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Estado español :: 17/10/2022

“En residencias en manos de los fondos y grandes grupos se produce la mayor violación de derechos"

Juanjo Basterra
Sare Antifaxista entrevista a Manuel Rico, director de investigación de infoLibre

Manuel Rico: “Donde se produce la mayor violación de derechos de residentes es en esas residencias en manos de los fondos y grandes grupos”

 “Hay residencias gestionadas por grandes grupos que no les importa nada salvo ganar pasta”

 “Se necesita muchísimo más dinero para terminar con las listas de espera”

“Deberíamos fijarnos básicamente en el modelo de residencias de los países noruegos”

“El auge de la ultraderecha es preocupante, es evidente y en España tienen ahora un poder que no tenían hace años y que el PP estaría dispuesto a pactar con ellos está fuera de toda duda” 

Juanjo Basterra, kazetaria eta m. soziala * E.H

Manuel Rico, director de investigación de infoLibre, publicó hace un año y medio un libro ‘¡Vergüenza! El escándalo de las residencias’ (editorial Planeta) que abre con un bisturí preciso la situación de las residencias de mayores en el Estado español dejando ver sus carencias y déficits, no solo en la atención, sino con las personas que trabajan en las mismas. La realidad es que son un negocio para fondos de inversión y empresas privadas. Hace unos días participó en una jornada muy interesante organizada por ELA / Manu Robles Arangiz Fundazioa en La Comercial de la Universidad de Deusto denominada “El escándalo en las residencias”, junto a la profesora de la UPV/EHU, Matxalen Legarreta. Hablamos con él de residencias, periodismo basura, pacto de rentas, etc.

Antes el periodista de Infolibre desgranó numerosos datos sobre las residencias. Hay que tener en cuenta que en el Estado español han fallecido con la pandemia del Covid más de 34.000 residentes, hasta estos momentos.

Rico realizó una radiografía de Hego Euskal Herria. En la CAV, “hay 275 centros, de los que 67 son de titularidad pública, pero 33 están privatizados. Resultado: el 87,6% de los centros son de gestión privada (241) y solo el 12,4% de gestión pública (34)”. A su juicio, de los 33 centros privatizados, 29 son titularidad de las Diputaciones forales, que son titulares en total de 50 centros, lo que significa que el 58% de las residencias de titularidad foral están en manos privadas. 

“Los favorecidos por esas 29 privatizaciones son en casi todos los casos los grandes grupos del sector, tanto estatales como vascos: DomusVi (4), Clece (2), Vitalitas/Babesten (6), Biharko (7), Igurco (3), Aita Menni (3)”, señaló. 

En Navarra, “el número de residencias llega a 73 centros, de los que 28 son de titularidad pública, pero 10 están privatizados. Resultado: el 75,3% de los centros son de gestión privada (55) y solo el 24,7% de gestión pública (18)”. Manuel Rico precisó que el Gobierno foral solo es titular de tres residencias, “todas ellas de gestión pública”.

En el Estado número de residencias suman 5.178 centros, de los que 1.346 son de titularidad pública, pero 754 están privatizados. “Resultado: el 88,6% de los centros son de gestión privada (4.586) y solo el 11,4% de gestión pública (592)”. Entre otras muchas referencias, Rico dijo que “los datos varían ligeramente si el análisis se hace por el número de plazas. En Euskadi están privatizadas el 84,5% de las plazas, en Navarra el 80,0% y en el conjunto del Estado el 86,9%”.

¿En las residencias privadas hay más carencia, más precariedad, menos asistencia médica que en las de control público?

Primero, tengo un matiz claro respecto a las pequeñas y grandes residencias durante la pandemia. Es verdad que ha habido residencias pequeñas donde ha ocurrido eso, que no puedes sectorizar porque la estructura no te lo permite. En cuanto al impacto, hay dos estudios que yo conozca, uno del Gobierno foral navarro y otro del de Castilla-León, donde analizan diversos puntos que han tenido impacto, mayor tasa de contagio y mayor tasa de mortalidad, y los dos estudios coinciden en que las residencias más grandes tuvieron mayor impacto.

Entonces, puede haber cuestiones como las que dices, pero también en su conjunto el impacto fue mayor en las residencias grandes. En Navarra, por ejemplo, donde hubo más fallecidos -en la primera ola- (más de 50) fue en la Casa de Misericordia, que es una de las residencias mayores de todo el Estado. Eso quiere decir que no ha habido problemas en las pequeñas, no; pero hay otros factores que han afectado a las grandes. Obviamente siempre en términos relativos porque si no en Andalucía va a haber más que en La Rioja, pero hablamos en tasas y está contemplado, pero la precariedad es mucho más elevada en las grandes residencias, aunque han habido más factores.

El tema que planteas de público y privado, sí, pero considero fundamental cuando hablamos de lo privado diferenciar. Porque estamos hablando de que en Euskadi hay 275 residencias, en Navarra 73, y en todo el Estado son 5.200. Hay residencias de 40 personas y otras de 600. Y hay residencias gestionadas por grandes grupos, que no les importa nada salvo ganar pasta, y residencias que a lo mejor siguen un negocio familiar de una persona que tiene 30 residentes, que conoce a los residentes por nombre y apellido. No se puede meter a todos en el mismo saco.

A tu juicio, ¿dónde se encuentra el problema? 

Para mi donde se produce la mayor violación de derechos de residentes, donde hay que atacar el problema al completo, es en esas residencias en manos de los fondos y grandes grupos. Ellos te dicen a lo que van. Te dicen lo que van a hacer y luego por detrás te dicen lo contrario de lo que prometieron. Tu entras en la página del fondo que controla Domus VI o el fondo que controla los principales grupos y hablan de la ratio de inversión, de la ratio de retorno de la inversión, tu ves como han ido dando pelotazos en el sector. DomusVi va por el cuarto fondo de inversión, se los van vendiendo unos a otros. O sea, no engañan. Y esa es donde obviamente donde está completamente deshumanizada a asistencia. Por supuesto, que no es un plus. 

En Bizkaia y Gipuzkoa es cierto que tienen un convenio laboral mejor; en Araba y Navarra, no, porque son mileuristas. Personas que hacen realmente un trabajo esencial es completamente inaceptable. No tienen tiempo para el residente. Hay residentes que están 14 horas delante de un televisor. Una persona en la charla nos ha dicho que es maltrato. Para el libro recogí opiniones de ese tipo. Parece que el maltrato es lago más obvio que pegar o insultar, pero tener a alguien delante un televisor durante 16,14,12 horas sin que nadie hable con él es maltrato. No hablan con él o ella no porque no quieran las trabajadoras, sino porque no tienen tiempo.

En alguno de estos grandes centros levantan, a lo mejor, al residente a las 8:00 de la mañana o a las 7:30 para poder tenerlos en el comedor a las 9:00 porque tienen tan poca gente que necesitan levantarles antes. Porque levantarlos a todos es asearlos, vestirlos… En la residencia Txara 1 de Donostia estaban catorce horas sin comer, precisamente por esos horarios de cuando los acuestan y cuando los levantan. Eso se supo por una inspección en setiembre del año pasado. Eso es maltrato.

Ha pasado año y medio desde la publicación de tu libro ‘¡Vergüenza! El escándalo de las residencias’, ¿ha mejorado la situación que se refleja en esa investigación?

A ver ¿ha mejorado algo? Sí. Pero el tema no si ha mejorado algo, sino dónde estábamos y dónde queremos llegar. Estábamos con déficits en absolutamente todos los campos. Hemos avanzado en dos o tres cosas: hay algo más de dinero para dependencia, pero se necesita muchísimo más para terminar con las listas de espera y, sobre todo, se está empezando a visibilizar un poco más el problema. 

Eso para mi es importante, porque el primer paso para solucionar algo es saber que existe el problema. Ahora, los déficits que hay son tan grandes que realmente hemos avanzado cinco en un camino de cien metros, pero nos quedan 95 por avanzar en todos los aspectos. Desde la precarización, los servicios de inspección, la normativa, que hay que cambiar muchísimo el régimen sancionador, todo eso.

¿Las causas de esta ‘catástrofe de los geriátricos’, como dices en alguna parte del libro, se deben a una excesiva mercantilización que se está produciendo en el sector y es la que la propia Administración la que está permitiéndolo?

Respecto a la catástrofe de la pandemia, sobre todo en la primera ola donde murieron desatendidos, sin atención médica, fue una auténtica salvajada sobre la obligación de los derechos humanos como han dicho en dos informes excelentes Amnistía Internacional y Médicos sin Fronteras. 

Es un tema muy complejo y en el libro hablo de hasta cinco causas diferentes. Hay causas previas a la pandemia. Los que quieren negar y quieren destacar que no hay responsabilidad con nada, han echado mano de una teoría, que es muy creíble, que es la teoría del tsunami. Fue un tsunami no se puede hacer nada, nos pilló desprevenidos. Para la gente es fácil simpatizar con eso porque lo vivimos como eso. Pero siempre pongo el ejemplo de un tsunami que llega a las cosas de Japón o a las de Haití donde arrasa con todo, pero en Japón hay una estructura en los edificios más fuerte y unos servicios de emergencias más potentes. ¿España era Haití o Japón? Estaba más cerca de los servicios de Haití que los de Japón. Entonces, hay elementos previos, por ejemplo, la coordinación sociosanitaria, que era mala, y que en muchos sitios la atención primaria vive de espaldas a las residencias. En Euskadi un poquito menos, pero es así. Es como si perdiesen el derecho a la atención médica pública.

Luego hay decisiones que se toman durante la pandemia que son erróneas. He medido todas las comunidades autónomas. Tengo los datos de 14, más las tres diputaciones forales vascas, donde hubo fallecidos centro a centro. Si uno mira público o privado, hay más comunidades donde el impacto fue mayor en lo privado, pero en la mayor parte de los sitios la diferencia estadísticamente no es muy grande. Pero si miras las residencias de los 30 grandes grupos, ahí sí que es mucho mayor en esas residencias de los grandes grupos. 

Por eso, siempre volvemos a lo mismo, son elementos que influyeron y una residencia está diseñada para contagiar el virus. Tu no puedes cambiar el pañal a dos metros de distancia, está el contacto, espacios comunes, hay toda una serie de elementos comunes que están ahí, pero los encargados y administraciones tendrían que saber eso. Creo que hay algunos políticos que no han pisado una residencia en su vida, no saben qué ocurre ahí, pero también hay elementos objetivos como que el virus fue tremendo y que en ese momento no teníamos vacunas, etc.

Estoy en contra de las simplificaciones. Sé que para los periodistas es difícil, para empezar para mi, pero es muy importante analizar el problema para que si viene otra crisis sanitaria lo tengamos bien analizado o volverá a pasar lo mismo.

Hay elementos objetivos que hicieron difícil luchar contra ese virus en las residencias, pero hay elementos estructurales que había antes, déficit por completo en inversión, en personal, etc. Elementos que se adoptaron durante la pandemia, por ejemplo, los protocolos de Madrid y Catalunya. Hay decisiones políticas que también influyeron. Imagínate una residencia donde haya un déficit de personal muy grave, esa persona va acelerada, no puede tomar las medidas de higiene que eran necesarias. Es mucho más fácil el contagio.

O si miramos la precariedad laboral. Hay en muchos sitios donde las trabajadoras trabajan en dos residencias por los contratos. Tenían que ir de una a otra. Por lo tanto, llevaban el virus sin querer. Es un mundo muy complejo, que hay que analizar con calma, pero estoy en contra de la postura de las patronales que dicen que no pasó nada, que se hizo todo lo que se podía. No, eso no, pero tampoco no había elementos objetivos. No porque estuvimos encerrados.

¿En el siglo XXI hacer negocio con el cuidado de personas mayores en una sociedad avanzada está mal visto?

Personalmente no creo que se pueda hacer negocio. Con independencia de mi opinión personal, hay formas de argumentar para convencer a la inmensa mayoría. Para mí, lo que es inaceptable es el tipo de negocio que se hace, que se invierta para obtener beneficios del 20% o del 25% para dar pelotazos de cientos de millones de euros como se han dado con compraventas de DomusVi. Eso para mi es completamente inaceptable.

¿Se podría nacionalizar de hoy para mañana el sector de las residencias? 

Sinceramente, creo que no.

¿Por qué no? Lo que ocurre es que no hay voluntad. Ese es el problema.

Creo que no, porque necesitas en torno a 15.000 millones para pagar indemnizaciones. Luego porque, sobre todo, la UE te lo va a tirar abajo. Van a recurrir.

Siempre ponemos la excusa de la UE. Lo de los 15.000 millones sería fácil, que devuelvan las ayudas que recibieron los bancos en la crisis anterior.

Mi planteamiento es este: tú y yo queremos ir a ahí por el camino recto, pero hay unos obstáculos de la leche. A lo mejor si damos un pequeño rodeo, llegamos igual.

¿Cuál es el ‘pequeño rodeo’ que nunca llega el final?

Eso es abordable. Mañana las administraciones pueden decir el beneficio industrial, por lo tanto el negocio admisible en las residencias es el 6%. ¿Lo pueden aprobar mañana? Sí, ¿va a tumbarlo alguien? No. Porque hay países nórdicos donde eso funciona. Ese rodeo lo das mañana. O un decreto que diga que a partir de un período de adaptación de cinco años, vamos a decir, el 80% tienen que ser habitaciones individuales y no hay ninguna residencia de más de 120 plazas. Ese rodeo es mañana. Lo tiene que aprobar aquí y no te lo van a tumbar.

Pero con las residencias llevamos décadas y las carencias y problemas persisten.

Para eso no hay voluntad política.

Ese rodeo que dices no llega al final nunca, quienes tienen que engranar ese rodeo no lo hacen.

Eso es voluntad política, pero sí se puede encauzar por ese lado.

¿Esa es la ‘ausencia de la Administración’ que hablas en el libro?

Sí, efectivamente es la parte normativa. Si tu adoptas una serie de medidas que no es por fastidiar sino por mejorar como viven los mayores en las residencias, al día siguiente los fondos de inversión no invierten en el sector.

Ahora tenemos el cristo que hay con los beneficios, de cobrar una parte de los beneficios, que se podría emplear en residencias, y mira la que se está montando.

Esto sería diferente.

Sería parecido, tu coges estas empresas, las 30 mayores.

No es el planteamiento, si tu mañana dices que todas las residencias tienen que tener 120 plazas como máximo, el 80% habitaciones individuales, que afecte a las residencias ya construidas, al día siguiente no hay más inversión de los fondos porque no les interesa, porque no hacen el negocio que ellos quieren. No les dan los números.

Entonces, ¿habrá que construir más residencias?

Sí, residencias de gestión pública. Soy partidario, por lo menos, los que somos más progresistas. Un discurso claro ahora de las patronales es que el residente tenga la libertad, por eso apoyan el cheque residencia, para decidir a qué residencia quiere ir. Pero claro esa libertad está entendida en elegir entre las privadas. No creo que haya que renunciar desde la izquierda o el progresismo a la bandera de la libertad, yo creo en la libertad previa: que pueda decidir si va a una plaza de gestión pública o de gestión privada. Esa libertad en Bizkaia, y en todas las residencias del Estado, no la tienen porque si tu tienes un mapa residencial donde el 87% de las plazas son de gestión privada, el residente no tiene esa opción de ir a una pública. Creo que esos argumentos hay que cogerlos y darle la vuelta en positivo.

Fíjate si se pudiera que de aquí a quince años la mitad de las plazas fuesen de gestión publica, cuando estás en el 87%. ¿Se puede hacer? Sí. Que todas las residencias que se construyan que los contratos de adjudicación de gestión indirecta, cuando adjudicas vuelve a lo público y de aquí a quince o veinte años estás en una situación completamente diferente.

Si volvieran a gestión pública, ¿habría mejoras en todos los sentidos?

Para empezar, las condiciones laborales de las trabajadoras, que no digo que no haya que mejorar las condiciones de residencias de gestión pública, pero que evidentemente son muchísimo mejores que en las privadas. Una de las reivindicaciones que hacen las trabajadoras de ELA Residencias es oiga si el dinero es público y ha concertado por gestión indirecta o cheque residencia, que las condiciones sean la de las trabajadoras del sector público. Es un argumento que entiende la mayoría.

Es un terreno en el que hay muchísimos argumentos para convencer a la mayoría de la sociedad, porque hablamos de calidad de vida de las personas mayores que pelearon por la democracia, pero también por nosotros mismos dentro de unos años. Formemos esas alianzas para formar esas nuevas mayorías.

El panorama es variopinto. Tenemos a la Iglesia Católica, las multinacionales, entre ellas la de Florentino Pérez, que está en todo, ¿estos modelos de residencia vienen del franquismo?

Antes se llamaban asilos. Vienen de antes, del siglo XIX. He hablado de dos anomalías. Una son las empresas en manos de los fondos y la otra son determinadas residencias en manos de congregaciones de monjas, en concreto. Pero, ¿por qué? No tengo nada contra las monjas, el problema que funcionan como un sector de beneficencia y de caridad. 

Son las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y las Hermanitas de los Pobres. La primera tienen 114 centros en el Estado. Solo ellas son el segundo grupo más importante después de DomusVi. En Navarra tienen un papel relevante, tres centros. Funcionan con ese concepto de beneficencia, que no puede ser, pero la culpa es de la Administración, que no puede permitirlo. Por ejemplo, cuando en la pandemia salió la superiora de la residencia de Pamplona diciendo que se han quedado sin alimentos básicos porque el supermercado que se lo donaba estaba cerrado por el estado de alarma y que no tenían para darles de comer. Eso no puede ser. La Administración debe garantizarlo. Si estamos en un estado de bienestar, estamos en un estado de bienestar. No puede ser que grupúsculos se queden apartados y que funcionen con la beneficencia y no te preocupes. Es tu responsabilidad. Las administraciones se lavan las manos. Hay unas congregaciones religiosas que les terminan cuidando, entre comillas, al diez por ciento de los mayores, pues ¡ese porcentaje que no tengo que poner dinero para ellos¡, y es completamente inaceptable. Insisto, pongo el foco en la Administración.

¿Conoces algún modelo que funcione bien desde la perspectiva de la administración pública frente a lo privado?

La prueba que no están en mejorar esas condiciones es que no se están dando pasos en esa dirección, o son minúsculos. Pero a veces simplemente basta con hacerse las preguntas adecuadas. ¿Por qué los fondos de inversión que tienen mucho dinero para invertir se fijan en las residencias? Sectores donde hacer negocio hay decenas, también se fijan en los supermercados, en el ladrillo... Tienen el dinero garantizado, porque hay mucho dinero público, luego tienen la clientela garantizada por la pirámide de población, que cada vez somos gente más mayor, y tienen controles mínimos, no tienen limitados los beneficios, etc. Es un pedazo de negocio. Sé que soy más aburrido con mis matices, pero el problema no es el negocio, es el tipo de negocio. Si fuese una residencia que cuida bien, trata bien, a la persona mayor le daría igual si esa gente, al final, obtenía un beneficio del 5% o más.

¿Cuidar bien y negocio es un oxímoron?

Para mi, el tipo de negocio que se permite va en contra de un buen trato. Conozco alguna residencia pequeña y sé como están ahí. Para mi es el tipo de negocio. Entiendo que haya gente que diga que por una cuestión ética no se puede hacer negocio con el cuidado de los mayores. Lo entiendo. Pero estamos hablando de un sector que está privatizado el 87%, nos movemos dentro de la UE hay una estructura judicial que es la que es. Me puedo pegar contra el muro y abrirme la cabeza, lo que quiero es que dentro de cinco años y si puede ser pasado mañana los residentes estén bien cuidados, mejor cuidados, y si tengo que dar tres rodeos y parece que voy a tardar más y llego a ese sitio que es el que me importa: que los residentes estén mejor cuidados, vayamos por ahí. Y si podemos conseguir alianzas más fáciles desde todos los ámbitos: familiares de residentes, sindicatos, etc.

¿Hay modelo donde fijarnos?

Básicamente en los países noruegos. Porque lo de las residencias, módulos de no más de quince personas, etc funciona mejor. Matxalen Legarreta lo dijo en su intervención: una residencia tienen que ser como tu hogar. Es tu domicilio. Simplemente, por una serie de razones, tienes o quieres dejarlo e ir a la residencia. Vale. Tienen que ser como un hogar. Las unidades de convivencia son muy importantes, que no haya más de quince, veinte. Es muy importante. Además que el personal sea siempre el mismo, los compañeros son los mismos… obviamente lo acerca mucho a ese concepto de hogar. Ahora, sin invertir no hay forma.

Ahora el modelo que dicen que funcionará, por lo menos el que están promocionando, es que te quedes en casa, porque es tu hogar, ¿habrá que llevar a 365.000 trabajadores a las casas?

Hay que profesionalizarlo por completo, no se pueden hacer cargo las familias. Las familias que necesiten ayuda que las reciban. Porque además, volvemos a lo mismo, las mujeres son las que trabajan en ese sector. Eso no puede ser.

La atención domiciliaria. El perfil del residente ha cambiado muchísimo. Ahora el 80% de los residentes tienen grado dos o tres de dependencia y están en la residencia porque no pueden estar en casa. Aguantan hasta el último momento. Combinemos ambas cosas. Por supuesto, atención domiciliaria, mientras pueda estar en el domicilio, el 90% de nosotros cuando lleguemos a esa situación preferiremos estar en el domicilio. Que haya atención domiciliaria me parece maravilloso, pero a todo esto siguen el mismo modelo que las residencias: las adjudicaciones van al mismo lado, a las mismas empresas…

Lo analizo desde el punto de vista de la persona mayor. Quiero estar en casa todo el tiempo posible, sí. Una persona con que vayan a cocinarle, con que le limpien la casa dos veces a la semana porque no puede subirse a no sé qué es suficiente, perfecto, pero cuando vas a la residencia qué.

Si al personal de las residencias le tienes en malas condiciones, al personal que tiene que desplazarse de casa en casa ¿cómo estará?

Obviamente. Tienen que hacerlo en condiciones dignas.

O sea que la clave van a ser las horas de cuidado, con los ratios acordes, ¿la pelea y la lucha la van a tener las mujeres constantemente?

Si tu te pones en la piel de residente, es muy fácil: el modelo de inspección que, al final, no lo pude desarrollar en el libro. ¿Cómo funciona en Alemania? Cada 6 meses la residencia tiene que mandar a un organismo independiente criterios de calidad. Por ejemplo, si ha habido una caída qué consecuencias ha tenido, luego los inspectores van y hablan con nueve residentes para saber qué hacen, si están delante televisor todo el día, o era agricultor y tiene trocito jardín para cultivar tomates. Hablan para saber qué pasa. Y luego se reúnen con la dirección para ver como se puede mejorar. Ese es el ideal. ¿Cómo es la inspección aquí? Te vigilan si tienes doce gerocultores en plantilla…es sobre procedimientos, no sobre los resultados. Mírame si la persona está bien, habla con él, si está hidratada…Hay que presionar para que las administraciones cambien la normativa.

Aprovechando que has pasado por Bilbao, vamos a hablar de otros temas de actualidad. ¿Qué piensas del periodismo basura que se está focalizando en determinados medios?

Primero, no creo en el periodismo objetivo, porque todos tenemos nuestra subjetividad. Creo en el periodismo honesto. Entonces, el periodismo honesto es que vas, tienen tu línea editorial, pero cuentas cosas que son ciertas. Siempre pongo el mismo ejemplo, un periodista que le mandan a este acto de residencias, organizado por ELA. Uno puede decir ‘solo había 50 personas’, pone el ‘solo’ y ya le está dando una carga. Y otro dice éxito, llovía… y había cincuenta personas. Te están contando dos cosas aparentemente diferentes, pero la esencia está ahí. Pero hay medios de comunicación en este país que dicen que el acto no se celebró o que había cinco mil… eso no es periodismo. Aquellos medios, aquellos periodistas que, con su legítima línea editorial, cuenten cosas ciertas es periodismo, todo lo demás no lo es. Es una cosa no sometida a debate.

Pero eso empieza a abundar.

Por eso hace treinta años la profesión periodística tenía cierto prestigio y ahora la profesión está desprestigiada. Lo hemos ganado a pulso.

La tendencia muestra que la ultraderecha, los fascistas, están abriéndose paso en Madrid. ¿Los resultados de Italia les benefician? Alberto Nuñez Feijóo, líder del PP, se ha reunido a “escondidas” con el líder de Zvox, Santiago Abascal ¿se están preparando para llegar al Gobierno? 

No me gusta hacer pronósticos, porque siempre digo que bastante tenemos los periodistas con tratar de explicar el presente, como para ir al futuro. Luego, la realidad nos sorprende para bien y muchas veces para mal y te ves muchas veces ahí de cómo he podido decir esta tontería. A mi Vox me parece preocupante y antidemócrata muchas veces. El trato con los medios, a Infolibre nos tienen censurados desde hace años. No nos convocan a los actos, no contestan a las preguntas. La violencia verbal que ejercen, por ejemplo el vicepresidente de Castilla León en la Cortes es una cosa que estamos viendo todos los días. Es preocupante, que hay una tendencia en Europa, hemos visto la votación en Suecia y acaba de ocurrir en Italia, pues está ahí. Pero claro, como soy el señor de los matices, volvemos a cómo llega. Hemos llegado ahí sin un análisis profundo, sin una autocrítica por parte de las organizaciones de izquierda. Por eso, requiere muchísimos matices. El auge de la ultraderecha es preocupante, es evidente y en España tienen ahora un poder que no tenían hace años y que el PP estaría dispuesto a pactar con ellos está fuera de toda duda. Pero cómo se combate a la extrema derecha, desde los medios no hay recetas mágicas.

¿No haciéndoles propaganda, por ejemplo?

Sí. Podemos estar todos de acuerdo, luego hay gente que opina que hay que hablar de sus propuestas para desmontarlas, y hay otros que dicen que no, que simplemente hablar de sus propuestas contribuye al marco que quieren imponer. Sinceramente, no lo tengo claro. El tema es la letra pequeña y creo que la prueba de que no se sabe como combatir a la extrema derecha es que sigue creciendo. No sólo aquí, sino en Italia, en Suecia, en Francia …en toda Europa, en Estados Unidos. O sea, tan fácil no será.

Hay otras teorías que dicen que crecen porque quienes están en el centro, centro-izquierda, izquierda están dejando huecos para que crezcan, ¿qué opinas?

Ahí vamos a cosas como de estrategia electoral. Ese es el debate que hay en la izquierda y que a mi me parece enriquecedor muchísimas veces, pero abogo por el pragmatismo. Por ejemplo, en Italia hay una ley electoral concreta, te puede gustar más o menos, que se reformó en 2018 creo y que establece un sistema mayoritario. Sabes que si no vas en coalición, todos los ciento y pico diputados que van por el sistema mayoritario van a ir a la derecha. Te presentas a las elecciones, un mínimo de inteligencia. ¿No eres capaz de llegar a aun acuerdo con otras organizaciones de izquierdas, centro-izquierdas, llamémoslas como quieras para ir. Tienes garantizado perder en Italia por el sistema electoral. Por eso, a veces, el de en frente es malo, pero hay que preguntarse ¿qué has hecho tu, qué debes hacer?

Es evidente, ellos no han hecho eso, por eso ha ganado el de en frente.

Por eso te decía, a veces la izquierda es purista, excesivamente purista, que lo entiendo. Si pegas contra un muro, te abres la cabeza, pero sigues yendo contra el muro. Que dices que el muro va a ceder, perfecto. Pero igual hay forma de rodear el muro.

¿Estás de acuerdo con el pacto de rentas?

Es mi opinión personal, no soy ni político ni sindicalista, un pacto de rentas, a priori sí, pero enséñame la letra pequeña, porque con los titulares no consigo nada. Si es un pacto de rentas que realmente va a beneficiar a los que menos tienen o más lo necesitan, estaré de acuerdo. Si es un pacto de rentas que no obtiene esos resultados no estaré de acuerdo.

Es como el debate de bajar o subir impuestos. Dígame la letra pequeña. Soy favorable a bajar los impuestos a quienes ingresan menos de 30.000 euros y subírselo a los demás. Soy favorable a bajar el IVA para determinados productos básicos y subir claramente el Impuesto de Sociedades, que se está declarando 20.000 millones menos que antes de 2012. Estamos acostumbrados a un debate de brocha gorda. Que Google facture mucho menos que el bar de la esquina es a donde hay que ir. Ir a la letra pequeña, porque es una forma de conseguir una sociedad más justa.

La realidad es que los ricos cada vez tienen más y los del otro lado tenemos menos.

Sí. Es indudable. Es uno de los grandes problemas de la actual sociedad con la creciente desigualdad y la distribución de la riqueza. Por ejemplo, en el tema fiscal me parece un debate duro, pero apasionante. El tema es cómo se reparte. ¿Cómo tenemos el debate?, completamente fragmentado.

¿No solo hay que ver cómo se reparte, sino como se recauda? Porque hay mucho dinero que está fuera que no lo vemos ni tocamos.

Evidentemente. Iba al tema de la fragmentación. El tema fiscal es de un modelo fiscal de mediados del siglo XX, la sociedad ha cambiado muchísimo. Que hacemos: hoy debatimos sobre el Impuesto de Sucesiones, se monta el guirigay; mañana, se baja el IVA…hay que coger todo el modelo, todo el sistema fiscal y darle una vuelta por completo para ir a tasar y buscar la riqueza donde está. Aquí estamos entretenidos con el debate, pero hay que ir al sistema, que es como ocurre con las residencias: el sistema. Hay que cambiar el sistema, sí.

Estoy de acuerdo. Hay que eliminar este sistema capitalista y neoliberal, que nos machaca.

Para mi, es como en las inspecciones: el resultado o el procedimiento. Entiendo a quienes dicen que lo importante es el procedimiento, pero para mi lo importante es el resultado. Si voy a obtener lo que quiero dando una pequeña vuelta, no tengo problema en darla.

La ‘vuelta’ está durando más de un siglo.

Ya. Ahí seguro que nos íbamos a poner de acuerdo. Incluso cómo y a qué velocidad. Es más fácil. En esas historias creo, porque la persona mayor que está en una residencia no puede esperar porque tiene unos años años de vida. Necesito mejoras mañana.

Esa vuelta se me antoja muy larga…

Al revés, creo que con esa vuelta, insisto que no es renuncia a cosas, que es el cambio de seis o siete normativas importantes pasado mañana y el cambio del modelo inspección al día siguiente, y el cambio de las sanciones. Todo eso se puede dar y que vaya cambiándose ese modelo actual..

El escándalo de las residencias (Manuel Rico)

https://mrafundazioa.eus/es/articulos/el-escandalo-de-las-residencias-manuel-rico

https://sareantifaxista.blogspot.com/2022/10/manuel-rico-donde-se-produce-la-mayor.html

 

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