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Estado español :: 23/08/2012

Gastos militares para gastos sociales

Madrid.tomalaplaza
El presupuesto del Ministerio de Defensa para el año 2011 fue fijado en los Presupuestos Generales del Estado en 8500 millones de euros.

Esta cantidad, en principio, podría parecer modesta para un país como España si no fuera porque no es más que un artificio contable para esconder un presupuesto militar muy superior.

Usando el mismo mecanismo que se le ha permitido a Grecia, el país en peor situación de la Zona Euro, esconder el cuarto mayor gasto militar del mundo, el Gobierno español reparte todos los años el presupuesto real de defensa en múltiples ministerios.

Así, si contamos los gastos correspondientes a Guardia Civil (imputados a Interior), clases pasivas militares (a Seguridad Social), organismos militares internacionales (a Exterior) y los créditos a I+D militar (a Industria), nos encontramos con un incremento adicional de más de 16000 millones de euros, lo cual triplica el presupuesto hecho público.

Este mecanismo tiene un doble efecto perverso: por un lado, oculta los impopulares gastos militares y, por otro, infla los presupuestos de otros ministerios que se pueden considerar más útiles para la sociedad, imputándoles gastos militares que se restan de su presupuesto real.

En realidad, esos 15.000 millones han sido un prestamo al cero por ciento para que las empresas comiencen la fabricación de una serie de pedidos de armamento del ejército español por valor de 30.000 millones de euros.
La intención era que al comienzo de la entrega del material bélico, el ministerio de defensa comenzaría a pagar la factura real de ese armamento, y las empresas procederían a reembolsar el préstamo al ministerio de industria.

El problema ha sido que la fecha de comienzo de las entregas ha coincidido con la crisis económica, y cuando aun quedan por pagar 26.000 millones por parte de defensa, España se ha encontrado con el problema de la deuda pública.

La situación actual es que el gobierno está intentando aumentar los plazos de pago de esos 26.000 millones (con su correspondiente aumento de interés) a la vez que las empresas se niegan a devolver el préstamo a industria mientras no se normalice la situación.

El presupuesto oficial de defensa que mencionábamos al principio (8500 millones de euros) supone sobre el papel un 7,7% de reducción sobre el del año anterior.

Ya de por sí la reducción es inferior a la que se ha aplicado a otros ministerios de fuerte impacto social como son Educación, Sanidad y Servicios Sociales, que rondan el 8,2% de recorte.

Pero es que, además, todos los años se anuncia una reducción del presupuesto de defensa que finalmente nunca tiene lugar.

Así en los presupuestos del año 2010 se anunció un recorte del 6,2% y, al finalizar el año, lo que había habido era un incremento del 10%.

El motivo son las misiones militares en las que España está involucrada.
Estas misiones siempre suponen gastos no previstos, que en el año 2010 incrementaron en más de 500 millones de euros el presupuesto inicial.

Este año, por ejemplo, el bombardeo de Libia no estaba incluido en los presupuestos del 2011, con lo que el esperado descenso de gastos militares volverá a convertirse en un incremento.
Actualmente, una parte del déficit público español es causado directamente por la compra de diferentes productos militares inútiles para la reactivación económica. Además, la producción militar no está sujeta a las mismas leyes que los demás productos al ser compras de estado, teniendo las industrias que se dedican a su producción un trato privilegiado. Esto convierte a las industrias de guerra en parásitos de la economía real.

Un argumento habitual para justificar la industria militar es la generación de puestos de trabajo. Estudios nos muestran cómo una cantidad concreta de dinero gastada en ámbitos diversos (educación, sanidad, infraestructuras de transporte público, etc) genera más empleos y de mejor calidad en media que el mismo presupuesto gastado en el ámbito militar. El gasto en educación, sanidad, etc, no sólo tiene una repercusión puntual en el momento de su aplicación, sino que teje una red de riqueza que perdura y se expande en el tiempo, mucho más allá del fin que se le presume a un arma después de fabricada: descansar en un almacén a la espera de su fecha de caducidad o de un uso instantáneo e indeseable.

Tampoco es necesaria la industria armamentística como motor del progreso tecnológico: los países asiáticos son un ejemplo actual e indiscutible de liderazgo tecnológico alcanzado en desarrollos eminentemente civiles.
Misiones militares, tales como la de Afganistán o Iraq, no sólo nos salen caras en momentos de crisis sino que, sin abandonar un punto de vista de economía crítica, tras un pretendido humanitarismo sólo esconden el control y la apropiación de intereses energéticos y de zonas de alto valor geoestratégico.

Mostramos algunos ejemplos utilizando los pedidos de armamento que España tiene pendientes de pago:

− Solo el contrato de compra de un buque de provisión BAC tendrá un coste de 228,76 millones de euros, más de dos veces y media el supuesto ahorro de 80 millones de euros que pretende la Comunidad de Madrid con el aumento de dos horas de docencia directa del profesorado de secundaria y bachillerato.

−El contrato de compra de 4 submarinos S-80 tendrá un coste para el estado de 2135 millones de euros, muy superior a la cantidad que se pretende ahorrar con los recortes en las pensiones.

−El contrato de compra de 45 helicópteros NH-90 tenía un coste inicial de 1.260 millones de euros. El coste actual es ya de 1.300 millones de euros, la misma cantidad que se pretende recortar en sanidad sólo en el 2011 (1000 de esos millones corresponden al recorte sólo en Cataluña).

El coste de los contratos que estaban vigentes en 2010, cuando ya estábamos metidos de lleno en la crisis actual, ascendía a 28.742,46 millones de euros, lo que duplica y excede los 12.000 millones de euros que prevén recortar en ayudas a la dependencia en los próximos 10 años.
Conclusiones

La violencia criminal, las guerras y también el hambre y la miseria de la mayoría de los habitantes del planeta, son el resultado de un modelo económico y político que trata a las personas como mercancías y que sólo obedece a la ley de la máxima ganancia.

La guerra es un negocio sangriento y las grandes potencias económicas no han cesado de intervenir política y militarmente contra los pueblos del mundo que se niegan a aceptar sus órdenes. En nombre de la democracia saquean y masacran para imponer su política neocolonial.

El mundo sigue derrochando su riqueza en el gasto militar. Los desastres ecológicos se acumulan; la pérdida de la biodiversidad y la destrucción del ecosistema aumentan cada vez más. Se mercantilizan agua y alimentos.
No podemos ser cómplices de la violación sistemática de los derechos humanos, animales y de la Tierra. Vamos a unir nuestras luchas, para imponer los cambios al sistema a nivel local y global: un ataque contra el sistema para construir nuestras alternativas armonizando las acciones directas en un marco positivo, asertivo, productivo y creativo, individual y colectivo en la construcción de nuestro futuro.

Defendemos un mundo sin guerras, ocupaciones ilegales, represión, regímenes de apartheid, patriarcado, violencia y discriminación a todos los géneros.

Nuestro objetivo es la paz con justicia, contra la guerra permanente contra la humanidad, la naturaleza y la tierra en solidaridad con todos los pueblos del mundo, hermanos, que luchan por su libertad
Con la escusa de la crisis económica los gobiernos del mundo han reducido dramáticamente el gasto de necesidades humanas esenciales, y una vez más se está golpeando principalmente a los más débiles. Sin embargo, los recursos financieros ilimitados parecen estar disponibles para la compra de aviones militares, tanques, barcos, bombas, misiles, minas terrestres y armas nucleares. Los desarrollos tecnológicos en el campo del armamento se están volviendo cada vez más sofisticados y mortíferos. El desafío de hoy es revertir este proceso: un plan global para el desarme.

Los fondos liberados deben ser utilizados para programas sociales, económicos y ecológicos en todos los países. ¡Sin desarme no habrá justicia!

Alternativas

Cancelación de los programas de compra de armamento y reducción del gasto militar en general, destinando el dinero así recobrado a la recuperación de los derechos sociales recortados. La reducción de gasto militar redundaría automáticamente en una mejora de las cuentas públicas mediante una reducción de gasto público corriente superfluo e improductivo. Reasignación del gasto militar y las capacidades de los científicos para la construcción de un mundo más seguro y sostenible para todas las personas.
Financiación exclusiva del ejército por el Ministerio de Defensa, sin ocultación de partidas en otros ministerios.

Exigir la progresiva reducción del gasto de militar para destinarlo a actividades sostenibles (cambio modelo energetico fondado en las energías renovables y ahorro energético, salud, educacion, …)
Proponemos un nuevo articulo de la constitución y su aplicación : la España rechaza la guerra como medio de solución de conflictos

A nivel global exigimos la reducción transparente de las armas convencionales en todos los países. el fin al desarrollo de misiles y armas espaciales, y negociación de una prohibición de misiles/espacio, el fin de todos los programas de aviones no tripulados y cualquier desarrollo de nuevas tecnologías letales, negociaciones mundiales para la eliminación de todos los arsenales nucleares existentes y un mundo permanentemente y equitativamente libre de armas nucleares, el desmantelamiento de las alianzas militares de la OTAN y otros bloques.

Creemos en una economía al servicio de las personas. Por lo tanto, nos negamos a intervenir en operaciones militares que bajo el paraguas de un supuesto humanitarismo tienen como única intención el control de intereses energéticos o geoestratégicos. Autodeterminación de los pueblos y una democracia desde la base que determine el cambio del sistema global: un cambio en las relaciones internacionales promoviendo el dialogo político entre los pueblos del mundo. Exigimos justicia y respeto absoluto a la soberanía de los pueblos en solidaridad con todos aquellos pueblos que luchan por su libertad.

http://madrid.tomalaplaza.net/2012/08/21/gastos-militares-para-gastos-sociales/

 

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