muerte se utiliza para ganar votos, para hacer campaña política, para descreditarse unos partidos políticos a otros, para, en definitiva, ascender en la escala de poder, y comprobara que sus allegados son, títeres de este juego sucio, huiría seguramente despavorido para no ver tanta mierda de la que nunca quiso ser parte.
Creo que debemos formar una Asociación de Victimas de la Asociación de Victimas del terrorismo, que apuntan y disparan, siendo mediadoras del estado, contra cualquier interés real que busque un mundo en el que quepan muchos mundos.
