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EE.UU., Europa :: 30/05/2022

Empiezan a llamar a que Ucrania considere los límites del compromiso estadounidense

John Walsh
A medida que la guerra se vuelve menos popular y pasa factura por el avance de Rusia, se avecina un desastre electoral en 2022 y 2024 para Biden y el Partido Demócrata

Para los cuales el New York Times (NYT) sirve como portavoz

El 11 de mayo, el NYT publicó un artículo que documentaba que no todo iba bien para EE UU en Ucrania, y un artículo de opinión complementario insinuaba que un cambio de dirección podría estar en orden.

Luego, el 19 de mayo, el consejo editorial periódico pasó de las insinuaciones a un abierto llamado de atención para un cambio de política, precisando que una «victoria total sobre Rusia no es posible” y que Ucrania tendrá que negociar la paz con una “evaluación realista” que considere los “límites” del compromiso estadounidense. 

Como es sabido The New York Times es uno de los principales formadores de opinión de la élite política norteamericana, por lo tanto, sus pronunciamientos no deben tomarse a la ligera.

Límites de EE UU

El editorial contiene los siguientes pasajes clave:

En marzo, el Consejo Editorial de NYT argumentó: No importa cuánto tiempo tome, Ucrania al final será libre…” Pero, “aunque este objetivo no puede cambiar los EEUU no deben sumergirse en una guerra total con Rusia. Una paz negociada puede requerir que el gobierno de Ucrania tome algunas decisiones difíciles”.

Y, para asegurarse que no haya ambigüedad, afirma:

“Una victoria militar en la que Ucrania recupere todo el territorio que Rusia ha ocupado desde 2014 no es un objetivo realista. … Rusia sigue siendo demasiado fuerte…”

Y para asegurarse que Biden y los políticos ucranianos entiendan lo que deben hacer, agrega:

“El presidente Biden debe dejar en claro al presidente Volodymyr Zelensky y a su pueblo que existe un límite para los EEUU y la OTAN en su confrontación con Rusia; hay límites en armas, en dinero y en apoyo político. Es imperativo que las decisiones del gobierno ucraniano se basen en una evaluación realista de sus medios”.

Cuando el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, leyó esas palabras, seguramente comenzó a sudar. La voz del amo le decía que él y Ucrania tendrán que hacer algunos importantes sacrificios para que EEUU salve las apariencias. Mientras contempla sus opciones, seguramente esta recordando a febrero de 2014 cuando un Golpe de Estado respaldado por EEUU culminó con la salida precipitada del presidente Viktor Yanukovich del cargo.

Demasiado peligroso

A los ojos de los editorialistas del NYT, el conflicto se ha convertido en una guerra indirecta de EEUU contra Rusia. Y que en realidad el gobierno ha estado utilizado a los ucranianos como carne de cañón en una guerra que se está saliendo de control:

 “El momento actual es tan complicado que puede explicar la renuencia del presidente Biden a establecer objetivos claros. EEUU y la OTAN ya están profundamente involucrados, militar y económicamente. Las expectativas poco realistas podrían arrastrarlos cada vez más a una guerra costosa y prolongada…”

“La afirmación del presidente Biden que el Sr. Putin ‘no puede permanecer en el poder’, el comentario del secretario de Defensa que Rusia debe ser ‘debilitada’ y la promesa de la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, de que EEUU apoyaría Ucrania ‘hasta la victoria’, puede que sean declaraciones conmovedoras de apoyo, pero no acercan las negociaciones”.

Si bien, el NYT rechaza estas “declaraciones conmovedoras”, está claro que para los neoconservadores a cargo de la política exterior de los EE UU, el objetivo siempre ha sido una guerra de poder para destruir a Rusia. Este conflicto no se ha convertido en una guerra de poder; siempre ha sido una guerra de poder.

Enunciada en 1992, poco después del final de la Guerra Fría 1.0, el entonces subsecretario de defensa Paul Wolfowitz definió así la política exterior de EE UU:

“Nos esforzamos por evitar que cualquier poder hostil domine una región cuyos recursos, bajo un control consolidado, serían suficientes para generar poder global. Debemos mantener el mecanismo para disuadir a competidores potenciales que aspiran a ser una potencia regional o global”.

Ahora, según el NYT, si hoy en día Rusia es “demasiado fuerte” para ser derrotada en Ucrania, también es demasiado fuerte para ser abatida como superpotencia.

¿Qué ha cambiado?

Después de siete años de masacre en el Donbass y tres meses de guerra en el sur de Ucrania, ¿El consejo editorial del NYT ha tenido un ataque de compasión por las víctimas de la guerra? Dado el historial del Times, parecería que han intervenido otros factores.

-En primer lugar, Rusia ha manejado la situación inesperadamente bien a pesar de las malhadadas predicciones de Occidente.

-El apoyo al presidente ruso, Vladimir Putin, supera el 80 por ciento.

-De 195 naciones, 165 —incluidas India y China con el 35 por ciento de la población mundial— se han negado a sumarse a las sanciones contra Rusia, dejando a EEUU, y no a Rusia, relativamente aislado en el mundo.

-El rublo, que Biden dijo que sería «hecho escombros», no solo ha vuelto a sus niveles anteriores a febrero, sino que se cotiza recientemente en torno a unos 60 rublos por dólar, en comparación con los 150 de marzo.

-Rusia espera una excelente cosecha y el mundo está ansioso por su trigo y fertilizantes, petróleo y gas, todos los cuales le proporcionan ingresos sustanciales.

-La Unión Europea ha sucumbido a la demanda de Rusia de que se le pague el gas en rublos. La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, ha advertido a los europeos que el embargo de petróleo ruso dañará gravemente las economías de Occidente.

-Después de ganar en Mariupol, la mayor batalla hasta el momento, las fuerzas rusas avanzan lenta pero constantemente en el sur y el este de Ucrania.

-Las fuerzas armadas ucranianas dan muestra de una gran desmoralización, además de su histórica corrupción.

¿Que pasa en EEUU?

En los EEUU la inflación, que ya era alta antes de la crisis de Ucrania, se ha disparado llegando a más del 8 por ciento, con una Reserva Federal luchando por controlarla elevando las tasas de interés.

En parte como resultado de esto, el mercado de valores está ubicado en territorio bajista. Ben Bernanke, el ex presidente de la FED m[Banco central], lo ha notificado; si se mantiene la guerra el país se acercará un período de alto desempleo, alta inflación y bajo crecimiento: la temible estanflación.

A nivel nacional, hay un creciente deterioro en el apoyo a la guerra. 57 republicanos de la Cámara y 11 republicanos del Senado votaron en contra del último paquete de armamentos para Ucrania, que incluía una cantidad considerable de sobornos ocultos para los especuladores. (Sorprendentemente, ningún demócrata, ni uno solo, ni siquiera el más “progresista” votó en contra de echar leña al fuego en Ucrania).

Según todas las encuestas cada vez más estadounidenses se oponen a la participación del país en el conflicto bélico. El descontento aumenta cada día porque la gente común relaciona correctamente la conexión entre el aumento de los precios de la gasolina y de los alimentos con la guerra en Ucrania.

La guerra dirigida a control remoto por EEUU se ha vuelto menos popular y ya está pasado factura al gobierno. Se avecina un desastre electoral en 2022 y 2024 para Biden y el Partido Demócrata, para los cuales el New York Times siempre ha servido de portavoz.

Ataque de pánico

Hay un rasgo de de pánico en el llamado a buscar una solución negociada ahora mismo. EEUU y Rusia son las dos principales potencias nucleares del mundo con miles de misiles nucleares en alerta inmediata. En momentos de alta tensión, las posibilidades de un Armagedón nuclear accidental son demasiado reales.

La capacidad de Biden para mantenerse al mando de los acontecimientos está en duda. Mucha gente de su edad puede manejar una situación como esta, pero otros muchos no pueden y él parece estar en esta última categoría.

Los neoconservadores ahora tienen el control de la política exterior de Biden. En esta situación la gran duda es: ¿se darán por vencidos y se moverán en una dirección razonable y pacífica como exige el editorial del NYT?

Por el momento, esta es sólo una ilusión. Acertadamente muchos comentaristas han escrito que halcones como el Secretario de Estado Antony Blinken, la Subsecretaria Victoria "Fuck Europe" Nuland y el Asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, no tienen marcha atrás.

De hecho, no sirven a los intereses de la humanidad ni sirven a los intereses del pueblo estadounidense. Son en realidad traidores a los EEUU. Deben ser expuestos y apartados. Nuestra supervivencia depende de ello.

* Profesor de neurociencia de la universidad de Massachusetts
observatoriocrisis.com

 

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