En Argentina, la emergencia habitacional se combate con represión

Desde las ocho de la mañana, y sin orden judicial alguna, la policía desalojó a las personas que hace meses ocupaban parte del predio de las 127 hectáreas (Ignacio Rivas entre Tupungato y Cacheuta) de la ciudad de Neuquén. Según Marisa, vecina de la toma, hasta este momento se mantenían en diálogo con el gobierno, con los organismos de Derechos Humanos como mediadores. "Hicimos todo lo que el gobierno nos dijo, todo lo que quiso que hiciéramos", aseguró. Además, sostiene que el operativo represivo deviene del cambio en la cartera del ADUS, organismo con el cual las/os vecinas/os estaban negociando.
Dentro del predio había más de 100 familias. En el operativo de esta mañana, aprovechando que la mayoría se había ido a trabajar, quemaron muchas casillas. Dentro había niños discapacitados, mamás con bebés y mujeres embarazadas. Para sacarlas/os, la policía utilizó gases lacrimógenos y violencia física. Algunas mujeres fueron golpeadas y cinco de ellas detenidas en la comisaría número 17.
Se estima que en Neuquén se necesitan construir unas 50 mil viviendas para terminar con el denominado déficit habitacional, es decir para dar una solución a las 50 mil familias que no tienen vivienda propia y que deben recurrir a instalarse en terrenos desocupados.
Por la tarde, mientras en el centro de la ciudad se estaban dando las negociaciones entre vecinas/os y miembros del gobierno, la policía comenzó a reprimir a las/os vecinas/os en el barrio Don Bosco III. La represión la llevaron adelante miembros de la policía provincial, la especial, la montada, la metropolitana y un grupo de bomberos policía. Algunos efectivos filmaban la represión y a las personas del barrio. Dispararon balas de goma y gases lacrimógenos contra las/os vecinas/os. Además, hostigaron a la prensa, impidiéndoles realizar su labor. Habría más de diez personas detenidas en la comisaría 41, otras se encuentran heridas, sin posibilidad de acceder a atención médica porque el barrio está sitiado.
En tanto, en el barrio La Gloria de Lomas, en el partido bonaerese de Moreno, 150 familias fueron desalojadas y sus pertenencias destruidas por topadoras.
A las 7 de la mañana del martes, aparecieron. Eran efectivos de la Gendarmería, de Guardia de Infantería, y de la policía de la provincia de Buenos Aires, con la orden impartida por el juez de Paz de Moreno, Radriziani, y advirtieron a las familias que debían abandonar el lugar antes de las 15. A esa hora, las topadoras avanzaron sobre todo lo que había en el lugar y las casillas fueron incendiadas.
La mayoría de las personas desalojadas improvisaron una carpa frente a la Unidad Sanitaria de la zona, mientras otros se refugiaron durante la noche en la Sociedad de Fomento del Barrio, frente a la Escuela Nº 50.
Durante la mañana de ayer las familias mantuvieron un corte en la ruta 25 a la altura de la entrada al barrio que se extendió hasta el mediodía. Simultáneamente se conoció la información sobre otro desalojo de familias que viven en el Barrio Indaburu de la misma localidad. La orden también habría sido impartida por el juez Radriziani. Mientras tanto otro grupo designado en asamblea por los vecinos se dirigió al municipio para reclamar una solución ya que las familias se encuentran en una situación precaria.
Este mismo miércoles en Rosario, la policía reprimió con violencia y detuvo a 11 de los manifestantes que concentraban frente a la sede de Gobernación para reclamar por la prometida expropiación del terreno de Ituzaingo 60 bis.
La brutalidad policial llegó hasta el punto de golpear con palos y balas de goma y a tirar gas pimienta en un operativo que no distinguió entre hombres, mujeres o niños y atacó a todos por igual.
La concentración que tenía como principal reclamo la expropiación del terreno de Ituzaingo 60 bis era respaldada por barrios de la ciudad que también exigían soluciones para otros problemas que están presentes en la mayoría de los sectores relegados de la sociedad.
Los detenidos fueron liberados horas más tarde, algunos presentaban graves lesiones por los golpes recibidos.
Según las/os vecinas/os la instancia de diálogo abierta desde junio con el gobierno municipal ha dado como fruto promesas incumplidas, represión y palos. Si bien primero habían prometido la expropiación del predio ahora hablan de reacomodarlos en otra zona alejada sin dar justificaciones. La estrategia sería el desgaste y la presión con el objetivo siempre asistencialista de conformarlos con migajas para robarles lo que les corresponde.