La crisis de un modelo de desarrollo

El último gran periodo de expansión económica en el Estado estuvo fundamentado en el ladrillo y en el endeudamiento familiar a cualquier coste. La burbuja inmobiliaria generada ha llevado a una situación que roza el absurdo, con un parque de viviendas desaprovechado al mismo tiempo que sobrevalorado, lo que dificulta enormemente la emancipación de los jóvenes. Una situación que ha desembocado en una crisis en la que una de las principales fuentes de empleo y beneficios del país corre riesgo de colapso.

El crecimiento económico de gigantes como China o India pone además en cuestionamiento el modelo basado en el consumo desaforado y el petróleo. La especulación con el petróleo y las materias primas es la consecuencia lógica de una oferta que no puede soportar el crecimiento constante de la demanda. La época del petróleo barato ha terminado, y es cuestionable la capacidad del sistema para mantener el ritmo actual de crecimiento del consumo.

A nivel global, y como defiende Fernández Duran, la crisis pone en cuestionamiento el modelo de desarrollo basado en el consumo de masas y en el petróleo barato. Nos encontramos en el peor de los escenarios posibles, con una guerra, por ahora encubierta, por los recursos petrolíferos. Esta se desarrolla desde Sudan hasta Afganistán, con EEUU, China y Rusia como principales competidores en una carrera que puede llegar a ser frenética por controlar la mayor parte del recurso.

Por otro lado, la burbuja inmobiliario financiera promete ser especialmente desastrosa para economías que, como la española, tienen sus pilares en la construcción y el endeudamiento familiar. Si en un momento dado, como consecuencia de la crisis internacional, el turismo empieza a resentirse, las cosas se pueden poner realmente mal.

El modelo de desarrollo predominante se tambalea, y su cuestionamiento puede ser también una oportunidad. Una oportunidad de acabar con una economía extractiva, que depreda el territorio, profundiza en las desigualdades, priva a partes de la población de derechos fundamentales, como la vivienda, e hipoteca nuestro futuro.

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