Sevilla: La lucha estudiantil persiste contra Bolonia

Tras el parón académico de exámenes de enero y febrero, los estudiantes han salido con más fuerza a las calles sevillanas a protestar ante la implantación de los Planes de Bolonia y del Espacio Europeo de Educación Superior. Este acto, que viene a reiterar la protesta que se materializó el pasado mes de diciembre en otra manifestación, no ha estado en absoluto aislado, sino todo lo contrario, reflejándose en unos días de lucha estudiantil en la capital hispalense.

Guiados por los grupos de trabajo de las diferentes facultades y ratificados por las respectivas asambleas de alumnos, alrededor de 3000 estudiantes se han dado cita a las puertas del rectorado para expresar a los ciudadanos y a los poderes políticos su rechazo rotundo a un modelo educacional que privatiza las universidades y que está intentando implantarse en la mayor parte de los países de Europa.

Sin embargo, estas jornadas, donde se han llevado a cabo encierros en las facultades, charlas, proyecciones, y que terminaron con la manifestación, no son más que una muestra de la enorme labor realizada por los grupos de trabajo de las facultades de la Universidad de Sevilla, y de la UPO. Estos días son, sin duda ninguna, un enorme efecto mediático, pero el mayor trabajo se ha estado realizando las semanas anteriores.

Los grupos de trabajo se formaron hace años en las facultades sevillanas, siendo uno de los primeros el del Rectorado. Sin embargo, no ha sido hasta el inicio del curso académico 2007-2008 cuando se ha visto incrementado su número, y su fuerza se ha hecho mucho mayor, tanto en el propio rectorado, como en otros campus universitarios. De este modo, sus reuniones semanales, pasan de tener menos de 10 integrantes a involucrarse decenas de estudiantes, con el único objetivo de frenar Bolonia y las leyes estatales enfocadas a impulsarla, como son la LOU y los Reales Decreto. Este auge del poder de coordinación estudiantil y de su tarea informativa en el alumnado se vio reflejado en la manifestación del 12 de diciembre donde 2000 estudiantes se movilizaron, ante el asombro de los propios grupos de trabajo, que vieron como su labor tomaba forma.

Esta manifestación se vio interrumpida por el periodo vacacional y de exámenes, y en unas pocas semanas, de nuevo el estudiantado se ha movilizado para informar y anunciar los actos, como se hiciera en diciembre; de esta forma, se han vuelto a repetir diariamente las mesas de información y los pasaclases, en una ardua labor llevada a cabo en las distintas facultades sevillanas. Estas actividades se han visto acompañadas por la pegada de carteles y la venta de chapas, con el fin de conseguir dinero para financiar los costes de las actividades. Por otro lado, una labor fundamental de los estudiantes comprometidos con el movimiento antibolonia, ha sido el introducirse en las juntas de departamento y en las delegaciones de alumnos de las distintas facultades para tener más presencia en la Universidad y poder hacer más fuerza internamente. En este aspecto, los resultados han sido dispares, aunque siempre positivos.

En esta coyuntura de movilización se sitúan los dos días de paro académico y asamblea permanente en los que se han tratado diversos temas, desde la precariedad laboral de los jóvenes hasta las alternativas educacionales al actual sistema y al propuesto por Bolonia. Las actividades han sido, además, diversas según en la facultad en la que se hayan realizado. Los encierros se sucedieron en el Rectorado, en la facultad de Comunicación y en el Campus de Ramón y Cajal, acudiendo alrededor de 200, 90 y 80 personas respectivamente.

Crónica de un encierro en el rectorado: 5 de Marzo

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Piquetes en la Facultad de Derecho momentos antes de la manifestación