Pintada la calle "Víctimas del Terrorismo", en Salamanca

Los motivos que explican esta protesta anónima son varios. El más evidente, la queja que poseen muchos vecinos contra el nombre que el alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote (PP), dió a la nueva calle creada para albergar una perpendicular que rodea a El Corte Inglés. Este nombre "casualmente" es muy similar al de AVT, esta asociación filofascista, ligada al PP, que con la excusa de ir de "víctimas" atacan a cualquier organización de izquierdas, con total impunidad y un amplio respaldo gubernamental, como se pudo ver, por ejemplo, en el reciente caso Egunkaria.

Esta política es continuadora y el alcalde parece querer dejar para el legado la politización de los nombres de las calles. Otro ejemplo muy representativo fue el cambio de la Calle Gibraltar por el de la Calle del Expolio en 2006, ya que allí se encuentra el Archivo de la Guerra Civil. Un acto que utilizó el PP en su momento para aunar a los conservadores, llegados sobretodo de la provincia, ante la marcha de "los papeles del archivo de la Guerra Civil" a Cataluña, pero el ayuntamiento se encontró también con un amplio rechazo; venido, entre otros, desde la Facultad de Geografía e Historia, ya que el alcalde los utilizó como excusa para decir que lo "necesitaban", ante lo que el propio decanato de la Facultad respondió desplegando una pancarta (que fue obligada a retirar a las pocas horas) en la que se podía leer: "Según las leyes de la Unesco, todo el material expoliado durante un conflicto debe ser devuelto a su legítimo propietario".

Además la polémica de las calles que rodea a Lanzarote no acaba ahí, pues esta calle "tapada" y el de muchas otras calles del barrio de Garrido (un barrio obrero y el más poblado de Salamanca) fueron cambiadas este mismo verano. Afectando a muchísimas personas (con molestias, papeleo y también obligando a pagar dinero, para cambiar los registros de propiedad de las viviendas o los locales) con la excusa de albergar El Corte Inglés, pero en el que se podía entrever (junto a otras medidas como acabar con la Casa de la Juventud de Garrido) que el alcalde quería castigar a uno de los barrios que más le había "puesto en tela de juicio" en los plenos del ayuntamiento. La manifestación que hubo en Garrido este verano contra el cambio de nomenclatura de las calles (cuando una ciudad universitaria como Salamanca está completamente vacía) albergó aún así a más de un millar de personas.

Todo ello explica esta anónima protesta realizada por una sola persona, pero que seguramente responda a razones que comparten muchos más vecinos de Garrido.