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Estado español :: 15/08/2025

… y ellos de vacaciones

Lucio Martínez Pereda
Los incendios forestales no son solo una tragedia ambiental y humana; son también una prueba que le permite comprobar al pueblo la responsabilidad política que tienen los electos

Mañueco, Bonilla y Ayuso: sus comunidades ardiendo, miles de personas desplazadas de sus hogares, propiedades y casas destruidas por el fuego, personas muertas: y ellos de vacaciones y dando «ánimos» a la ciudadanía desde sus redes sociales

Los incendios forestales están devastado León y Zamora. Mañueco sólo interrumpió sus vacaciones en Cádiz tras 3 días de incendios de extrema gravedad, que obligaron a desalojar a unas 4000 personas en 23 localidades. Hasta ese momento su única participación había sido un mensaje en redes sociales.

Durante los incendios en Tarifa (Cádiz) y Tres Cantos (Madrid), tanto Ayuso, como Moreno Bonilla también continuaban con sus vacaciones y gestionaron la comunicación de la crisis a través de sus redes sociales.

Ayuso se encontraba de vacaciones con su novio en Miami durante el incendio de Tres Cantos, que resultó especialmente grave, con más de 1.000 hectáreas calcinadas y una víctima mortal. Ayuso hizo declaraciones públicas únicamente con mensajes en X lamentando la muerte y agradeciendo el trabajo a los equipos de emergencia. No interrumpió sus vacaciones para volver de forma inmediata a Madrid.

Bonilla también estaba de vacaciones cuando se declaró el incendio de Tarifa, que produjo la evacuación de miles de personas. La ubicación exacta del presidente durante esos días no fue publicada oficialmente. Pero no estaba a pié del fuego.

Los incendios forestales no son solo una tragedia ambiental y humana; son también una prueba que le permite comprobar al pueblo el sentido de la responsabilidad política que tienen los cargos electos.

Mientras los montes y las casas arden, los equipos de extinción luchan contra el fuego y las comunidades locales enfrentan pérdidas irreparables, estos presidentes de comunidades autónomas permanecen de vacaciones, evidenciando una gravísima falta de liderazgo y responsabilidad política. Esta actitud no solo refleja una desconexión con la realidad de sus territorios: también erosiona la confianza ciudadana en las instituciones.

Para finalizar: la gestión de una crisis como los incendios requiere presencia y compromiso real. Los presidentes autonómicos tienen la obligación política de estar supervisando las labores de extinción, apoyando a los afectados y garantizando que los recursos se movilicen con eficacia.

La imagen de líderes ausentes, disfrutando de las vacaciones mientras los ciudadanos sufren perdiendo sus casas y sus vidas envía un mensaje de indiferencia que agrava el enfado social. La excusa de que las labores están delegadas no es suficiente: el liderazgo no se delega, se ejerce.

La ciudadanía elige gobernantes que estén a la altura de las circunstancias difíciles, que prioricen el interés colectivo sobre el placer personal. Los líderes autonómicos deben asumir que su cargo no es un privilegio, sino una obligación que exige estar presentes cuando se produce un desastre como este.

Al final, uno se pregunta ¿a quién benefician estos incendios?. Como dicen las series norteamericanas: sigue la pista al dinero.

nuevarevolucion.es

 

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