Vecin@s de las Arribes celebran la victoria en la lucha contra el cierre de las urgencias nocturnas

Después de más de 250 noches de vigilias en sus consultorios, manifestaciones y otros actos reivindicativos en pro del restablecimiento de las guardias médicas nocturnas en los consultorios de Villarino y Barruecopardo, los vecinos de las Arribes celebraban en la noche pasada la que será la última de sus noches en vela pidiendo este servicio.

El acuerdo alcanzado entre el PP y PSOE en las Cortes por el que este último Grupo ha impuesto como condición sine qua non, para conceder su apoyo a la ley de Ordenación del Territorio, el restablecimiento de las urgencias nocturnas en 17 puntos de atención continuada de Castilla y León en los que fue suprimido este servicio en octubre pasado, entre ellos los de las Arribes, ha posibilitado que ayer noche los vecinos festejaran lo que será el fin de una auténtica pesadilla.

Mientras en Barruecopardo la noche antes celebraban la buena nueva con café y dulces, ayer lo hacían en Villarino con cava, una celebración que se extiende a la noche de este lunes con una cena de carne guisada de jabalí por cortesía de la Asociación de Cazadores de Villarino. Sin duda, tanto la anterior, la vigilia 259 y última, como la de hoy serán noches de emoción y que quedarán grabadas en la memoria de los vecinos tras ocho meses y medio de constante esfuerzo y sacrificio.

Los ribereños pueden sentirse orgullosos –y así lo hacen– de su gente tras este ejemplo de ciudadanía y de lucha por servicios básicos tan elementales como la sanidad, demostrando en todo momento estar a la altura en los peores momentos y con todos los elementos en su contra, como siempre han hecho, una actitud que nunca ha desaparecido y que en esta ocasión salió de su letargo para demostrar al resto de la sociedad que la lucha merece la pena, porque si no lo haces –como alguien dijo– ya estás vencido.

Era una lucha desigual, pero como David venció a Goliat, los vecinos de las Arribes han vencido a la sinrazón y han hecho que impere el sentido común, aunque para ello haya estado la política de por medio, algo inherente –por otro lado– de nuestra sociedad, porque son las decisiones políticas las que rigen el destino de los ciudadanos, y fue, precisamente, una decisión política la que les arrebató por un tiempo algo de lo poco que aún tenían y que a partir de esta noche vuelven a recuperar, ahora definitivamente.