Unidas Podemos asume la agenda imperialista del Estado español

A estas horas las aguas del mar cantábrico están siendo surcadas por el barco saudí Bahri Yanbu con toneladas de armamento. El buque del régimen suní carga con 5 contendores llenos de explosivos, como han asegurado activistas de la comisión “La Guerra Empieza Aquí”, de Ongi Etorri Errefuxiatuak (Bienvenidos Refugiados).

Este colectivo de activistas, que permaneció hasta 50 horas en vela para tratar de averiguar la tipología y procedencia del cargamento, ha conseguido romper el secretismo que suele acompañar este tipo de acciones.

De hecho, durante el tiempo que se han llevado a cabo los trabajos de transporte y carga del material bélico, tanto la Autoridad Portuaria como la Delegación del Gobierno en Euskadi no soltaron una sola palabra.

El barco saudí zarpó del puerto de Bilbao dirección a la ciudad italiana de Génova, donde realizará su siguiente parada. No obstante, como temen desde diferentes colectivo y organizaciones de derechos humanos, tristemente su final será, muy posiblemente, Yemén, un territorio castigado por el régimen de Arabia Saudí.

La operación saudí en territorio yemení ha dejado, a fecha de hoy y según datos de la ONU, 200.000 muertos, una sangre que no solo salpica a Arabia Saudí, sino que lo hace también sobre el resto de Estados imperialistas que, como el Estado español, colaboran activamente en esta masacre.

Según explicó Ina Robles al diario Público, el bombero expedientado por negarse a cargar armas para Arabia Saudí se han “cargado cinco contenedores con explosivos. Uno de ellos habría llegado de Valencia, pero no se ha podido determinar desde qué fábrica ni, por tanto, qué tipo de explosivos ha cargado".

En lo referente a este nuevo envío de armamento a oriente próximo, tanto organizaciones de derechos humanos como Ongi Etorri Errefuxiatuak han solicitado respuestas al Gobierno. Además, el diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, ha solicitado las mismas explicaciones al Gobierno pero vía pregunta escrita. También en Génova se espera ya al buque con protestas, y es que se prevé que pueda estar atracando en el puerto italiano durante el lunes.

Para Unidas Podemos las sillas en el Consejo de Ministros del gobierno del social liberal Pedro Sánchez no sólo han supuesto un larga lista de renuncias y sonrojos, sino que también ha significado la aceptación de toda la política de Estado en los grandes asuntos. Esto ha sido así tanto de puertas hacia dentro, con la represión al pueblo catalán, como de puertas hacia fuera, con la aceptación de la agenda imperialista del Estado español.

Esto ha sido así, no solo en el reciente caso del barco saudí Bahri Yanbu, sino que también lo fue antes con el silencio por el asesinato de del general iraní Soleimani a manos de sus socios estadounidenses en la OTAN. O podríamos mirar más atrás y recupera la polémica sobre la fabricación de las corbetas en el puerto de Cádiz, bajo ayuntamiento del anticapitalista, en aquel momento en la formación morada, José María González Santo, Kichi. Por no nombrar las bases militares estadounidenses y de la OTAN en el territorio del Estado español.

No solo en el campo bélico los nuevos y viejos reformismos asumen y naturalizan la política imperialista del Estado español. Ni una crítica a la usurpación que a principios de milenio realizó la burguesía española en latinoamérica, donde en países como en Argentina, en colaboración con la burguesía nacional y la burocracia sindical, se privatizaron las grandes empresas estatales para regocijo del capital imperialista español.

El chovinismo “progre” por parte del viejo y nuevo reformismo es uno de los servicios que gustosamente le ha brindado Unidas Podemos al Régimen 78, inyectando en el imaginario colectivo de la izquierda que la pobreza y los muertos que el imperialismo español acumula a sus espaldas es algo que no nos atañe.

Pero nada más lejos de la realidad. El “no a la guerra”, el “no a la OTAN” o la condonación de la deuda externa a los países expoliados históricamente por el imperialismo son banderas que muchos sectores de izquierda han levantado y siguen levantando en el Estado español.

Es necesario que estos sectores vuelvan a tener voz propia, con independencia de clase y ajena a todos los intereses manchados de sangre de la burguesía española.

Una izquierda que sea antiimperialista, y por lo tanto totalmente independiente del gobierno y los partidos que lo sustentan y que pelee por un programa anticapitalista, internacionalista y de la clase trabajadora.

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